Tres Vueltas De Arena

18.- Recuerdos

Harry se sorprendió de que en verdad disfrutaba tratar con las pequeñas especies, desde cruzas de Kneazles hasta Crups, incluso los cangrejos de fuego solían ser agradables si se les trataba bien. Harry se preguntó si solo los magizoólogos podían atender a las mascotas de los magos o tendrían algo así como veterinarios, así que investigo por meses y al final, no encontró nada ni remotamente parecido a un veterinario mágico.

Había tenido charlas con Severus sobre qué carrera tomar, aunque Harry estaba disfrutando enseñar (teniendo reminiscencias sobre sus días como "profesor" del Ejército de Dumbledore), supo que sus intereses estaban más con las criaturas que con educar, aunque era un "profesor" bastante popular con los niños.

Había pasado ya casi el año escolar y Harry y Severus ya habían tenido altas y bajas, su relación estaba a la vista de todos, así que nadie se sorprendía cuando unas mañanas ellos parecían no querer hablarse en el desayuno y luego en la tarde, verlos tomándose de las manos en los jardines o robándose besos en los pasillos.

El único un poquito renuente a verlos juntos era el director.

Por primera vez, Albus Dumbledore no había visto venir algo. Se sorprendió mucho cuando vio que Harry y Severus parecían entenderse y cuando los encontró un día robándose besos en un pasillo, supo que esos dos habían tenido mucho tiempo conociéndose de ese modo, pero no había nada para probar que su relación no hubiera sido otra cosa que la de amigos y profesor-alumno durante el tiempo de Harry como estudiante.

Estaba un tanto molesto por no haberse dado cuenta, pero al mismo tiempo, estaba feliz por Severus y por Harry, pero más por Severus. Albus lo vio apenas recuperado luego de tomar terapia muggle por unos años y con el apoyo de su hermano, salió del pozo de miseria donde había hecho su hogar, por eso no dudo en ofrecerle un puesto en Hogwarts, para que tuviera algo seguro como empleo.

Severus se adaptó rápidamente y resultó ser un excelente maestro, algo loco y con ideas realmente revolucionarias alrededor de cómo las pociones podían mejorarse sustancialmente, y luego se metió de lleno con las ideas de su otro profesor favorito, Tom Ryddle. Ambos eran los mejores amigos entre el profesorado y entre los dos habían estado pugnando por mejorar los derechos de muchas criaturas incomprendidas, y, sobre todo, las leyes sobre matrimonio y descendencia de las antiguas líneas de sangre.

Seguro que Ryddle sabia de la relación, eso podía decirlo Dumbledore. La pregunta era si los encontró y decidió no decir nada, o le dijeron y él calló. En realidad, no importaba a final de cuentas. Ambos eran felices y se hacían felices mutuamente.

Pero la diferencia de edades podía jugar en contra, las diferencias... su propia historia de amor fallido debería ser un indicador de lo que podían afectar las diferencias una relación.

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—Hagrid ¿Cómo decidiste que Olympe era "la elegida"? —Harry estaba tomando el té con su mentor como siempre lo hacía la noche del viernes.

—Vaya, esa es una pregunta larga de contestar Harry, ¿En serio quieres oír la historia? —.

—Si claro—.

—Pues veras, yo conocí a Olympe un día que estaba buscando sobre mi madre, eso fue justo después de lo de tus padres, yo me sentí, ya sabes, necesitado de conocer a mi familia, no dejar cabos sueltos ¿Comprendes? y hubo un rumor de una colonia de gigantes en Francia... —.

Hagrid había conocido a Olympe Maxime cuando los rumores de boca en boca del bajo mundo le dijeron sobre otro "semigigante" aceptado entre los magos, la maestra de Encantamientos de Beauxbatons, aunque era un secreto a voces de los barrios bajos, nadie lo revelaba abiertamente ya que era una maestra querida y aun entre la escoria de Francia, había exalumnos leales a la profesora.