17. Trajes y ostentosos vestidos. Primera parte del final

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Capítulo Diecisiete.

Trajes y ostentosos vestidos. 

La música que retumbaba en el interior de sus oídos y se reproducía a través de sus audífonos, no bastaba para amortiguar el sonido que provenía del primer piso de la mansión Collingwood

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La música que retumbaba en el interior de sus oídos y se reproducía a través de sus audífonos, no bastaba para amortiguar el sonido que provenía del primer piso de la mansión Collingwood. Oliver se quito los audífonos y soltó un pequeño suspiro que contenía sin saberlo, observo con el entrecejo hundido la pared de la habitación, para oír segundos luego un estruendoso sonido  de varios objetos cayendo y a su abuela Eleanor dirigirle un grito a Paige. Probablemente le estaba enseñando a caminar con tacones antes del aniversario de la empresa de su padre. 

—¡Hey! ¿Por qué esa cara?—le inquirió su tía Alai, apoyada debajo del umbral de la puerta de la habitación.—¿Acaso alguien murió? Además de Paige a manos de mi madre.—comentó con una mirada divertida una sonrisa torcida.

—No quiero ir a esa fiesta.—respondió Oliver en un susurro apenas audible, Alai hundió el entrecejo desconcertada ante la actitud del adolescente.  

—¿Por qué no? Es divertido; hay demasiada comida, personas de las que burlarse y hombres con cabezas prematuramente calvas.—apuntó, recostándose al lado de su sobrino ahora y observando el techo.     

—No quiero usar un estúpido traje.—desveló él, una mueca de disgusto se instaló en sus labios.—Y tampoco unos estúpidos zapatos elegantes.—agregó.       

—Si te cuento un secreto ¿Te pondrías el traje?—cuestionó su tía.

—Creo que sí.

—Cuando dijiste en hospital aquello sobre que eras el hijo de Andrew, y ahí estaba Mae, fui la única que no dudo de tu revelación. Recuerdo cuando Mae salío de la casa que solíamos tener en New York y yo le abrí la puerta para que pudiera marcharse, ya que estaba cerrada con llave. También recuerdo la vez que se lo mencione a tu madre cuando la reconocí una vez en la oficina de mi hermano, trabajando como su secretaria y le mencione que la recordaba.—explicó, observando a su sobrino, aún recostada.

—Mierda...—musitó Oliver sorprendido.

—Sí, mierda.—asintío ella en señal de comprensión.—Tú ahora, tienes que colocarte ese traje ridículo dentro de unas horas, y yo tengo que ir a arreglarme.—ordenó y se levantó de la cama.—Llámame si me necesitas, iré con mi madre y con tú hermana a un salón de belleza. Heyden esta arreglando unas cosas con Andrew en su oficina, y William esta por ahí.

Él se limitó a realizar un asentimiento de cabeza y susurró una maldición cuando volvió a encontrarse solo. Detestaba quedarse solo sumergido en el silencio. Usualmente utilizaba ese intervalo de tiempo para poder pensar las cosas con claridad, y en aquellos instantes, lo menos que deseaba era pensar con claridad las cosas. Su madre había trabajado durante un tiempo para Andrew como una secretaria más, y allí es donde aparecía Agnes con su idea de los estudios de ADN ¿Cómo se encontraría Agnes en aquel instante? Se sorprendía que una mujer como ella estuviera en una clínica para personas con problemas mentales, Oliver no creía aquello en absoluto, parecía una persona bastante cuerda con pensamientos cuerdos. 

¿Quién es mi papá? #2EPO © (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora