Capítulo 23

4.3K 407 77
                                    

Cuando no sabes en lo que te has metido.

Antes de la prueba de los de primer año, Derek se dirigió al salón de maestros para esperar el café que tan amablemente se ofreció Stiles en llevarle. Y de pasó toparse con Jennifer, para demostrarle que él no le temía a nadie. Pero cuando llegó al lugar, no solo estaba ella, sino también Damon sentado a su lado, como si fuese otro profesor. Sin nadie más que ese par.

El moreno quedó estático en la puerta por una porción de segundo al verlos, pero rápidamente ingresó a tomar asiento.

—Hale —recitó Damon poniendo los codos sobre la mesa, mirándole con una sonrisa que para Derek resultaba aberrante. Pero lo podía soportar— Tanto tiempo.

—Salvatore, Blake —saludó Derek sin dejarse apabullar, sonriendo igual de espeluznante que ellos.

—Hola, Derek —dijo ella.

—¿Eres profesor ahora? —espetó ignorándola, y mirando al pelinegro de forma fijamente y penetrante.

Damon hizo más desafiante la sonrisa.

—No. Solo vine por unos papeles —respondió tajante.

Derek asintió restándole importancia, dejando en evidencia que no le creía para nada. Y antes de que se quedaran sin tema de conversación, Stiles apareció en la puerta con una mirada risueña e inocente en el rostro. Algo que a Derek le cortó la respiración por unos segundos. Donde por instinto le respondió la sonrisa.

Sin embargo no fue esa tranquilidad al verlo con el par del club de las perras lo que le dejó pasmado, sino el hecho de que el menor ingresó a la sala muy pacífico. Y en cuanto Derek se puso de pie para aceptar el vaso de café que le llevaba, su novio se lo entregó en la mano junto con un beso sonoro sobre los labios que detuvo el tiempo en ese exacto momento.

—Te veo en casa, bebé —finalizó saliendo del salón sin haberse molestado siquiera en mirar a Jennifer y Damon.

Las caras de lo dos cuando Stiles desapareció del panorama fue un verdadero poema. Era ver la sorpresa en sus caras, y sentirse sorprendente satisfecho al tener conciencia de que Stiles acababa de declararles la guerra. Así que sin más que decir ni hacer, Derek se sentó a tomar su café en paz mientras los demás profesores llegaban.

—Lo saben todo —expresó Jennifer no muy alto pero muy molesta— Te dije que no podíamos contar con Isaac. Tenemos que llamar a Kate.

—Si se entera de que ya lo saben, dejará de firmarnos cheques —negó Damon pensativo. Sentado sobre el escritorio de la señorita. Estaban solos en el salón, en pleno receso.

—A la larga lo sabrá y nos matará cuando se dé cuenta —replicó ella empezando a caminar en círculos, poniendo las manos en la cabeza.

La verdad es que Jennifer estaba más nerviosa que Damon. Él, de hecho estaba demasiado tranquilo pese a que vio en carne propia que Stiles besó a otro hombre que no era él. Ese chico en serio le encantaba y si ayudaba a Jennifer era nada más para desquitarse con el castaño por haberle rechazado incontables veces.

De golpe la puerta se abrió y apareció Isaac con un mohín apenado y hasta temeroso. Damon le había llamado luego de que se deshizo de Derek en la reunión de maestros. Ordenándole que se presentara en el salón de la mujer a principios de primer receso y así obedeció Isaac.

—¿Te atreviste a desobedecernos? —espetó la profesora de música enfurecida, alzando la voz más de lo necesario. Aproximándose al menor a zancadas, pero Damon le frenó haciéndole un gesto con la mano, para acercarse él al rubio.

La casa del Tío Peter | Sterek | Where stories live. Discover now