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No podía creer que después de cuatro malditos años de relación, me hubiesen dejado por alguien que no tenía nada que ofrecerle.

Literalmente, nada. Y la excusa barata que pudo darme Yoongi fue que "quería tener nuevas experiencias", lo cual todavía no entiendo.

Yoongi me ha dejado.
Hoseok no es el "amigo" que pretendía ser.
Y yo estoy sola sentada en un bar.

Agarro lo que creo es mi décimo shot de tequila. El ruido del bar empezaba a molestarme, la columna me dolía de estar sentada en el maldito taburete de la barra y definitivamente la mirada del castaño al otro extremo de la barra empezaba a incomodarme.

Levanté la mirada para ver cómo se había llenado todo el bar. Saqué mi teléfono para revisarlo y darme cuenta que 1) Taehyung debía estar muy ocupado para si quiera responderme o devolverme las llamadas y 2) que tenía otro mensaje de Yoongi con un "no puedo contestar, después hablamos mejor, lo siento" - bufé-.

Resulta que después de cuatro años juntos, Yoongi se había dado cuenta que nuestra relación no era lo que buscaba y necesitaba "nuevas experiencias" así que decidió que podía enviar nuestra relación a la mierda a través de un sucio mensaje que citaba "lo nuestro no podrá seguir, necesito experimentar otras cosas... Lo siento".
Obviamente leer eso me pareció tan irreal así que lo llamé, para exigir una explicación un poco más racional.

La cual llegó más tarde, claro que sí, pero no por parte de él.

Después de haberlo llamado demasiada veces, me llegó un mensaje de un número desconocido.

Y pude entender el por qué nuestra relación no podía seguir.

En la maldita foto que me enviaron, aparecía Yoongi abrazado y besándose con un muy cariñoso Hoseok enfrente de uno de los hoteles más caros de Seúl. Y no sólo fue esa foto, fueron varias de ellos juntos y acaramelados. Todavía no podía creerlo

—Maldición –grité en medio de mi borrachera y en medio del bar, por suerte mía solo la gente más cercana me escuchó. La rabia me consumía desde el mediodía que había descubierto que mi relación era un juego.

Agarre mi décimo primer trago, la garganta me ardió cuando me lo tomé

Llevo alrededor de dos horas sentada aquí y él castaño me observa desde que llegue, no sé qué busca de mí pero si sigue observándome así creo que considararé la idea de cambiarme de bar... O fácilmente ir a donde esta él y ver qué tal me sale una de esas "experiencias de una noche". Lo busqué con la mirada, porque tenía que admitirlo aunque tenía una mirada penetrantemente incomoda el tipo no estaba mal, ya no estaba en su lugar cuando miré, en realidad, no estaba por ningún lado cercano. Suspire y decidí que tal vez bailar me vendría mejor.

Sinceramente, no sé qué clase de baile estaba haciendo, mis pies no estaban del todo coordinados, y solo me movía de un lado al otro, no me importaba los demás, sólo quería olvidarme de lo malo por un momento mientras bailaba.

Cuando decidí que ya era suficiente del show que seguro estaba realizando, sentí unas cálidas manos en mi cintura, Calling all my lovelies de Bruno Mars estaba sonando, no sé quién estaba detrás de mi pero se estaba moviendo muy bien, la canción me fascinaba y los movimientos sugerentes de la otra persona no me estaban ayudando. Volteándome me sorprendí, o tal vez no tanto, de ver al castaño de la barra aquí.

Sonreí, porque vamos a admitirlo, era demasiado atractivo para el bien humano, enrollando mis manos en su cuello seguí moviendo mis caderas al ritmo lento de la canción, el castaño me pego aún más a su cuerpo. Podía ver su pecho a través de la camisa blanca que usaba gracias a que estaba sudando.

—Hola tú –lo saludé, él sonrió complacido. Más sin embargo no me contestó, sentí sus manos acariciar mi espalda a través del vestido y un pequeño beso en mi cuello, solo me reí de la situación– ¿Estás aquí solo? –se rió pero seguía sin hablar, su falta de contestación me frustraba más no llegaba a molestarme. Como que me gustaba todo el rollo del hombre misterioso.

—Te invito otra copa –su voz era ronca y profunda, me hablo al oído mientras con su mano en mi cintura, me guiaba a la barra, claramente no esperaba un no por respuesta. Y yo por otro lado no sabía que esperar– Vamos a los reservados de arriba, te parece? –dijo mientras nos entregaban nuestros tragos, no sabía si era por el alcohol pero la voz de este hombre me parecía hipnótica, solo quería escucharlo hablar.

—Dime cómo te llamas –podía estar borracha pero definitivamente necesitaba el nombre de él, aunque eso no me aseguraba nada en caso de que decida secuestrarme o violarme.
Sonreí, lo vi acercarse.

—Jungkook –me respondió, vale su nombre me gustaba.

Mientras subíamos decidí enviarle un mensaje a Taehyung "he conocido a un tipo en el bar. Eh, jungkook se llama" . Al menos así quedaba en consciencia de alguien con quien andaba si me pasaba algo. Una vez sentados en los muebles me di cuenta que el ambiente aquí era más intimo, mientras que abajo seguía un desmadre.

Jungkook sentado a mi lado sacó un cigarrillo, me quede viendo su perfil y se percató de eso, poco a poco se acercó a mi, con sus labios a centímetros de los mios, pensé que me iba a besar pero solo soltó el humo en mi boca, me sentía idiotizada por el alcohol y el humo. Volvió a repetir la acción solo que esta vez absorbí el humo y lo expulse después.

No sé cómo terminé sentada en sus piernas, realmente no me importaba saberlo. Tenia el corazón roto esa noche, estaba borracha y por alguna extraña razón este tipo quería hacerme compañía. Lo ultimo que recuerdo fue él besando mi cuello.

Por Una Noche | [JJK] [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora