Capítulo 7

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*Ethan*

Sam no dejaba de marcarme y había tocado a mi puerta al menos unas tres veces, estaba encerrado porque no quería que nadie me molestara y ella no entendía, era guapa y todo pero tampoco tenía que hacerse tantas ilusiones conmigo si apenas llevábamos dos días de conocidos, es decir, hay chicas que conocía desde hacía años y no pasaban de uno que otro acostón, sin embargo su hermana la que había captado mi atención seguro no quería ni verme, era tan divertido verla molesta, no podía explicar los sentimientos que ocasionaba en mi verla así tan indefensa no podía soportar que los demás se rieran de ella pero tampoco podía mostrarme frágil ante una mocosa, podía notarse a millas que era demasiado inocente y mi deber era mantenerla alejada de mí y de lo que le pudiera hacer, no es que fuera un monstruo pero sabía que no podía enamorarme, no tenía derecho a ser feliz y esa chica comenzaba a hacerme sentir algunas cosas y es que su beso dos años atrás había sido el puto beso más frío e inocente que había probado en mi vida, aunque ella ni siquiera me recordaba.

Robarle aquél beso fue la mejor acción que pude haber realizado... Ahora quería mantenerla alejada de mi pero mis instintos decían y me hacían hacer otras cosas, así que tal vez si la molestaba llegaría a odiarme tanto que fuese ella quien me apartara de su vida.

-Ethan, ¿Estás en casa?- me llamó al móvil Marc.

-Sí, estoy descansando- -¡Demonios!, debes contestarle a Sam me ha llamado un montón de veces para preguntarme de ti- dijo Marc.

-Lo sé, no me apetece hablar con ella debo descansar para la carrera en la noche- le dije, ya que tenía planes de ir a correr, tal vez esa noche por fin sería mi noche.

-Llévala Et, que todos te vean llegar con esa chica será ¡pfff! ¡ bomba!- por supuesto que la iba a llevar, como un trofeo nuevo de Ethan, Sam era muy guapa, con eso también me quitaría de la cabeza a la mocosa de ojos azules.

-Seremos los primeros en llegar- afirmé.

Decidí marcarle para que se pusiera bonita para mí.

-Preciosa- escuché su respiración agitada a través del móvil.

-Hola Ethan, pensé que nunca llamarías, te he ido a buscar a tu casa, me atendió una vez la señora del servicio, dijo que no estabas y después ya no me atendió nadie llegué pensar que no querías verme-.
- Acabo de llegar- mentí - quiero que te pongas bonita para salir esta noche-

-Claro, ¿Dónde me llevarás?- logré percibir la emoción en su tono de voz
-Paso por ti a las nueve, esta noche serás mi acompañante en las carreras - dije por último y ella aceptó aunque no sabía de qué se trataba, ya después le explicaría. Lo que comenzaba a gustarme y atraerme mucho de Sam era que nunca me decía que no y siempre estaba disponible para mí.

Me gasté toda la tarde en mi garaje haciéndole unos arreglos a la motocicleta para que estuviera perfecta para la carrera y al caer la noche me a listé, me puse un pantalón negro, una playera roja, mi chamarra de cuero negra y unos jeep negros, me monté en mi moto y avancé solo unos cuantos metros para esperar a Sam afuera de su casa.

Ethan- "Estoy afuera"
Sam-"Espera un momento llegó papá hoy y no me dejará salir sin mi hermana... ¿Puede ir?"

Tardé unos segundos en contestar ese mensaje, no estaba seguro de querer llevarla a ese lugar... no era lugar para una chica como ella.

Ethan-"No, será en otra ocasión".
Sam-"Espera, espera".
Sam-"Ya lo solucioné".

Guardé el móvil y lo metí en mi chamarra, esperé unos minutos más y por fin salieron ambas... ¿A caso Sam estaba jugando conmigo?, Ella había dicho que ya lo había solucionado.

-¿Qué significa esto?- dije señalando a Ava, sus hermosos ojos azules me miraron fulminantes.

-No te preocupes, la llevaremos a casa de su amiga, Papá no me deja salir sin ella, es un fastidio- contesto Sam de forma arrogante refiriéndose a Ava- Si quieres nos regresamos Sam- dijo ella amenazante.

-Ya, ya, andando- traté de evitar una discusión desagradable. Llevamos a Ava a casa de una de sus amigas, ella se bajó de un salto sin decir nada, se veía tan linda incluso molesta, me gustaba su estilo, las tres veces que la había visto usaba jeans, vans, camisetas y chamarra, a simple vista podía notar que era auténtica y no se gastaba el tiempo pensando en cómo agradar a la estúpida sociedad, acaso ¿Podía ser una chica tan terriblemente linda y perfecta como ella?

Llegamos al lugar de las carreras ya había bastante gente en el lugar todos me miraron al llegar, llevaba a una hermosa rubia abrazándome y además era el mejor corredor hasta entonces, la mayoría apostaba por mí y era bastante aclamado, tenía muchos amigos y conocidos pero también un sin fin de enemigos que me había ganado con el tiempo. Nos estacionamos y la gente comenzó a llegar a saludarme luego llegó Robert, Marc, Ryan, John y Tom junto con las hermosas Alison y Madison que eran inseparables.

-Dijiste que llegarían temprano Que serían los primeros en llegar- me saludó Marc riéndose.

-Tuvimos un percance con la hermana de Sam- dije mientras fumaba mi cigarro.

-Llegó hoy mi papá y no quería que saliera a menos de que me trajera al fastidio de Ava así que la convencí para que saliera pero se quedó en casa de otra aguafiestas igual que ella- intervino Sam.

-No me creo que sea tu hermana, no tiene tu clase- Dijo Alison en ese tono burlón suyo que tanto repudiaba.

-Pensé que no vendrías- me dirigí a Tom para cambiar de tema.

-Media escuela está aquí, además aunque no me gusta lo que haces no voy a dejar solo a mi mejor amigo- Tom, él siempre me aconsejaba, parecía un marica dándome consejos que muy rara vez tomaba en cuenta aunque era cierto, era mi mejor amigo y sabía que podía contar con él era la única persona que sabía algunas cosas de mi pasado y no me juzgaba por nada. Antes de que Tom siguiera con sus sermones me desaparté y fui a por las apuestas.

Comencé a correr desde los quince años, casi a los dieciséis cuando me compraron mi primera motocicleta, mis papás nunca pasaban tiempo conmigo así que me lo recompensaban dándome lo que deseara. Estuve en dos institutos antes de llegar al que estaba entonces, donde también organizaban carreras clandestinas, ahí llegaban de todo tipo de gente pero por lo regular gente más peligrosa que buena, llevaba ya dos años corriendo y nunca nadie me había ganado, por esa razón era que mi nombre sonaba tanto en ese mediocre mundo.

Comencé a acelerar y a sentir el poder del motor, sólo miraba hacia delante e ignoraba a todos a mi alrededor...Cada noche corría con la esperanza de que esa fuera mi última noche.

Cómo era de esperarse gané y no había habido nada nuevo esa noche, después de la carrera nos fuimos a festejar cerca de un muelle con varios chavos del colegio de los cuales no recordaba sus nombres, luego más tarde tuve que irme porque Sam pasaría por la pequeña Ava y al parecer su padre era estricto con los horarios.

Llevaba a las hermanas Collins en mi motocicleta pero era como si la chica castaña no existiera, era tan aburridamente callada, y la rubia tan fastidiosamente parlanchina, de la segunda ya sabía bastante por lo que me había platicado ella y mis amigos pero... me interesaba saber qué era lo que pasaba por la cabeza de Ava, me intrigaba poder conocer a una chica tan jodidamente fría e inocente.

Llegamos a casa y ambas se bajaron Ava sin decir una sola palabra y Sam con un beso de lo más caliente, con una chica como ella no sería difícil sacarme de la cabeza la estúpida idea de sentir interés por la fría Ava.

Mi hermosa pesadilla ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora