#24

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Según el plan brillante (y no en el mal sentido) de di Angelo usaríamos las perlas de Persefone para poder salir del palacio de Nyx directamente hasta el campamento mestizo.
Y por suerte la diosa se las concedió, pero hubieras deseado que les diera dos más para poder llegar al palacio sin tener que atravesar TODO ese horrible lugar.

Finalmente y luego de tener las dos perlas (MUY bien guardadas) salieron del palacio despidiéndose de Hades y Persefone y se dirigieron a la entrada del tártaro.
Pasaron dentro de la cueva, aunque en realidad estabas asustado ya con solo estar parado ahí, sin embargo mientras más se acercaban al foso podías oír susurro que era muy diferente a los que se oían las pocas veces que habías viajado en las sombras con Nico. Desde abajo de ambos, directamente desde el foso se oía una voz casi malvada que sonaba antigua, y lo que decía casi llegabas a entenderlo, una parte de ti podía casi entender que era lo que decía, como un griego antiguo, anterior incluso a los dioses. ESE era el Tártaro.
Tomaste aire un par de veces suspirando despacio para calmarte, pero aún así no lo lograbas muy bien.

  — ¿Estas listo? —pregunto el hijo de Hades mirándote.

Sentiste ganas de gritarle un rotundo NO y huir de ahí. Pero de todas formas asentiste velozmente demostrando tu nerviosismo y te acercaste más al precipicio.
Le tomaste la mano a Nico para aplacar tu miedo (cosa que te permitió gracias a los dioses) y luego saltaron al mismo tiempo.

La idea de "un noche sin estrellas" se quedaba totalmente corta con la oscuridad de la caída, era como tres o cuatro noches juntas, sin luz, sin poder ver más que el chico que tenías a tu lado en un vació absoluto donde solo sentías el ruido ensordecedor del viento contra tus oídos . Tuviste que agarrar con algo más de fuerza la mano del chico oyéndole decir algo (no muy entendible) mientras caían.

. . .

Sentiste que caías por días y días interminables hasta el aire empezaba a calentarse y finalmente tu espalda y la del chico dieron de lleno contra el piso de lo que parecía arena, aunque no se sentía como tal. Él tal vez no lo sintió por su gruesa chaqueta de aviador, pero tu solo tenías tu remera  del campamento, y pudiste sentir como el vidrio te pinchaba en la espalda y las piernas haciendo que soltaras quejas.

A su lado, a apenas un par de metros podías oír un río fluir lleno de lamentos que casi te daban ganas de zambullirte, intentaste recordar un poco de tus clases con la cabaña de Atenea, aquel debía de ser el río Cocito (literalmente el río de los lamentos), uno de los cinco que corrían por el inframundo. Te aguantaste las pequeñas cortadas en las palmas al levantarte y decidiste ayudar a Nico para que se hiriera menos que tú en lo que empezaban a caminar en dirección contraria a las aguas (por temor a que te tentaran a saltar más todavía). Por suerte la arenilla de vidrio se volvió piso firme y no doloroso, aunque de todas formas respirar ya era literalmente doloroso.
El aire se sentía como respirar ácido (que era probablemente lo que respiraban en ese momento) y hacía que te ardiesen los pulmones (de forma soportable luego de unas cuantas horas).

  — El tártaro si que es un tormento —dijiste caminando al lado de nuevo del chico—, y ni si quiera empezamos.

Te dio la razón y comenzaron a caminar por el lugar con una dirección fija. Seguramente tardarían unos días en llegar, pero lo harían. Debían hacerlo.

. . .

Llevaban horas y horas caminando hasta que tu estómago empezó a rugir, y sentías los labios tan secos que decidieron que lo mejor era un pequeño descanso para beber agua y comer algunas cuantas barritas de cereal y frutas, aunque lastimosamente tenías dinero humano y unos cuantos dracmas dudabas encontrar algún kiosquito o McDonald en el tártaro, pero aún así tenías algo de comida como para uno o dos días, ademas tenías un pequeño truquillo por si la comida se acababa.
Lo bueno es que cerca de donde estaban no parecía haber monstruos así que aprovechaste a descansar un poco mientras comías y tomaste bastante agua (más de la debida tal vez) antes de seguir caminando sin hacer demasiado ruido y alertas ante cualquier monstruo.

Me gustas di Angelo (Nico y tú - BL) [TERMINADO]Where stories live. Discover now