「No la dejaré」

VII

Ok, ok, este capítulo tiene varias cosas. Les aviso desde ya que recién empecé a jugar "Dark Fate", por lo que en este capítulo hay un poco del prólogo, y uno que otro cambio.

Ah, y ya le dijeron la verdad a Irelia. x

ACTUALIZACIÓN: en este capítulo le dicen a Irelia la verdad.

•••

Se sentía mal, estaba acostada en la mesa como de costumbre. No le gustaba sentirse así, ella era fuerte, pero todos esos pequeños recuerdos que le venían de la nada la tenían así.

Kou se le acercó, estaba decidido a decirle, sabía que había estado mal todo eso de llevarla con ellos, pero él la necesitaba, era su pilar fundamental para no desmoronarse, pero ya todo había llegado muy lejos, y prefería la felicidad de ella que la de él.

—Irelia —la llamó firme.

—¿Kou? —se levantó rápido a mirarlo.

—Tenemos que hablar.

—¿De qué?

—De tu vida.

—No te entiendo —si le entendía, pero no quería escuchar.

—Tu familia son los Sakamaki, eres la hermana menor, tuviste una enfermedad que casi te mata...—

—No, detente.

—Tomaste algo que te hizo parecer muerta, y Ruki te sacó de tu tumba por órdenes de alguien.

Hubo un silencio que mataba, Irelia se levantó y caminó a pasos lentos hacia el segundo piso, Kou la siguió en todo momento, ella se dirigió a la biblioteca, donde sabía que estaría Ruki. Él estaba sentado en el sillón con el libro de siempre en la mano, Irelia se le acercó.

—¿Quien te dio órdenes de sacarme del ataúd, de alejarme de mi familia, de hacerme creer que ustedes eran todo lo que tenía? —preguntó sin dejar que su voz temblara, quería llorar.

Ruki miró a Kou y luego a Irelia, no servía de nada seguirle mintiendo.

—Tu padre.

Irelia no dijo nada y volvió a la puerta para irse de la mansión, los ojos fríos y la expresión seria de Ruki no se le olvidaría.

••

Miró hacía el cielo, ya era de noche y había luna llena.

Se dejó caer de espaldas al pasto mientras alzaba la mano intentando "tocar" la luna.

Pero su paz se vio interrumpida por un pequeño murciélago con un parche negro tapando su ojo izquierdo.

—¿Sabes? He estado esperando mucho tiempo volver a verte desde que casi me matas, pero justo en este momento no quería ver a nadie —comentó a la vez que el murciélago se transformaba en un vampiro y se acostaba al lado de ella.

No era la primera vez que Irelia veía a ese vampiro, hacia un tiempo había tenido un vago recuerdo de una pelea en la que, al levantarse, algo le corto el brazo y al mirar entre la multitud de alumnos, lo había visto a a él junto a alguien más.