Pero Alaska iba a probar ese hecho. Se separaría del grupo, cuando nadie estuviera prestándole atención y viajaría hacia el pequeño pueblo que solo quedaba a veinte minutos de distancia. Tendría toda la tarde para averiguar más sobre su familia.

—Carajo —Maldijo—. Esto es estupendo.

Y dejando a Emmie en la habitación, Alaska salió de la habitación a toda prisa, dirigiéndose al mostrador principal del lugar donde estaban las listas de inscripciones para esas salidas. Anotó su nombre en una línea desocupada y volvió con mejor humor.

Su plan era simple y no había formas de que fallara. Al volver podía dar la simple excusa de que se había perdido entre los lugares del santuario, era perfecto. Y aunque sabía que los Ryddles eran la familia de lord Voldemort, su pariente directo y mago tenebroso, creía que con ellos muertos nada podía salir mal.

El día de la salida, Alaska fue la primera chica en estar preparada. Se encontraba en la entrada del ala oeste alisando la tela de su vestido abotonado con un patrón de cuadrilla y luego se aseguró de llevar todo lo necesario en su bolso, varita incluida.

El viaje en autobús era, sin duda, la parte más tediosa. Sentada durante tres horas al final del transporte con su reproductor de cásate personal en funcionamiento y escuchando la música, en ese momento se reproducía "Please forgive me" de Bryan Adams a través de los auriculares, y pensó en el orfanato. Había comenzado a pensar que lo mejor habría sido quedarse allá y disfrutar del lugar casi vacío, pero no podía desaprovechar esa gran oportunidad. Era como si el destino finalmente si hubiera puesto de su lado.

Pronto se detuvieron en lo que parecía ser el centro de la ciudad y todos se reunieron en un pequeño parque, les estaban comunicando que tenían que caminar unos minutos para llegar a su destino y durante esa breve caminata debían quedarse junto al grupo.

Alaska no escuchó el resto de las indicaciones, no le interesaban por lo que subió el volumen de la música. Caminaron hasta que llegaron a un deteriorado edificio de piedra, y al igual que el resto de los lugares de esa ciudad, estaba vacío por completo.

Tuvieron que esperar otros diez minutos en la recepción, y Alaska supo que era el momento de actuar cuando su guía parecía tener todo listo para comenzar.

—Emmie, iré al baño —Le dijo Alaska a la castaña que se encontraba cerca de ella—. No me siento muy bien.

—Pero ya estamos por comenzar. —Dijo con tono de inquietud.

—Los alcanzaré luego, esto no puede esperar.

Esperó cinco minutos dentro del baño y cuando dejo de escuchar voces al otro lado de la puerta, salió. En la recepción no quedaba nadie y le dio el pase libre para salir de aquel edificio y tomar un taxi que la llevaría a Pequeño Hangleton. Una sonrisa en su demostraba lo feliz que se sentía por lo bien que estaba saliendo su plan.

Fue dejada en un camino rural bordeado de altos setos, bajo un azul cielo de verano. Se adelantó por el caminó sin divisar el pueblo al que se había dirigido, cuando el camino describió una curva hacia la izquierda y empezó a descender por la abrupta ladera de una colina para desembocar en un amplio valle lo diviso, el Pequeño Hangleton enclavado entre dos empinadas colinas, lo único que pudo distinguir desde ese punto fue una iglesia junto al cementerio y, al otro lado del valle, una mansión que en su tiempo debió ser una hermosa casa solariega. Ahora parecía estar desmoronándose.

Alaska se adentró en el pequeño pueblo que, sin duda, estaba en muy malas condiciones. Las calles estaban sucias y la mayoría de los hogares eran antiguos y poco modernos, no había mucho allí, ni siquiera tenían una estación de policía o algún gran hospital. Mientras caminaba por la calle principal, que estaba hecha de tierra, recibió muchas miradas de intriga por parte de los pobladores. Tal parecía que las visitas no eran muy comunes en ese lugar.

regreso del señor tenebroso ⁴ ━━ harry potter sagaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن