#32

704 73 1
                                    

Los días siguieron corriendo hasta que al final pasaron dos semanas y fuiste libre por fin bajo las indicaciones de poco esfuerzo e ir por una revisión diaria por si las dudas.
Y aunque te alegrara mucho salir aún te sentías mal por el hecho de que Nico no había vuelto ni una vez desde ese día  visitarte, ni si quiera a hablarte; casi parecía querer evitarte. Duele cuando el chico que te gusta te quiere evitar ¿No?.

De todas formas te fuiste  tu cabaña para un baño relajante y necesario antes de poder cambiarte y salir un rato a al menos estirar las piernas, disfrutar del aire fresco y un poco de libertad. Al menos hasta que sonó el cuerno anunciando una merienda.
Te sentaste con tu padre en la mesa, frente a frente. Se veía feliz de que estuvieras mucho mejor y no tardaron en darle algo a los dioses (esta vez una parte de tu comida fue para Bía y otra para Hefesto), y apenas sentarte deseaste que en tu plato apareciera una porción del Kartoshka casero que tu abuela solía prepararles (mayormente por deseo de tu abuelo) y apenas apareció sonreíste de forma cariñosa y empezaste a comer.

  — Eres idéntico a tu abuelo ¿Sabías? —dijo Alessandro con una mueca dulce mientras comía de sus galletas.— El también amaba comer kartoshka casero... Tal vez eso enamoro a Apolo de tu abuela, su comida.

No pudiste evitar una risa ante la idea del dios del sol pidiendo más y más comida casera de tu abuela.

— La abuela era una gran cocinera de postres —coincidiste mientras comías a grandes bocados.  

Él afirmo sonriendo y siguió con su comida y tú con la tuya hablando cada tanto de tonterías; tal vez nunca se lo dirías, pero más que un padre a veces era más bien un gran hermano mayor literalmente brillante y responsable.

. . . 

Apenas acabar la comida tu padre te acomodo un mechón de cabello detrás del oído como gesto cariñoso y luego de eso te toco con la punta del dedo una de las pecas de tu nariz diciendo que estaría practicando arqueria por si necesitabas algo, pero que de todas formas no te esforzaras; le prometiste cuidarte para no preocuparlo más.
Él se fue y decidiste pasearte un poco más tal vez por los campos de fresa o la playa, pero en el camino te cruzaste justo con la persona menos esperada: Nico. Volvía al parecer del bosque y apenas verlo alzaste el brazo sacudiendo la mano para saludarlo acercándote un par de pasos, pero simplemente el retrocedió y aprovechando la sombra de los árboles se fundió en una masa oscura y desapareció.

Te quedaste mudo mirando el árbol bajo el cual estaba. Sentiste casi que tu corazón se rompía, definitivamente te estaba esquivando, huía porque probablemente había descifrado el por qué, pero de todas formas sentiste que no podías contenerte por mucho; te dirigiste apresuradamente a tu cabaña y apenas entrar diste un estridente portazo tirándote sobre la cama y abrazando tu almohada soltando las lágrimas y maldiciones mientras nadie te estaba mirando u escuchando.

. . . 

Un rato más tarde tu padre entró finalmente riendo y despidiéndose de alguien al parecer dejando su nuevo arco a un lado antes de notar que estabas en tu cama  llorando por lo que se acerco extrañado.

  — ¿Daniel...? —preguntó preocupado sentándose en tu cama y tocándote la cabeza— ¿Dani que pasa?

Ni si quiera le respondiste en ese momento, te abrazaste fuerte a él y seguiste llorando mientras a su manera tratada de consolarte dándote caricias y abrazándote.

— Ya ya pequeño... ya pasó ¿Si? No llores —decía de forma suave mientras limpiaba tus lágrimas con mano.

Seguiste llorando poco más para acabar de descargarte hasta que te calmaste y mientras él te sentaba en sus piernas consolándote pudiste por fin contarle quién era el chico que te gustaba, lo que habían pasado por el tártaro juntos, lo que habías prometido y finalmente sobre la charla en el cuarto del improvisado hospital de la casa grande, de como no había vuelto a hablarte después de eso, lo que paso minutos después de que el se fue al terminar el almuerzo y de como te sentías con eso para estar llorando así. Al final él solo quería levantarse y plantarse en la cabaña trece para echarle una bronca al "glupyy (estúpido)" que te había hecho eso tan descarado; pero solo le dijiste que no lo hiciera aun con las mejillas húmedas, y él, secándote la cara, prometió al final que no lo haría y se quedo consolándote, dándote tantos buenos consejos como podía desde su experiencia.

. . .

Durante la cena di Angelo no se apareció por el comedor, y decidiste no ponerle atención. pediste unas cuantas porciones de pizza a tu plato y luego de eso, aún desanimado te fuiste a acostar temprano, antes del toque de queda, abrazando tu almohada con un par de boxers y solo tu remera bajo las frazadas.

Me gustas di Angelo (Nico y tú - BL) [TERMINADO]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang