Capítulo 3

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Sasha corrió de tras mío pidiéndome disculpas, ¡Maldita sea! no iba a hacerlo, no la iba a perdonar cuando ella sabía que George me gustaba y había pensado en alguna posibilidad futura con él, yo le había hablado de mis sentimientos hacia él e incluso ella me aconsejaba así que, no, de ningún modo la disculparía.
Ella me alcanzó por los pasillos que llevaban al comedor y me jaló del brazo obligándome a mirarla.

-Ava, no fue mi intención jamás pensé en lastimarte te lo juro, él también me gusta y yo le gusto a él- todos los chivos a nuestro alrededor nos miraban divertidos yo no era del todo popular o sobresaliente en la escuela y cualquier cosa que pasaba con los de mi tipo se volvía la burla del día, de la semana, del mes, se hacía viral en la escuela y ese pequeño problema sin duda alguna me convertiría en un punto de burlas además, por si fuera poco George llegó para empeorar la situación.

-Ava- dijo él en tono alentador casi casi como si me tuviese lástima -Mi intención nunca fue lastimarte, no sé porque te hiciste ilusiones conmigo de verdad, es decir, yo jamás quise que pensaras que estaba interesado en ti, es solo que, ¡mírate!- Eso de verdad que dolió dijo la palabra ¡mírate! como si viera una rata de alcantarilla ¿Qué rayos le pasaba a ese tipo?
-Entonces explícame algo, si nunca te interesaste en mi ¿Por qué el empeño en andar detrás mío?- la voz me salió algo temblorosa y por un momento sentí que se me saldrían las lágrimas que claramente no se merecían ninguno de los dos.

-Eres la chica más inteligente en la clase, he andado por los suelos en algunas materias y yo necesitó graduarme con buen promedio.
Un momento, ese canalla me había usado todo el tiempo para que lo apoyara con tareas y trabajos que por su muy bajo intelecto no podía realizar. ¡Pues que se joda!
Tomé el proyecto que le había hecho para su calificación final y lo abracé yo sabía que necesitaba de eso para pasar la materia y así poder obtener una beca para asistir a un curso intensivo de verano que para ese entonces gracias a mí ya no tendría.

-Pues qué lástima que se haya terminado tu estúpido e infantil jueguito- salí corriendo con el proyecto en las manos esa era su salvación para no reprobar pero no me importaba, era el último día de clases y no pensaba quedarme.

Lo que seguiría después era peor, Sam no dejaría de burlarse de mí porque ella me había advertido diciendo que un chico como George no se fijaba en chicas como yo y vaya que era verdad, no podía creer como es que había sido tan ingenua para pensar que él se fijaría en mí, siendo tan sociable, deportista, agradable y divertido.

Llegué a casa y corrí a mi habitación a encerrarme antes de que Samuel se diera cuenta que me había saltado las clases aunque de todas formad más tarde llegaría Sam y le contaría lo sucedido.

-¡Perdedora! Papá está abajo y quiere hablar con nosotras, por cierto, lindo show el de hoy- Sam sólo se dedicaba a molestarme ese era su deporte favorito, luego de burlarse en mi cara salió riendo dejando el eco de un portazo en mi habitación, definitivamente mi mí vida no podría ir peor.

Estábamos los tres reunidos en la sala Samuel, Sam y yo, el ambiente estaba poniéndose bastante incómodo, para mi sorpresa Sam no había abierto la bocota con Samuel de lo sucedido en la escuela eso era raro en ella, por otro lado había olvidado que Samuel quería comunicarnos algo al parecer "importante".

-Chicas, ustedes saben que por mi trabajo no puedo verlas tan seguido, vengo una vez al mes o cada dos meses y siento que las estoy desatendiendo, no estoy pendiente de lo que pasa en esta casa y eso me pone algo nervioso- Papá hizo una pausa para confirmar que nosotras estábamos muy atentas a lo que nos decía -Por eso he decidido que nos mudaremos otra vez- ¡¿Mudarnos?! Era justo lo que necesitaba en ese momento irnos al otro lado del mundo de ser posible.

-Si, si, si , si, mil veces si- grité lo único que deseaba era jamás volver a esa escuela de porquería, con muchísima más razón por lo que había sucedido recientemente.

-¿Te estas volviendo loca Ava?-me fulminó con la mirada Sam -Papá no podemos mudarnos, yo si tengo una vida social aquí, este año me gradúo sabes todo lo que perderé ¿A caso lo sabes?, además esta sería la tercera vez que nos mudamos.

-Lo sé, Sam pero tendrán que aceptarlo, les prometo que esta vez será la última que nos mudemos, ya compré una casa para ustedes dos, no es tan grande como está pero es bastante cómoda. Yo las visitaré dos veces al mes tal vez mas según me lo permita mí tiempo y mi trabajo. Así que por favor comiencen a empacar mañana que salimos el domingo-esa fue su última palabra y yo estaba simplemente ultra mega feliz por tan pertinente decisión, ¡gracias "Samuel eres un dios"! pensaba mi loco yo mientras corría a empacar.

Justo cuando sentí que todo se iba a la mierda la mudanza fue mi salvación, después de todo el mundo conspiraba a mi favor y aunque Sam no estaba para nada de acuerdo con la idea tuvo que aceptarlo, esa tarde ella se la pasó despidiéndose de medio mundo en el colegio y yo de nadie ya que mi única amiga me acababa de traicionar atragantándose con la lengua de George.

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*Ethan*

El tono de llamada de la chica a mi lado comenzó a hacer un ruido espantoso demasiado fuerte y nocivo para el dolor de cabeza que sentía, aún estaba demasiado borracho y era muy temprano como para levantarme. Después de tres llamadas la castaña se despertó y dijo algo, no pude escucharla, no quise escucharla, solo entendí que se iría y que la llamara ¡Como si eso fuera a pasar!
Seguí durmiendo durante algunas horas hasta que tiempo más tarde otro estúpido ruido ensordecedor me despertó miré a mi lado y la chica con la que había dormido ya no estaba, recordé que se había despedido luego bajé a la cocina a por una cerveza y di un vistazo por la ventana para ver cuál era el motivo del puto ruido en la calle, ¡un carro de mudanzas!, por fin ocupaban la casa de al lado, ¡Demonios! Solía meterme en su sótano y pasar el rato sin que me molestaran, tendría que buscar otro lugar para gastarme el tiempo.

Tras tomarme una cerveza y aliviar un poco la resaca me tomé una ducha, me vestí rápidamente, tomé mi pequeña maleta con solo algunas cosas y salí de mi habitación, unas vacaciones muy buenas me esperaban en algún lugar, aun no decidía hacia donde viajar, solo sabía que me perdería por un tiempo otra vez, me fumé un cigarro luego bajé a la cocina, la señora del servicio ya había llegado le pagué por adelantado el tiempo que no estaría en casa y me despedí, ella era la única compañía que tenía en casa aunque solo fuera algunas horas.

Mis padres me compraron esa casa, es decir yo la había comprado con el dinero que ellos depositaban a mis tarjetas aunque no supieran de mi paradero y yo me hacía cargo de ella, pero hacerme cargo de la casa solo implicaba pagar por que alguien más lo hiciera. Lo bueno de que tus padres se la pasen en viajes de negocios, no se acuerden que tienen un hijo perdido y te regalen tu propia casa "aunque ni siquiera supieran" es que puedes hacer fiestas ilimitadas de tiempo ilimitado con alcohol ilimitado.

Me subí a mi moto que estaba estacionada afuera, acomodé mi maleta y miré de reojo hacia la casa de al lado que acababa de ser habitada, vi dos chicas entrar una rubia y una castaña, después de todo tal vez si habría acción al regresar a clases... Por supuesto que la habría.

Mi hermosa pesadilla ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora