Tres Vueltas De Arena

18.- Recuerdos

Hagrid se sintió intrigado por esta mujer y solicitó una cita con la mujer, para poder conversar y preguntarle "discretamente" sobre los rumores de la colonia de gigantes. Una vez que se conocieron, algo dentro de Hagrid hizo clic y para él, el mundo dejo de existir y toda su ancla al plano terrenal tenía la forma de una hermosa mujer algo más alta que él, con una presencia imponente y los ojos más hermosos que Hagrid había visto alguna vez.

Cuando se recuperó de la impresión, Hagrid le confesó a Olympe que estaba buscando a su madre giganta y esta, luego de discutir un buen rato con él sobre porque era una idea muy mala, por no decir suicida, aceptó ayudarlo a buscar la colonia.

Encontraron a los gigantes un par de semanas después gracias a algunos galeones cambiados de manos con algunos ex-alumnos suyos que no habían tenido muchos trabajos "honestos". Así Hagrid pudo enterarse que su madre tuvo otro hijo, un gigante completo, y que su madre se sentía más apegada a su hermano de lo que alguna vez se sentiría por él.

Eso deprimió mucho a Hagrid, pero abrió la puerta para la creciente amistad entre él y Olympe, Olympe sintió que Hagrid necesitaba un amigo que supiera realmente lo que significaba ser "algo como lo que era él", así que le confeso su condición como semigigante. Olympe había pasado toda su vida fingiendo ser solo "muy alta y algo robusta" y Rubeus Hagrid era la primera persona a la que le confesaba su "secreto".

Hagrid supo apreciar el gesto y empezaron a salir, ya que había pedido permiso especial y aún tenía unas semanas libres. A partir de ahí, se cartearon y en cada momento libre de sus trabajos, uno u otro viajaba por traslador para verse, hasta que Hagrid le propuso matrimonio un año después. La propuesta no estuvo nada exenta de problemas.

El ministerio de magia prohibía los matrimonios con gigantes, pero no había legislaciones para los semigigantes, así que no deliberaron el falló dentro de los días establecidos y movían la fecha constantemente, así que Hagrid se movió a Francia y contrajeron matrimonio bajo las leyes francesas.

Pocas gentes fueron invitadas, entre ellas los amigos de los Potter y los profesores Ryddle y Dumbledore, Severus se perdió la boda porque aún estaba convaleciendo por la depresión. El ministerio siempre fue la piedra en el zapato para todos. Se negaron a reconocer al matrimonio Hagrid como válido y no fue hasta que ciertos profesores de Hogwarts amenazaron con mover la escuela de sede que el ministerio claudicó y aceptó la validez del enlace.

Olympe empezó a negarse a decir cómo se conocieron ella y Hagrid porque le daba mucha vergüenza el haberse sentido tan renuente a revelar su verdadera naturaleza cuando él solo había visto su "belleza", no su sangre. Olympe se relajó mucho con Hagrid y su nueva actitud hizo que el director de Beauxbatons que ya había estado pensando en retirarse, viera en Olympe a la persona ideal para modernizar la escuela y le dio el puesto de directora. Hagrid "intento" hornearle algo, pero solo quemo el pastel, aunque Olympe, aun así, pensó que era el gesto más dulce que alguna vez alguien le dedicara.

—Entonces ¿Fue eso solamente? ¿Qué ella te dijera que era una semi-gigante como tú? —Harry había oído la historia de su romance y estaba furioso con los ineptos del Wizengamot ¿Quiénes se creían para decidir qué matrimonio era válido o no?

Hagrid había terminado su historia mirando la foto de su esposa con su vestido de novia.

—No fue eso Harry, fue el hecho de que yo era la primera persona con la que se sintió con suficiente confianza para revelarlo, ¿Entiendes? Cuando sientes que puedes decirle lo que sea a una persona sin temor a sentirte humillado o ridiculizado, que esa persona no va a salir huyendo o algo así, lo sabes. Porque por más que lo imagines, no puedes verte con nadie más en tu futuro, porque esa persona tiene tu total y absoluta confianza. Olympe me vio en el momento más vulnerable de mi vida adulta. Ni siquiera la muerte de mi padre pudo mover tanto dentro de mi como saber que mi madre no me amaba—.