Capítulo 27

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MellCaicedo sé que tu cumpleaños es mañana 28, pero te felicito un día antes. Espero que tengas mucha salud y suerte en tu vida, de todo corazón te deseo un feliz cumpleaños y todo lo mejor. ❤️


C A P Í T U L O 2 7.

SKYLAR BANNERMAN.



Me encargo de meter mis pertenencias en mi bolso de mano, todo lo hago rápido y al finalizar me echo aire en la cara, esperando tener un mejor aspecto y que Dante no se entere que estuve llorando. Mi tía me da un fuerte abrazo y sé que tiene miles de preguntas en su cabeza acerca de quién es Dante, pero cómo sabe que me están esperando decide guardárselas para otra ocasión. Le doy una mirada a mi primo Evan que duerme plácidamente en el sofá-cama y me acerco a él para darle un beso en su frente con amor. El esposo de mi tía se despide de mí moviéndome la mano y yo me despido de igual forma, respirando hondo y abriendo la puerta, dispuesta a salir.

Pongo un pie fuera de la casa de mi tía y lo primero que veo es un auto cromado, después mi mirada recae sobre el chico que permanece recargado en la puerta trasera del auto, él me sonríe inmediatamente al verme.

Cierro con cuidado la puerta tras de mí y me acerco a él con pasos lentos, intentando devolverle la sonrisa con la misma alegría.

Al plantearme frente a él lo observo cohibida, él trae una playera tipo polo de color azul marino, en la parte de su pecho tiene un cocodrilo, de la marca Lacoste.

—Hola, Sky —me saluda, dejando de recargarse en su auto para acercarse lo suficientemente a mí y plantar un beso en mi cachete, lo hace con lentitud, sus suaves labios se presionan en la zona de mi mejilla y el sonido del beso inunda mis oídos. Por su cercanía puedo respirar el perfume fresco que lleva y también su aliento a mentas.

—Hola, Dante —él me observa y la sonrisa no abandona su rostro, tiene tanto brillo en sus ojos que solo logra cohibirme —. ¿Nos vamos a mi casa?

—¿No crees que a tu padre le vaya a molestar? —pregunta, ladeándome un poco la cabeza.

Me río por lo bajo y niego. Puedo sentir que a través de las cortinas mi tía debe estar espiándonos. La conozco muy bien.
—Ni siquiera está, solo se la pasa trabajando más de lo normal, tú acompáñame.

Dante ya no menciona algo más ni se queja, solo acepta y me abre la puerta del auto en un acto de caballerosidad. Le agradezco y espero a que suba, una vez que él está dentro enciende el estéreo y música comienza a sonar en tono bajo.



—¿Estás bien Skylar? —inquiere, conduciendo hacia mi casa en una postura relajada.

Me paso un mechón de pelo detrás de mi oreja.
—Claro, ¿por qué me preguntas?

—Es que tu cara está roja.

Cuando lo escucho decirme eso ocasiona que me sonroje con intensidad, hasta empiezo a sentir bochorno.

—Y ahora aún más —termina de decir, sonriéndome.

—Es que estuve en la cocina y estaba acalorada, pero ya se me está quitando.

—Te acaloras mucho, ¿verdad?

Sonrío, jugando con los dedos en mi regazo. Por un momento, sintiéndome libre de todos mis pensamientos. —Solo a veces.

Quiero AmarteWhere stories live. Discover now