Capítulo 15

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Lobos.

De pura rabia Stiles se encerró en su habitación de un portazo.

Una vez más se quedó con las dudas rondando en su cabeza porque Derek ni siquiera se molestó en mirar bien el objeto que Stiles le mostró luego de la foto. Lo único que hizo fue mirar fijamente los ojos de menor con cara de enfado y después huir de la habitación dando grandes zancadas.

El castaño liberó su cómoda en un abrir y cerrar de ojos luego de haber tirado todo lo que estaba encima. Comenzaba a cansarle tanto misterio y cuando estuvo más que dispuesto a ir y enfrentar a los dos, ni Peter, ni Derek estaban en la casa. No estaba la llave del auto de Peter y se notaba que salieron a toda prisa porque ni siquiera apagaron la televisión que veía el Hale mayor.

¿Dónde demonios estaban? ¿Adónde fueron? ¿Por qué tanto misterio?

Las lágrimas acumuladas en sus ojos empezaron a deslizarse lentamente por sus mejillas. Es que en tan poco tiempo le había agarrado mucho cariño al moreno y en ese mismo momento podría estar yéndose quien sabe donde. Le aterraba la idea de no volverlo a ver.

En ese mismo momento cayó en la cuenta de que sus cosas seguían en la casa y que si revisaba en su cuarto, y habían cosas importantes de él, significaba que iba a volver. 

Entonces subió.

Sintió un gran alivio al ver todas las cosas del mayor tal y como lo había dejado horas atrás cuando despertaron desnudos. La cama arreglada por él, las ropas que se habían quitado la noche anterior sobre la tapa del cesto de la ropa sucia, la computadora abierta sobre el escritorio y sus libretas y libros esparcidos por todas partes.

Lo que hizo luego fue sentarse en la cama para esperar a Derek y no dejarlo salir hasta saber la verdad, pero los minutos fueron pasando y luego de una hora dando vueltas y enviando mensajes sin recibir respuesta alguna, se sentó frente al ordenador de su novio y comenzó a buscar algo que le diera alguna pista de lo que estaba ocurriendo. Pero no pudo conseguir nada porque los archivos tenían contraseña.

Fastidiado, se levantó del asiento y comenzó a buscar en el mueble de su ropa interior.

No tardó mucho en encontrar algo realmente desconcertante.

Envuelto en un pañuelo, debajo de los calcetines, había una Colt 45 con las seis balas afuera.

El castaño se tapó la boca de la impresión con una mano, mientras que con la otra tomaba la pistola.

—¿Qué demonios pasa aquí? —se preguntó en voz baja, revisando con manos torpes y temblorosas— Mierda —exclamó y dejó el frío objeto donde estaba porque notó que estaba cargada.

Eso no era lo único impresionante allí, la marca tallada en las balas eran las mismas que estaba en la flecha que tenía guardada.

—Stiles.

Al escuchar la voz de Derek a sus espaldas se giró lo mas rápido que su energía hiperactiva le permitió y se sujetó por el mueble como si fuera a caer, mirando a Derek con una expresión que el mayor podría jurar que jamás lo vio en el chico.

Lucía muy asustado y el moreno supo exactamente porqué.

—Stiles, puedo explicarlo —se adelantó Derek levantando las manos en señal de paz— Solo escúchame, ¿de acuerdo?

—¡No te acerques! —exclamó de pronto el castaño con voz quebrada, poniendo ambas manos al frente.

—Oye. No, no, Stiles —repuso sintiéndose terrible por ver la reacción de su novio— No es lo que piensas.

La casa del Tío Peter | Sterek | Where stories live. Discover now