16. Ojos verdes

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Capítulo Dieciséis. 

Ojos verdes.

Andrew se sentó sobre el borde del escritorio de madera de la oficina en su casa, su madre le había ayudado a decorarlo, habían cuadros abstractos de diferentes pintores locales al igual que diferentes títulos que había adquirido a lo largo de su ...

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Andrew se sentó sobre el borde del escritorio de madera de la oficina en su casa, su madre le había ayudado a decorarlo, habían cuadros abstractos de diferentes pintores locales al igual que diferentes títulos que había adquirido a lo largo de su vida, las paredes estaban pintadas de un color pálido y había diferentes artilugios de diversos lugares del mundo que había visitado. Una taza de Suiza, unas estatuillas con figuras de lugares emblemáticos londinenses, un pequeño molino que decía en un cartel "¡Bienvenido a Holanda!", ect. Al parecer había visitado demasiados sitios del globo. Oliver notó que no había ninguna foto de algún familiar.   

—¿Quieres algo de beber? ¿Agua, jugo, tal vez un té?—preguntó a un Oliver sentando en un pequeño sofá para una persona, frente a él.

—No gracias, estoy bien.—afirmó Oliver con una sonrisa tímida.

—¿Tú eres mi hijo?—inquirió Andrew conteniendo su rostro de perplejidad.

—Sí.—afirmo Oliver con naturalidad. Había logrado neutralizar sus nervios de camino a la oficina. Si había logrado quitarse a Heyden de encima en la entrada. Podía lograr cualquier cosa que se propusiera.

—No nos parecemos en nada.—apuntó Andrew, aunque, no negaba que el adolescente frente a él se asemejaba a cuando él tenía su misma edad y tampoco que no se parecían en algunos gestos que hacían.—No es que no te crea luego de todo esto, pero...

—¿Puedo intentar algo?

—Creo que sí.—dudo Andrew.

Oliver se quito despacio los lentes de contacto azulados, su vista se colocó borrosa debido a no tener sus lentillas. Pero podía visualizar todo a la perfección, aún; los cuadros, las estatuillas, la expresión de sorpresa plantada en el rostro de su padre. Absolutamente todo. El hombre de cabellos castaños claros abandono su postura para arrodillarse frente a Oliver, tal vez su hijo, los ojos de Andrew iniciaban a cristalizarse.     

—Lo siento, en serio lamento haberme ausentado tantos años de tu vida.—se lamentó con voz quebrada.—En serio, lo siento.    

Andrew se levanto y abrazó a Oliver con fuerza. Oliver se encontraba perplejo, podía sentir un montón de emociones acumuladas dentro de su cuerpo; calidez, afecto, confusión, ect. Con sus delgados brazos le devolvió tímidamente el abrazo, un golpeteo en la puerta interrumpió sus pensamientos, su padre farfulló un "Ahora no, Heyden." sin embargo el golpeteo se intensificó.

—Oliver...—musitó una voz femenina que había escuchado todos los días, de su irrelevante vida para la sociedad en la que vivía. 

Padre e hijo voltearon al mismo tiempo, rompiendo su abrazo, las facciones de Andrew habían cambiando de manera desmesurada por lo que había logrado ver Oliver de reojo; sus ojos estaban observando fijamente a los de su madre, las palmas de sus manos estaban cerradas formando un par de puños y estaba tenso e erguido sobre su lugar que ocupaba al lado de el castaño. Heyden se hallaba detrás de Mae.

—Heyden, llévate a Oliver a su habitación y vigila que no salga de ahí.—ordeno él con voz grave, Heyden con una mueca filtrada en sus labios, obedeció sumiso y se acercó a su sobrino para quitarlo del interior de aquella habitación. Que pronto se convertiría un campo de guerra.

—Pero...

—Oliver, ve.—le ordenó su madre de manera seria, sin voltear a verlo.

Mae permaneció parada y el ruido de la puerta siendo cerrada rápidamente tamborileo en el interior de sus oídos

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Mae permaneció parada y el ruido de la puerta siendo cerrada rápidamente tamborileo en el interior de sus oídos. Intimidada, vulnerable y un sinfín de emociones sentía cuando se encontraba debajo de aquella mirada, sin embargo, mantenía su frente en alto aunque tuviera miedo de lo que podría salir de sus labios y sus ojos fijos en los suyos aunque temiera lo peor. No existía espacio para temores en aquel instante. 

—Así que... Tenemos un hijo.—apunto Andrew golpeteando las yemas de sus dedos sobre el borde del escritorio detrás suyo. Ella reprimió el impulso de rodar los ojos y soltar un comentario sarcástico. 

—Tengo un hijo querrás decir.—apuntó ella en desacuerdo. Oliver era su hijo.

—Tal vez no te dieron la charla tus padres, pero un niño nace cuando la mujer y el hombre deciden...—le explicó, pero rápidamente sus palabras fueron abruptamente interrumpidas.

—Eso lo sé, Andrew. Pero cuide y vele por la felicidad de Oliver todos estos años, yo sola; me desperté en las madrugadas para calmar sus llantos, lloré yo sola cuando le salío su primer diente, lo acompañe yo sola a su primer día en preescolar, estuve sola enseñándole a contar los números.—expresó Mae, sorbió su nariz y  parpadeo. No lloraría. 

—¡No estuve ahí porque tú me lo negaste! Yo habría estado allí si me hubieras dicho Mae... Pero jamás me lo dijiste.—farfulló exasperado él, frotando el puente de su nariz.

—¿Para recibir un rechazó? No, gracias.

—¡Mae! No pienses saberlo todo... Tú no podrías haber sabido con toda certeza si hubiera rechazado o aceptado a Oliver. Aveces solo pienso que te sientas y inicias a juzgar a todo jodido mundo que te rodea, sin fijarte en tus propios defectos.

 Frotó las palmas de sus manos sobre sus ojos cristalizados, Andrew tenía un punto a favor sobre ella. 

—Solo no me quites a mi hijo.—suplicó ella, temiendo que él quisiera llevar el problema a un frente a un juez.

—Luego de tus acciones debería hacerlo y créeme que los disfrutaría.—respondió el instante con malicia.—Pero no soy ese tipo de persona.


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¡Bienvenidos! Perdón por no actualizar, pero últimamente en mi vecindario funciona horriblemente mal el Wi-Fi el capítulo es corto debido a que este es el capítulo antes del final de la novela, ¡Sí, como escucharon! El próximo capítulo sera el final de la novela y sera publicado el Miércoles treinta y uno Enero ¡Espero que estén bien! ¡Nos leemos en el próximo capítulo!

¿Ustedes que creen que sucederá en el final? ;)

Pd: Las lentillas de ojos azules que posee Oliver, son nombradas en los primeros capítulos.  

¿Quién es mi papá? #2EPO © (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora