4. Traigámosla de vuelta

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Sentí la luz del sol en mi cuerpo, el calor estaba subiendo, por lo que me destapé, pero al hacerlo el sol quemo directamente en mi cuerpo. Sin más remedio tuve que despertar. Me levanté de mi cama, fui al baño hacer la rutina de cada día.

Veinte minutos más tarde salí de mi baño y coloque la primera ropa que encontré, comencé a secar mi cabello con la toalla y revise mi celular. Una sonrisa torcida apareció cuando mire lo que había en el.

*¿Llegaste con bien? Mira que es difícil que me preocupe por alguien...*

TOF

Guardé el celular en la bolsa de mi pantalón y fui a dejar la toalla a su antiguo lugar. No tenía ni la más mínima idea de que era lo que podía hacer el día de hoy. Mi itinerario se había ido a la borda con la muerte de Zach y ahora tenía que planear uno muy rápido por estas dos semanas. Pero ya que me encontraba aquí y ya que mis hermanos se encontraban aquí, podíamos pasar un rato de hermanos ¿No?

Tal cual como lo hacíamos antes, como cuando estábamos vivos. Igual que en 1800.

Salí de mi habitación con destino a la de Stefan, suponía que Damon aun dormía, era temprano para él, pero Stefan seguro estaría despierto. Dos golpes en la puerta de la habitación de mi hermano y espere paciente por su respuesta. Escuché su voz autorizando mi entrada por lo que abrí la puerta entrando a ella.

—Hola —salude con una sonrisa a mi hermano—. Buenos días, Stefan —mi hermano se encontraba sentado en una silla y sobre su mesa un cuaderno en el que escribía—. ¿Sigues escribiendo? –curiosee.

—Si —cerro el diario—. Buenos días. ¿Qué tal dormiste?

—Muy bien, gracias —comencé a caminar por los estantes de Stefan mirando con curiosidad —. ¿Todos estos son tuyos?

—La mayoría lo son —respondió poniéndose de pie.

—¿Qué harás el día de hoy? —pregunte sentándome en su cama y mirándolo con una sonrisa—. ¿Podemos hacer algo?

—Me encantaría, pero tengo escuela —respondió—. Lo siento, pero podemos hacer algo por la tarde —propuso.

—Claro —sonreí ocultando mi decepción—. Preparare el desayuno —le mencione saliendo de su habitación.

***

—¿Y qué tal las cosas por aquí? —pregunte de forma curiosa mientras preparaba el desayuno

—Bien —contesto Stefan sirviéndose un vaso de jugo a mis espaldas—. ¿Por qué la pregunta?

—Me interesa saber cómo están mis hermanos —comente con un deje de ironía—. No creí que fuera un crimen —escuche la pequeña risa de Stefan.

—No lo es —respondió—. Gracias por preocuparte —le di una mirada rápida sonriendo.

—Y... —volví a poner mi vista en el desayuno—. ¿Las cosas entre tú y Damon? —mi hermano guardo un pequeño silencio, escuche como paso saliva por su garganta y como su corazón latió de diferente manera después de aquella pregunta.

—Bien —respondió de manera ahogada—. Damon y yo nos encontramos bien, seguimos peleando como siempre, pero...

—No me refiero a eso Stefan —interrumpí mientras servía el desayuno en el plato de mi hermano y le daba una mirada.

—¿Te refieres a Elena y Damon? —asentí––. Es complicado —comentó—. Sé que Damon siente algo por ella...

—¿Y ella nada por él? —mire a mi hermano con una ceja alzada. Stefan no respondió a mi pregunta y solo se limitó a guardar silencio—. No vaya ser la copia exacta de Katherine. Iguales por fuera, iguales por dentro —comente para mí misma.

La Tercera Salvatore - Libro I [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora