Capítulo 13 - La gota que colmó el vaso

Start from the beginning
                                    

—Si vienes a gritarme ya puedes salir por dónde has entrado. —Se atrevió a decir, y sorprendentemente su voz no tembló como antes.

No dije nada, y simplemente me acerqué un poco más, la observé por unos segundos y después le quité la toalla de sus manos. Se giró bruscamente e intentó quitármela de vuelta, pero la sujeté fuertemente.

—Sólo quiero ayudar. —Murmuré.

—No quiero tu ayuda. —Rechistó. Intentando quitarme la toalla de nuevo, pero moví la mano rápidamente.

—Me importa una mierda. Mi casa mis reglas. —Me fulminó con la mirada de nuevo, pero terminó rindiéndose.

Mojé la punta de la toalla y la pasé por su cuello, limpiando las últimas gotas de sangre que aún quedaban. Cuando acabé, bajé hasta su clavícula. Se puso tensa al instante, e incluso dio un pequeño paso hacia atrás. Levanté la mirada, encontrándome con la suya, y tras mantenerla por unos segundos la desvió hacia el espejo.

—Preferiría que me gritases a que simplemente me miraras con esa cara de amargado. —Pronunció entonces, y por alguna razón me hizo gracia. Reí levemente y dejé la toalla a un lado, mirándola divertido.

—Relájate, chulita. Para una vez que quiero ser amable ..

—¿Chulita? — Levantó una ceja ante su nuevo mote.

—Sí, chulita. Eres prepotente a más no poder, quizás empiece a llamarte así mas a menudo. —Podía sentir su enfado aumentar, y eso me gustaba.

—Espero que ni siquiera tengas que llamarme. — Me esquivó y se dirigió directa a la puerta.

— ¿Estás segura que quieres salir así a la calle? — Llevé una mirada a su ropa manchada de sangre. Ella hizo lo mismo, y resopló al darse cuenta. — Sígueme, chulita. Voy a darte algo para que al menos no te detengan. —Salí del baño y ni siquiera me esperé para ver si me seguía, fui directo hacia mi habitación, dónde podría darle algo.

Entré a mi habitación y esperé a que Violet entrara. Se paró en la puerta y observó el interior con curiosidad por unos segundos, hasta que finalmente se decidió a entrar.

—Bonita habitación. —Murmuró sin mas.

Cerré la puerta tras de ella y me dirigí al armario mientras ella se sentaba en mi cama.

¿Que diablos se supone que iba a darle ahora? Rebusqué en mi armario hasta que encontré una simple camisa blanca y unos vaqueros. Las chicas con camisa siempre me habían parecido sexy.

Me giré con la ropa y la dejé a su lado sobre a cama.

Violet puso cara de disgusto para después mirarme con una media sonrisa de desconcierto.

— ¿Es una broma no? — Rió sin ganas.

— ¿Que esperabas chulita? ¿Un vestido Gucci?

—Esperaba que tuvieras ropa de alguna ex. — Se encogió de hombros.

—Frank tiene una estricta norma con las chicas en esta casa. Eres la primera mujer que pisa esta habitación. — La informé.

—Qué afortunada. — Dijo irónica

—Muchas se morirían por estar en tu lugar.

—Ya, seguro. — Se levantó con mi ropa en sus manos y me miró fijamente. — ¿A qué esperas? — Dijo señalando la puerta. — Si no te importa quiero cambiarme.

— No pienso dejarte aquí sola para que me robes algo. — Puse la mejor excusa que me dio tiempo a pensar.

En realidad sabía que no sería capaz de robarme nada, pero solamente me apetecía irritarla un poco más. De alguna manera era divertido.

RUN©Where stories live. Discover now