La Tercera Salvatore - Libro I [En edición]

16. Final Parte 1

CAPITULO 16.

Al terminar de hablar con Klaus y que se quedara con una sonrisa burlona en su rostro, decidí regresar a mi casa, bueno a donde estaba viviendo ahora.

Ir a la mansión, no era buena idea por ahora, de cualquier forma, si tenían un plan o me necesitaban tenía mi celular conmigo.

—Hola Elijah —salude al original frente a mi.

—Anabella —rodé los ojos.

—No me gusta que me llamen así —seguí caminando.

—Así es como te llamas —continúo caminando a mi lado.

—¿Qué te trae el viento a mí?

—Estoy aburrido y hasta no recibir nuevo aviso...

—Decidiste que sería lo mejor venir conmigo.

—No conozco a nadie de este pueblo.

—Pasa —abrí la puerta frente a mí—. Toma asiento —deje mis llaves en la mesa y quite mi chaqueta—. Klaus vino a verme en persona.

—No me sorprende —tomo asiento—. Ya se había tardado un poco.

—Si lo sé —suspiré—. Elijah para serte completamente sincera, sé que a ti no te puedo mentir, pero yo... —hice un silencio jugando con mis manos—, no lo quiero matar.

—El destruyo todo —menciono con cierto rencor en su tono de voz.

—Yo lo sé —asegure—, pero una parte de mí...

—Ana —interrumpió el original—. Tenemos que hacerlo.

—¿Por qué? —pregunte sin entender—. Él se puede...

—¿Redimir? —menciono un Elijah incrédulo—. Nunca lo hará.

—Es tu hermano —mencione.

—Lo haré —aseguro—. Estés de acuerdo o no, lo haré —asentí sin mucha felicidad.

—Esta bien —asentí—. Elijah, quiero hablar contigo sobre otro asunto —jugué con mis manos nerviosamente.

—Por supuesto, te escucho.

—Estoy teniendo problemas con... —guarde silencio encontrando las palabras necesarias para decirlo.

—¿La sangre? —cuestionó Elijah al no ver que continuara con mi problema.

—No —negué rápidamente—. Con la magia —susurré aquello último. El Original asintió de manera sorprendida, pero tranquila a mí confesión—. Estos últimos días me han llenado de mucho estrés con todo lo que está pasando, y la magia se ha manifestado.

—¿Tus hermanos saben sobre ello? —curioseó Elijah, a lo que rápidamente negué.

—Estaba oculta, pero ahora salió y no sé cómo controlarlo.

—Tranquila —Elijah tomó mis manos entre las suyas—. Conseguiré a una bruja que nos ayude a mantenerla guardada como las has tenido todo este tiempo.

—Gracias Elijah —sonreí de manera aliviada.

Mi celular en la mesa de centro empezó a sonar, le pedí al original una disculpa con la mirada para tomar aquel aparato y contestarlo.

—¿Qué pasa Damon?

—Necesito tu ayuda —respondió mi hermano.

—¿Para que soy buena?

—Quiero retrasar el ritual —le di una a el Original, Elijah levantó su vista posándola en mí atentamente. Era claro que había escuchado a mi hermano.