12.- Un dragón domesticado

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Luego de aquel beso en el gran comedor, la relación entre Draco y Harry despertó los instintos reporteros de toda la escuela, es decir, eran el mayor chisme que había en Hogwarts. No es que no se vieran muchas parejas de todo tipo, es más, ni siquiera eran los únicos gays. Había una pareja Hufflepuff-Ravenclaw entre los de sexto. Era solo que eran los más "lindos".

Luna Lovegood parecía haber sido invadida por el espíritu de Colin Creevey del tiempo original de Harry (en este tiempo era algo más "mesurado" y se pegaba más al profesor Ryddle, quizás porque Harry no era una celebridad "Tan Grande" como lo era el profesor de DCAO), y tomaba fotos a diestra y siniestra de ellos. Así fue como al final del año escolar, Harry pudo darle a Draco un álbum de ellos mismos haciendo las cosas que las parejas hacen normalmente.

Harry fue el primer amigo de Luna solo con unos años de anticipación, el recordaba que se hicieron amigos justo al empezar el quinto año, o, mejor dicho, se empezaron a conocer. Luna de este tiempo era justo como Luna en su tiempo... soñadora, algo despistada, inteligente y soltaba verdades como puños cuando menos te lo esperabas. Así que cuando se acercó a la chica para pedirle copias de las fotografías, fue un alivio ver que había personas que si seguían igual.

—Espero que lo que buscas lo encuentres aquí, no creo que sea agradable volver a pasar por esto—Le dijo la chica cuando le entregó las fotografías. Si, definitivamente Luna era la misma, sin importar en que tiempo estuviera.

Draco estaba muy feliz por el álbum y prometió cuidarlo mucho cuando Harry se lo dio poco antes de que el expreso de Hogwarts llegara a Londres. Habían logrado apañarse un compartimento para ellos solos en el tren y pasaron esas horas dándose besos torpes y tiernos. Harry no sabía bien aún si realmente era gay o no, quizás bisexual al menos, pero si sabía que le gustaba este Draco. Era un dragón tierno y muy lindo, que quería mimos y disfrutaba de pasar tiempo con Harry, solo por ser... Harry.

Se despidieron con un beso en el andén, entre los chiflidos y murmuraciones de sus compañeros, los cuales se dedicaban a "molestarlos" por ser "tiernos", lo que cualquier adolescente haría a una parejita que derramaba miel por toda la escuela.

Las vacaciones de verano pasaron como una exhalación, sin contar la temida "charla" que tuvo con su tío Vernon, tía Petunia, Sirius y Remus, cada uno le dio la misma plática, pero con distintos "matices", por llamarlo de alguna manera.

Vernon fue menos explícito, pero le explico a Harry que, aunque pensara que era algo "raro" que le gustaran los niños, siempre pensara primero en lo que le hacía feliz a él y no a otros, y que cuando llegara a "ciertos temas" con Draco, primero pensara si eso es en verdad lo que quería y que no permitiera presiones, ni presionara a Draco. Petunia omitió darle la segunda charla sobre sexo, ella se limitó a querer conocer a Draco y los padres de este, y le dijo a Harry que invitara a Draco y su familia a cenar, fue la cena más tensa que Harry hubiera tenido, pero Draco lo miraba con arrobamiento desde su lugar en la mesa.

Sirius, bueno... era justo la plática que Harry hubiera esperado de Sirius, es decir, completamente inapropiada, explícita, llena de detalles vergonzosos, así como anécdotas de sus años escolares y algunas descripciones que le dieron a Harry, ganas de Obliviarse a sí mismo. Remus fue algo como Vernon, dándole solo los lineamientos adecuados a su edad, así como una invitación a escribirle o llamarle por teléfono (una idea que había barajeado con Sirius y que al final, Sirius acepto cuando vio lo rápido que era comparado con el correo lechuza) para cualquier duda, o solo si necesitaba hablar con alguien.

Harry esperaba que cuando les dio la misma charla a sus hijos, no hubiera sido tan vergonzosa como estas. Al menos había evitado el uso de anécdotas como Sirius y jamás instó a sus hijos a invitar a sus parejas a la casa, eso lo había hecho Ginny.

Tres Vueltas De ArenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora