「No la dejaré」

V

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Nos vemos en mil años más.

(...)
Con los Mukami

La chica bufó descontenta, estaba acostada en la mesa sobre sus brazos doblados y jugaba con sus pies moviéndolos hacia adelante y hacia atrás.

—La escuela es una mierda —murmuró escondiendo su cara entre sus brazos.

—Y llevas dos días —dijo alguien sentándose en frente de ella, levantó la cabeza rápido y se encontró con Azusa.

Se enderezó rápidamente y tomó con  nerviosismo la taza que el chico le había pasado, sintió el olor a té.

Estaba incómoda, jodidamente incómoda, nunca había hablado con Azusa, normalmente se evitaban entre ellos.

—Perdón —se disculpó por el "mierda" que soltó, lo cual él pareció no captar.

—Ah, tienes ya 16 años, puedes decir todas las groserías que quieras, niña —dijo riendo.

Le sorprendió que dijera que tiene 16, cuando aún faltan unos meses. Por otro lado, nunca lo había visto reírse, pensó que era tan raro como que Subaru hablara con alguna chica.

—¿Subaru? —preguntó levantándose repentinamente al cruzarle ese nombre por la cabeza.

Azusa se quedó quieto y observando a la chica en silencio, ¿Cómo sabía ese nombre? ¿Estaba empezando a recordar?

—¡Irelia! —gritó Kou por la escalera, la nombrada caminó lento hacia el chico, apretando bien la taza con té que tenía en sus manos—. ¿Pasa algo?

—No... nada, ¿Para qué me llamaste? —preguntó intentando que no se notara tanto como se sentía internamente.

—Ya es hora de irnos.

—Me voy a... cambiar.

Azusa seguía sin moverse de su sitio;

Se preguntaba porque hacía todo eso, ¿Era por ella... o por él mismo? No era mentira ni un secreto que todavía sentía algo por la chica y que prefería su felicidad que la de sus hermanos... pero, no sólo lo hacía por ella, también por él, para tener tranquilidad, para no verla en brazos de su hermano... sí, estaba celoso.

••

La chica caminó metida en sus pensamientos, ¿Por qué le sonaba el nombre Subaru?

Los Mukami habían notado su notable cambio de humor, no estaba sonriendo, y se metía en su mundo, ni siquiera dijo algo de camino a la escuela. Por lo que sabía que tarde o temprano le preguntarían que pasaba.

Al ir metida en sus pensamientos, chocó con alguien.

—¿Sakamaki Irelia? —preguntó una fémina, Irelia la miró confundida.

—¿Sakamaki? —preguntó y un recuerdo borroso paso por su cabeza, pero no hizo ni un gesto para que la desconocida no le dijera nada—. ¿Cómo sabes mi nombre? Y es Mukami.

La chica se vio sorprendida.

—Soy Momoi Woods, ¿No me recuerdas?

—Lo siento, pero no te estoy escuchando, permiso —dijo Irelia y se fue de ahí antes de que la chica dijera algo.

Caminó lo más rápido que pudo hacia el baño, llevaba recién tres días ahí, con suerte y se memorizó pequeñas cosas. Llegó al lavamanos y abrió la llave mojándose la cara.