XIV

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Si, sé que prometí actualizar más seguido, pero bueno, no pasó (?). Como sea, éste capítulo es el más largo que he escrito, es el doble de lo que suelo escribir, más que nada para recompensar por la espera. A las que siguen aquí leyendo esto, gracias por sus votos y comentarios, me encantan♥️. Bueno, sin nada más que decir, lean.

•••

(...)
Con Irelia

La albina jugó con sus dedos algo nerviosa, estaba a punto de verla, ver a la mujer de sus sueños, a la mujer que siempre quiso ver, conocer, hablar, abrazar. Y estaba a solo una puerta de distancia.

Se preguntó si la recordaría, y se preguntaba cada vez más cosas en su cabeza llena de inseguridades cuando la puerta se abrió, y ahí, parada frente a ella, estaba Christa. Ambas mujeres se miraron fijamente, era como verse a ellas mismas, Christa veía a una versión más joven de ella e Irelia veía a su versión adulta. Christa abrió la boca para hablar, pero Irelia se le tiró encima, provocando que ambas cayeran al suelo, la mayor se sorprendió de esa reacción y le devolvió el abrazo. Irelia empezó a llorar y su madre escuchó sus sollozos, le empezó a acariciar su pelo con dulzura.

—Madre —musitó Irelia levantando la cabeza y mirándola.

—Mira como has crecido, Irelia, eres mi viva imagen de joven —comentó la mujer levantándose y estirándole su mano a su hija para levantarla, Irelia la tomó y se levantó.

—Yo... —Christa la calló limpiando sus lágrimas.

—Tu hermano me ha mantenido al tanto de todo —soltó la mayor—. No tienes que decirme nada, pero quiero conocer a esos tales Ruki y Azusa

Irelia rió limpiando las lágrimas que quedaban en sus mejillas, Christa sonrió aliviada de haber alegrado la situación.

—En ese caso no tengo que explicar nada de eso pero... —soltó un suspiro—, mamá, ¿Qué debo hacer?

Christa escuchó atentamente todo lo que Irelia tenía que decirle, cómo se encontraba, las heridas que su cuerpo todavía no sanaba, sobre querer ir a rescatar tanto a Azusa como a Rini.

—Como tu madre te diría que te quedes hasta que tus heridas se curen —Irelia bajó la cabeza algo apenada por esa respuesta—, pero no creo que seas de las chicas débiles que esperan a que los hombres hagan todo, ¿no?

Irelia la miró maravillada.

—¿Entonces a cuál debo salvar?

—Eso lo sabes, mi niña —acarició su mejilla, Irelia asintió.

(...)
En la sala principal

—¿La perdiste de nuevo? —Preguntó Kou con un tono burlesco y girando los ojos.

—Vete a la mierda, Kou —musitó Kin, Yuma la golpeó levemente con su codo en el brazo.

Y mientras había una pelea de miradas entre Kin y Kou, el más pequeño de los Sakamaki ya se encontraba entrando en la habitación de su hermana, mirando en todas direcciones y visualizando una sola figura, y no la que quería ver ahí.

Sin pensarlo dos veces se abalanzó encima tomándolo por el cuello de su chaqueta y lo levantó en el aire.

—¡Subaru! —Gritó Liz llegando a la escena junto a Ayato y Ruki.

—Lo preguntaré una vez, ¿Dónde está mi hermana? —Preguntó con el semblante serio y estando a nada de empezar a golpearlo. Shinji sonrió a pesar de las circunstancias.

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⏰ Last updated: Jan 24, 2018 ⏰

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「No la dejaré」Where stories live. Discover now