Capítulo 26

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Malas noticias.

Stiles se sorprendió al ver llegar a Allison a la clase de historia mientras Derek todavía no había entrado.

Al parecer la chica sí se había enojado con Stiles porque llevaba días sin aparecerse en la escuela y cuando en la noche, en el aniversario de la muerte de Claudia, fue a su casa en compañía de Derek y Peter, la castaña estaba saliendo y ni bien aparcaron el Camaro, ella se apresuró a subirse al suyo y marcharse.

Entonces solo el mayor se quedó con Chris, y Stiles y Derek regresaron a casa.

Al primero a quien miró al entrar fue a Stiles. Ni siquiera a sus demás amigos, pero en ese instante, lejos de parecer molesta, parecía tener vergüenza de verle a los ojos. Porque así como le vio al castaño, agachó la mirada y pasó a sentarse.

Los minutos fueron pasando y el profesor no llegaba. Algo realmente raro porque Derek siempre era puntual y Stiles sabía que no tenía nada que hacer, es que hacía apenas una hora ellos estaban desayunando en la casa mientras hablaban de lo que el mayor tenía planeado para la clase.

Poco a poco el barullo de la clase fue aumentando ya que los alumnos estaban convencidos de que el profesor todavía se iba a tardar y cuando Stiles estuvo a una décima de segundo de perder la paciencia y salir en busca de su novio, éste ingresó al salón con brusquedad, echando humo por los oídos y el ceño fruncido al tal grado que hasta él podía llegar a temerle.

Lucía realmente furioso. Los alumnos se quedaron en profundo silencio al verlo entrar así y no hicieron más que quedársele viendo como tomaba asiento, colocaba los codos sobre el escritorio y se tapaba la cara con legítimo cansancio.

Stiles sintió una punzada sobre su pecho al verlo así. Derek era un libro abierto para los instintos del Stiles. Y que aquel bellísimo hombre mostrase su fastidio de aquella manera y frente a su clase, significaba que estaba pasando algo realmente malo.

Su primera reacción fue ponerse de pie para correr hacia el escritorio y preguntarle qué  ocurría, pero ni bien se había puesto de pie, el moreno le lanzó una mirada bastante familia. La misma que le decía que no se preocupara, que todo iba a estar bien. Entonces sin nada que hacer, Stiles volvió a tomar asiento, maldiciendo interiormente el estar rodeado de sus compañeros y no poder apretar al mayor entre sus brazos.

Al menos pasaron cinco minutos hasta que por fin Derek se puso de pie y tomó su libro para dar inicio a la clase.

—Buenos días, muchachos. Siento mucho la tardanza pero han habido cambios en el directivo que me pusieron un poco cabreado. Así que antes de empezar les voy avisando que al finalizar el primer receso, todos tienen que ir a las gradas de la cancha de básquetbol.

Ni bien terminó de mencionarlo, sus alumnos empezaron a cotillear entre ellos entretanto él empezaba a escribir en la pizarra.

Mientras, Stiles se quedó mirando al moreno con confusión, con intervalos de miradas hacía Allison, quien mantenía la mirada en su libreta.

No podía negar que pese a la preocupación, el resto de la clase fue entretenida. Y si bien, en un principio parecía apunto de estallar por no saber lo que estaba ocurriendo, en el transcurso de la clase se relajó por completo. Y es que solo hizo falta seguir con la clase y cruzar, de vez en cuando, la mirada con Derek. Lentamente fueron recuperando la tranquilidad de antes de llegar a la escuela. Pero el sonido de la campana lo arruinó todo. Pues Stiles necesitaba saber urgente el motivo de disgusto de Derek.

—Hey... —le habló con cautela de repente a Derek una vez que el salón quedaba vacío y éste borraba lo que estaba en la pizarra. Con cuidado apoyó la mano en la espalda del mayor y le acarició con suavidad— ¿Estás bien? —inquirió con temor de escuchar algo que fuese de su agrado.

La casa del Tío Peter | Sterek | Onde histórias criam vida. Descubra agora