Tres Vueltas De Arena

21.- Lubricus

Harry estaba siendo aplastado literalmente contra la puerta de su casa, Severus ya había arrancado a jirones su camisa y estaba desnudo de la cintura para arriba mientras él mismo estaba rasgando lo que podía de la camisa de Severus. Era injusto que solo él estuviera expuesto.

—¡Evanesco! —La varita de Severus una vez más entró en escena y la ropa de ambos desapareció. Severus agradeció más que nunca que Harry insistiera en alfombrar todo el piso, sus pies descalzos lo agradecían. Harry estaba siendo apretado, acariciado y plácidamente magullado. Severus se frotaba rudamente contra él haciendo que la piel de Harry se sintiera hervir.

Ambos habían hecho el amor de forma más tranquila y pausada anteriormente, disfrutando cada segundo... pero esto era casi animal.

Las manos de Severus se deslizaron hasta el trasero de Harry y lo levantó hasta la altura de sus caderas y presionó aún más su cuerpo contra el de Harry sin dejar de besarlo como si quisiera devorarlo. Boto la varita en el piso luego de lanzar el último hechizo que Harry no oyó porque Severus lo ejecutó de forma no verbal: "¡Lubricus!".

Las manos de Severus se separaron de Harry y cambió sus labios de los de Harry hacía el cuello empezando a succionar justo en la vena—¡Ngh! —Harry sintió un poco de dolor cuando empezó la succión, pero luego de eso, empezó a sentirse delicioso, Severus chupaba y lamía el área, alternando y dejando una marca púrpura. Con Harry debidamente distraído, Severus posiciono su miembro en la entrada de Harry y lo metió de un golpe.

Harry abrió la boca en un grito silencioso, más por la sorpresa que por el dolor, sea lo que sea, la penetración no era exactamente dolorosa, su esfínter acepto perfectamente el miembro de Severus... era absolutamente perfecto. Severus agarró a Harry de sus nalgas y empezó a embestir al tiempo que soltaba el cuello de su amado luego de dejar su marca. Harry era suyo y él quería reclamarlo como tal.

Sentía las embestidas más fuertes que alguna vez tuvo, su cuerpo se sentía como si estuviera hecho de gelatina, todo lo que había en el universo en ese momento era ese miembro dentro de él, golpeándolo por dentro, arrancándole la cordura en cada embiste. Harry se abrazó lo más que pudo a Severus y enterró sus uñas en la espalda de Severus haciéndolo gemir.

>> ¡Oh dioses! —Era la primera frase coherente que Harry expresaba en un rato—Más—Severus amaba el sonido de esa voz ronca, era señal de que Harry estaba disfrutando y Severus aumentó la fuerza de sus embestidas cuidando de tocar siempre esa pequeña protuberancia.

Severus solo veía como Harry gesticulaba de placer y atrapó esa mirada con la suya, siguió embistiendo sin dejar que la mirada de Harry se desviara de la de él y le habló con todo el autocontrol que pudo—Te amo, eres m-mío y no te dejaré ir nunca, n-nunca, nunca...—Severus siguió embistiendo y bajó sus labios al cuello de Harry empezando a dejar un rastro de chupetones desde debajo de la oreja hasta el hombro derecho de su amante.

Cada chupetón hacía que Harry siseara, entre sentirse empalado violenta y deliciosamente y esa lujuriosa boca, todo su cuerpo estaba al borde de estallar en llamas.

>> Mío, mío, mío... —Severus murmuraba entre cada chupetón mientras Harry solo se dejaba hacer y enterraba aún más sus uñas en la espalda de Severus dejando sendos rasguños en su piel. Incluso el leve ardor de esas heridas estaba llevando a Severus al clímax.

Cuando Severus empezó a sentir que Harry estaba al borde, capturó nuevamente sus labios con firmeza y dejó que su lengua saqueara la húmeda cavidad, bebiéndose los jadeos y gemidos de Harry hasta que uno de esos gemidos fue largo y profundo. Las paredes del interior de Harry estrecharon el miembro de Severus que empezó a vaciarse en el cálido interior mientras Harry se venía entre ambos. Había sido el orgasmo más intenso que habían experimentado ambos, en esa vida y en la anterior.