13. Reunión y abrigos.

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Capítulo Trece.

Reunión y abrigos.

El olor a aromatizante de vainilla y a productos químicos de limpieza inundaban sus fosas nasales cada vez que inhalaba aire en aquel sitio, completamente pulcro

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El olor a aromatizante de vainilla y a productos químicos de limpieza inundaban sus fosas nasales cada vez que inhalaba aire en aquel sitio, completamente pulcro. Había pasado la primera mitad en noche en vela, acomodando toda la información en diversas carpetas coloridas en compañía de Dakota y la segunda mitad de la noche en vela había estado pensando en como sería reencontrarse con Andrew con las luces apagadas en la habitación del hotel y Dakota roncando ligeramente en la cama al lado de la suya. Las inmensas ojeras -similares a los cráteres de la luna en aquel momento- delataban las horas despierta. 

—¿Cuánto tiempo te quedaste despierta ayer?—preguntó Dakota a su lado, en un susurro, aquella mañana lucía impecable en comparación a Mae.

—Apenas dormí dos horas.—desvelo Mae, frotando la palma de su mano derecha sobre su ojo derecho, en un intento vago de ahuyentar el sueño y dejar de ladear la cabeza con la esperanza que su hombro se convirtiera en una esponjada almohada.—Y no desayune en el hotel.

—Ten.—inicio a rebuscar en el interior de su bolso.—Una barra nutritiva, tal vez no te quite el hambre completo, pero si basta hasta que termine la reunión y no pongas caras feas provocadas por el hambre. 

—Gracias.—sonrío soñolienta.—Voy a llamar a Oliver antes de la reunión, quiero saber como esta todo.—se excuso para buscar en el interior de su bolso, su teléfono móvil.

—Te preocupas por nada.—respondió Dakota con una sonrisa y sacudiendo ligeramente su cabellera miel, imaginando a Oliver despreocupado hablando con Heyden.

Mae se levanto de la cómoda silla y tomo rumbo a una esquina, cerca de una planta artificial, al mismo tiempo que deslizaba su dedo a través de la pantalla buscando el nombre de su hijo entre dos corazones en su lista de contactos. Se llevo la punta de la uña de su dedo pulgar a sus labios, sin mordisquearla, maldiciendo mentalmente el frío que hacía en aquel pasillo. Oliver atendió al tercer pitido.

—¡Hola mamá!—saludo Oliver eufórico, en medio de un ataque de risa. Abrió los ojos preocupada al oír la respiración irregular del otro lado de la línea.

—¡Oliver, tranquilízate, por favor!—pidió Mae alterada y un murmulló en respuesta se escucho del otro lado de la línea.—Inhala, exhala, inhala....—antes que pudiera proseguir, Oliver la interrumpió. 

—Estoy bien, madre, no debes preocuparte. Perdón si te asuste.—se disculpó Oliver apenado ante aquello. 

—No sucede nada, ¿Cómo esta todo por ahí?—indagó Mae, observando como de reojo se abrían las puertas del elevador.

—Todo esta bien, Heyden es un desastre cocinando—respondió con gracia, Mae soltó una risa nasal.—pero todo esta bajo control ¿Cómo estuvo la reunión?

¿Quién es mi papá? #2EPO © (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora