Capítulo 46. Somos amigos, acuérdate.

4K 183 76
                                    

C A P Í T U L O 46

SKYLAR BANNERMAN


Aspiro como por décima vez el perfume de Alex con mis ojos cerrados, y contengo por unos segundos el aroma, disfrutando de lo rico y exquisito que huele, y tras pasar los segundos reteniéndolo, suelto un suspiro, embriagada.

Lo aprieto con más fuerza por los costados y escucho los latidos de su corazón contra mi oído. Sonrío aún sin abrir mis ojos, porque al menos sé que su corazón está al mismo ritmo que el mío.

Sus dedos trazan unas líneas sobre mi espalda que hacen que mi piel se mantenga erizada por su suave contacto. No sé cuándo tiempo hemos estado encerrados y abrazados, pero sé que debe ser el suficiente para que ya me duelan las plantas de los pies.

—¿Quieres que te lleve a casa? —pregunta, en voz baja, rompiendo nuestro silencio en la habitación.

Me permito abrir mis ojos al escucharlo y despego mi cabeza de su pecho para elevar mi mirada hacia la suya. Tiene una expresión relajada, y en sus ojos brilla el amor.


—Está bien —acepto, tragando saliva y soltándolo de poco a poco sin querer hacerlo. Me relamo los labios secos y miro a Alex, quien me sonríe sin mostrarme los dientes. Cuando sonríe así me parece tierno, y cuando muestra sus dientes, me parece el tipo más atractivo y varonil que haya visto jamás.

—Solo déjame ir por tu corona que dejaste en el baño, y a lavarme la cara —me avisa, y doy un paso hacia atrás.

—¿Te quitarás el maquillaje?

—Sí, ya me fastidió.

—Okey... mmm —me balanceo en mi lugar y me ladea la cabeza, observándome.

—¿Qué pasa?

—¿En tu vaso tenías alcohol? –inquiero, con una sonrisita, sintiendo la gran necesidad de beber cualquier cosa para no sentir reseca la boca.

—No, era agua.

Lo miro con los ojos entrecerrados, sintiéndome indignada. —¿Estuviste tomando agua todo el rato?

Suelta una risa divertida y niega con la cabeza, despegando su espalda de la pared. —No, si tomé alcohol, pero siempre me tomo un vaso de agua, para el día siguiente no amanecer con resaca.

Levanto mis cejas y me acomodo el cabello, echándolo detrás de mi espalda.
—¿Y te funciona?

Asiente con confianza y abre la puerta del baño para meterse.
—Sí.

Observo que deja la puerta medio abierta y unos segundos después escucho el agua salir del grifo. Muerdo mi labio inferior y camino hacia la puerta de la habitación, es una habitación muy larga y grande, y todo parece muy ordenado, aunque no sé si sea dónde duerme Christian. Me recargo en la lisa pared a unos cuantos metros del baño y echo mi cabeza hacia atrás, cerrando mis ojos.

«Te amo, Alex»

«Y yo te amo a ti, muñeca.»

Una sonrisa involuntaria se instala en mi boca y muerdo mi labio, queriendo ocultarla, pero no es posible, porque me siento feliz de saber que realmente Alex sí me ama.

Me ama.

Y yo lo amo a él.

Y me ha vuelto a llamar muñeca.

Quiero AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora