5. El diario Gilbert

14.8K 614 48
                                    

—Bella durmiente, despierta —la voz de Damon se coló en mis oídos. Sin querer hacerlo del todo, pero poco a poco abrí mis ojos removiéndome perezosamente.

—A ti sí que te urgen traerla de vuelta ¿No es así? —tome asiento en mi cama tallando mi cara para poder despertarme completamente.

—Si — afirmo. — Ahora levanta tu lindo trasero —Damon me quito las cobijas de mi cuerpo apartándolas completamente. Tomo mi brazo y me puse de pie guiándome al baño, y sin mucho tacto. — Báñate y te espero en 3 minutos

—¡Oye! —me quejé de su poca delicadeza, pero sin dejarme hacerlo como deseaba, me cerró la puerta del baño en la cara. — Bien —suspire mirando el baño. — 3 minutos.

***

— Damon estoy lista —ingrese a la habitación de mi hermano mayor sin pedir permiso.

—Ok —se abotono el ultimo botón de la camisa. — Vamos con Stefan —salió por delante con total seguridad en lo que hacía. Pensé por un minuto y rápidamente vino a mi memoria lo que Stefan hacia ayer.

—Pero él y Elena...

—Vamos —me tomo de la mano obligándome a caminar hacia la habitación del menor.

Tal como lo había recordado, efectivamente ambos se encontraban dormidos en la cama juntos y con poca ropa.

Damon tomo asiento en el colchón, mientras yo me quedaba de pie, dándole una mirada de reproche con ambos brazos cruzados sobre mi pecho. Elena y Stefan se removieron.

—Buenos días —saludo Elena, primeramente.

—Podría acostumbrarme —aseguró Stefan abrazando más a Elena, yo solo rodé los ojos ante aquella escena.

—Buenos Días solecito – canturreo Damon.

—¡Damon! – se quejó Elena para taparse con las sabanas.

—Tranquila —menciono el mayor como si nada. — ¿Qué tiene de malo?

—En serio lárgate —ordeno Stefan algo incómodo, pero sobre todo muy molesto, yo solo reí por lo najo antes su reacción.

—Si veo algo, que no haya visto, les arrojare un dólar —comento Damon como si nada, la cara de Elena fue épica por lo que solté una risa enorme.

—Lo siento —mencione aguantando la risa.

—Escuchen —comenzó a explicar Damon. — Hay muchas cosas importantes que discutir

—¿Y tiene que ser ahora? —cuestiono una molesta Elena.

—Tenemos muchos que hacer —aseguro Damon. — Ahora que somos amigos —enfatizo la palabra amigos. — Y tenemos un fin en común —Elena y Stefan se miraron entre sí. — Bueno —Damon se levantó de la cama y se colocó a mi lado. — Para abrir la tumba necesitamos el diario, para encontrar el grimorio y terminar el hechizo. Lo primero, ya que Elena Gilbert, tu traerás el diario.

—¿Desde cuando soy tu ayudante? —cuestiono Elena molesta.

—Desde que estas en la vida de mis hermanos —hable por lo bajo para un oído humano, pero sé que mis hermanos lo escucharon, porque me vieron ambos de mala manera.

—Porque Stefan me ayudara. Y ya que ahora resides en su cama. Lo harás —dijo más como orden que otra cosa.

—No tienes que hacer nada que no quieras hacer —aseguro Stefan.

—Lo hare —menciono resignada y se volvió acostó.

—Gracias.

—¿Y como sabemos que el diario tiene la ubicación del grimorio? ¿Vamos a creerle a ese vampiro que a mí me parecía un imbécil? —Stefan cuestiono a Damon.

La Tercera Salvatore - Libro I [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora