[TERMINADO] NO ES MI HIJO

Capítulo 18

Capítulo 18

Un, dos, tres golpes a la puerta y ____ abrió suponiendo que era alguien de recepción, no se esperó nunca que fuera él.

El corazón de ambos estaba acelerado a más no poder, ____ sintió como un frio recorrió su cuerpo ¿Por qué él estaba ahí? Le cerró la puerta en la cara por inercia, no sabía que decir, lo amaba tanto que le dolía.

Jimin no tocó nuevamente, usó la llave que le habían pasado en recepción, ____ se sorprendió cuando abrió la puerta, quiso preguntarle como lo hizo, pero la voz no le salía, como quería refugiarse en los brazos de su esposo, pero ahora le era tan extraño, era muy incomoda la presencia de él.

—____, mi amor —Las palabras casi se le quebraban, quería llorar, estaba tan arrepentido por haberla dejado sola.

—¿Qué haces aquí? —preguntó finalmente ella.

—Mi amor, perdóname. —Se acercó a ella y por primera vez tocó su vientre, sintió algo muy extraño que invadió todo su ser, las lagrimas se apoderaron de él, se arrodilló ante ella, pero ____ se alejó.

—Jimin, vete por favor —Le pidió _____.

—Mi amor, te lo ruego, perdóname, no sabes lo arrepentido que estoy por haberme comportado así contigo —las lagrimas lo invadían completamente, pero ____ se sentía extraña, creía que al verlo nuevamente lloraría, pero no, estaba como ida, como si aquello no fuera real.

—Levántate del suelo —le pidió. —Y tranquilo, no tengo nada que perdonarte.

Él así lo hizo, se levantó del suelo y se acercó una vez más a ella con la intención de besarla, pero al igual como lo había hecho él, ella le corrió la cara y se alejó de él.

—No sé como me encontraste, a nadie le dije donde estaba

—Te he buscado por todo este tiempo, mi amor, no me des la espalda, mírame por favor.

—Jimin, ya no me digas "Mi amor", me siento incomoda —confesó. —Mi nombre es _____.

—Siempre te he dicho así —dijo él.

—Desde que te dije que estaba embarazada, dejaste de llamarme así, me acostumbré a tu frialdad, pero tranquilo, no te estoy reclamando nada, no es tu obligación querer a mi hijo, solo te pido que lo mejor es que nos divorciemos.

—¡Por supuesto que no! —dijo exaltado. —No vine con la intención de que nos divorciemos, yo te amo, hermosa.

—Es difícil de creer —dijo ella. —Es mejor que te vayas, no quiero alterarme con tu presencia, le hace mal a mi bebé, por muchos meses estuve sumergida en la tristeza a causa tuya, ya no quiero más eso.

—Compensaré todo lo que hice, dame otra oportunidad. —le suplicó. —Sé que actué mal, pero me arrepiento.

—Jimin, antes que tú hay otra persona que ocupa mi corazón —Dijo ella.

—¡¿QUIÉN?! —Preguntó gritándole. —¡¿TU AMANTE?!

_____ en ese instante le dio una fuerte bofetada, lo que le había dicho la había ofendido enormemente.

—¡La persona que ocupa mi corazón es mi hijo! ¡Lárgate Jimin!

Los celos nuevamente no lo dejaron pensar, se sentía como un imbécil, un maldito que en cada instante arruinaba todo.

—Perdóname —dijo nuevamente. —Mi amor, lo siento.

—Solo vete, Jimin —le pidió.

—Princesa, hablemos, quiero saber de ti, de nuestro hijo.

—¿Para qué? —preguntó ella. —Mi hijo no tiene nada de extraordinario, es un bebé más.

Las mismas palabras que él muchas veces le había dicho.

—Pero si quieres saber, he ido al ginecólogo, en las ecografías solo se ve una estúpida mancha que cada mes crece más y más, nada del otro mundo.

Sus palabras eran frías, pero ella no decía nada que él no le había dicho antes. A Jimin le dolía cada palabra, él las recordaba perfectamente.

—No lo digas así —le pidió. —Él no es un bebé más.

—Jimin, no finjas ahora que lo quieres, de verdad no es necesario —dijo ella. —Yo me basto para amar a mi hijo, él no te necesita.

—Yo lo necesito a él, te necesito a ti, eres mi esposa, la mujer de mi vida.

—¿No que te estabas follando a otra? —preguntó riendo sin gracia. —No me digas... ¿Te dejó esa mujer?

—Nunca te he sido infiel, fue una estupidez decir esas cosas.

—Pues yo tampoco nunca te he sido infiel, pienso y pienso porque tu cambio de actitud y no hallo una respuesta, no habido un momento en el que no me pregunte porque no quieres a nuestro hijo.

—Yo si lo quiero, lo amo al igual como te amo a ti

—Si tu lo dices —Se encogió de hombros y se fue a sentar en el sofá, los pies ya le dolían mucho, no era fácil llevar a un bebé que dentro de poco nacería. —Puedes irte Jimin, te perdono así que tranquilo.

—Tu frialdad me duele.

—Lo dudo, a mi no me necesitabas, por eso me dejaste de lado, yo quería hacer tantas cosas contigo durante los primeros meses de embarazo, tenía tantas ilusiones, ¿Recuerdas cuando te esperé al día siguiente de que te enteraras de que estaba embarazada?, me arreglé para ti, me trataste como si fuera poco menos que una prostituta, dijiste que tu casa se había transformado en un burdel, me restregabas en la cara todo el dinero que habías gastado en nuestra luna de miel, todo lo que te pedí que compraras en Hawaii.

—Mi amor, perdóname por todo eso, recuerdo a cada momento todo lo que te dije, pero te lo juro por Dios que me arrepiento más que nada en este mundo.

Ella suspiró, ya no quería recordar nada más, en su garganta se había formado un nudo que quería liberar. Dejó de mirarlo y su vista se posó en el televisor que estaba apagado.

—Hermosa, vuelve conmigo, vuelve a nuestra casa, te trataré como te lo mereces, no puedes estar en este hotel.

—Regresaré a esa casa —dijo ella. —Solo con una condición

—La que tu quieras, mi amor, haré todo lo que me pidas.

—Vete de ahí, no quiero vivir contigo bajo el mismo techo, esa es mi condición.

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