[TERMINADO] NO ES MI HIJO

Capítulo 17

Capítulo 17

Más de dos meses había transcurrido desde que ____ abandonó a Jimin, todo no había sido fácil para ella, ya tenia 6 meses de embarazo y su vientre cada vez se notaba más. No había podido conseguir un trabajo por razones obvias, aunque el dinero que tenía ahorrado aún no se le acababa, era muy precavida a la hora de gastar.

—Señorita ¿Por cuánto tiempo más se quedará en el hotel? —Había llegado de comprar y tipo de recepción la detuvo, ella se extrañó por su pregunta.

—¿Por qué me lo pregunta?

—Usted sabe que en este hotel no se permiten bebés, son muy ruidosos, y por lo que veo, usted está embarazada.

—No se preocupe, tengo claro que me tengo que ir —dijo ella con una sonrisa fingida. —Precisamente estoy buscando un arriendo, así que tranquilo, mi hijo nacerá dentro de 3 meses.

No esperó que él le dijera algo, subió al ascensor y llegó a la habitación en la cual se estaba quedando. Dejó las bolsas en la mesa y suspiró ¿Qué haría ahora?, efectivamente había estado buscando arriendos, pero eran demasiado costosos, podía pagarlos y eso no lo negaba, pero tan solo podría pagarlos por unos meses ¿Y luego?, no quería dejar a su bebé con una extraña para ella trabajar, por eso quería hacer rendir el dinero lo más que pudiera.

<<Dios mío, ayúdeme>>

No quería llorar, pero no pudo evitar hacerlo, no sabía que futuro le deparaba, tenía familiares, pero no quería críticas, no quería que después ellos estuvieran decidiendo por ella.
Prefirió dejar de pensar en eso por hoy, se dedicó a preparar algo para el almuerzo, su bebé estaba muy inquieto por lo que supuso que nuevamente quería Spaghetti con salsa blanca, ella realmente odiaba la salsa blanca, pero Dios, su bebé amaba esa salsa. Hace un mes y medio tuvo la increíble necesidad de probar la salsa blanca nuevamente, y ya no pudo dejarla de lado, el antojo era demasiado.

<<Si Jimin me viera comiendo salsa blanca>> Pensó con una sonrisa. Jimin sabía perfectamente como ella odiaba esa salsa, él la amaba, y se sentía frustrado cada vez que ella se negaba a comerla.

—Eres igual a tu papá —dijo acariciando su vientre.

El bebé se movió y ella no pudo evitar sonreír, nada era más maravilloso que sentir a su pequeño rayito de luz creciendo en su vientre.

Terminó de cocinar y luego se dispuso a comer, al primer bocado sintió como se derretía con la salsa blanca, no era ella, era su bebé.

—Haces milagros, mi amor. —sonrió mirando su vientre. —Lograste que mamá sea adicta a esta salsa.

Por otro lado, Jimin estaba destrozado, tanto tiempo buscando a su esposa y no la encontraba, no había un maldito día en el que no se arrepintiera, había sido un imbécil, un idiota que no supo creer en ella.

Se miró en el espejo, había adelgazado considerablemente, había días en los que ni siquiera comía, poco a poco se estaba muriendo de la tristeza por no saber de su mujer y de su hijo.

—Vamos, hombre —dijo Suho. —_____ no te puede ver así.

—No sé donde está, quizás está pasando necesidades y todo por mi culpa

Las lágrimas no tardaron en aparecer, le dolía tanto el pecho, el corazón por no tenerla a su lado, por imaginarse lo mal que lo estaría pasando.

—La dejé tan sola, jamás le pregunté como se sentía, jamás le pregunté como estuvo su día, nada —Dijo recriminándose. —Ella siempre me esperaba con la cena lista y yo la dejaba sola, cuando se sentía mal no me dignaba a ayudarla, jamás satisfacía sus antojos, y a mi bebé llegué a odiarlo.