10.- Primer año

8.7K 1K 232
                                    

Harry supuso que debía ser, al menos en este tiempo, un "buen chico que confiaba en su jefe de casa", así que al final de la clase de la última clase del viernes, fue hasta el despacho de DCAO a hablar con Tom. Por una parte, estaba feliz de que Voldemort no existiera y por el otro, era algo extraño saber que "este" Tom era SU JEFE DE CASA.

Eso, y que no recordaba tantas comodidades en Slytherin la última vez que estuvo ahí en su tiempo. Incluso cuando Albus Severus fue sorteado en Slytherin, seguían siendo mazmorras que no se veían muy cómodas que digamos, y estas eran, bueno, espectaculares. Quizás debía hablar con Ron y preguntarle cómo era ahora Gryffindor.

Tuvo que poner sus pensamientos en pausa cuando la puerta del despacho se abrió.

—Señor Potter, ¿Qué se le ofrece? — Tom no traía la capa, así que solo estaba vestido con una túnica verde y negra que le hacía parecer un poco a una versión agraciada de Salazar Slytherin.

—Profesor Ryddle, verá, el profesor Hagrid me ha invitado a tomar el té esta tarde, y no estoy seguro de si se me permite salir hasta cerca del bosque prohibido. Me gustaría visitarlo, pero entenderé si hay alguna regla—.

—Uhmm, no veo por qué no pueda ir, solo procure regresar antes del toque de queda y si es posible, pídale a Hagrid que lo acompañe de vuelta al castillo, es mejor pecar de prevenido señor Potter—.

—Gracias profesor—.

Harry se fue de ahí directo hacia la cabaña de Hagrid, no es que fuera muy difícil de encontrar, la cabaña ahora era enorme, no el cuarto que recordaba. Era una cabaña de dos pisos, hecha con piedra y madera, rústica, pero de alguna forma, más "elegante" de lo que el Hagrid de su tiempo solía tener. Al lado de la cabaña había unas caballerizas, unas con un par de Abraxans, una con un Aethonan, otro par con unos Thestrals y un Granian al fondo. Amarrado al lado de la cabaña estaba Fluffy, dormitando y Harry podía jurar que había visto a un hipogrifo volando cerca de los árboles del bosque.

Toco a la puerta y abrió un emocionado Hagrid.

—¡Harry! Pasa, pasa, el té ya está listo y Olympe me dejo muchas galletas y panques, ya sabes que la cocina no es lo mío, a menos que sea carne, y hablando de eso, hice un asado de jabalí estupendo, ¿Te puedo tentar con un poco? — Quizás Olympe fuera buena cocinera y entre los recuerdos que tenia de Hagrid en este tiempo, parece ser que la carne no le quedaba mal.

—Bueno, un poquito—.

—Ese es mi muchacho, siéntate en la sala y en un momento llevó el té y los bocadillos—.

La sala era como la cabaña, rustica y acogedora. Hagrid en verdad se había esforzado en tener algo muy suyo, y de Madame Maxime, buen, Madame Hagrid. Había fotos de su padre y él en su graduación, pero no en su foto de bodas, lo que le decía a Harry que el padre de Hagrid no vivió para ver a su hijo casarse. Había otra con sus padres junto a él, mientras exhibían sus diplomas, así que Hagrid fue el maestro de ambos. Incluso había una foto de Hagrid en la boda de sus padres junto a sus tíos. Había otra donde Hagrid y Sirius intentaban agarrar a un esquivo Harry bebé que flotaba en el techo, "magia accidental" desde bebé.

—Veo que estás viendo las fotos, esa es de cuando tuviste tu primer brote de magia. Tu mamá te había dicho que era hora del baño y empezaste a flotar y flotar, la mansión Potter tenía techos muy altos y entre Sirius y yo te tuvimos que bajar. A tu mamá le pareció muy divertido vernos intentando llegar a ti. Al final bajaste solito luego de que te prometiéramos tu escoba de juguete. Slytherin desde bebé—.

Harry se ruborizó hasta las orejas y Hagrid estalló en carcajadas.

>> En serio envidio esas mazmorras, en mis tiempos la única casa con buenas instalaciones era Ravenclaw, Gryffindor tenía buenas camas, y la sala común era bastante buena, Hufflepuff tenía las cocinas a mano y los elfos solían llevarse bien con los Hufflepuffs, pero Slytherin era fría como hielo, todo el maldito año. Cuando Tom llegó como profesor a Hogwarts, propuso mejorar las habitaciones de las casas, pero cada uno de los jefes pensó en distintas cosas, ya sabes—.

Tres Vueltas De ArenaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant