El Desfile Macabro (#1 ¡EN FÍSICO YA!)

Capítulo 36: Razones

***Duke***

He estado en la cama un gran rato, pero me aburro y me siento inquieto. Me levanto, y recojo toda la basura que me rodea. Abro más la ventana, las cortinas, y dejo que la poca luz que queda en las calles entre. Camino hacia la sala y hago lo mismo.

No puedo aguantar más... necesito entrar de nuevo en la Deep web, para revisar si no dejé algún rastro muy peligroso que me pueda perjudicar en el futuro. Saco de debajo de la cama otra computadora portátil que todavía medio funciona. Está llena de polvo, pero me sirve para lo que necesito.

Navego rápidamente, hasta que me encuentro con una página interesante. "El desfile", dice. Le doy click, y puedo leer cierta información sobre un tal desfile, que se hace cada cierto tiempo. Habla sobre el poder expresar el arte en su manera más pura. Arte que muestra la verdadera naturaleza de las personas, y un evento al que pocos se atreven a participar. Es un tanto obvio, que no es un desfile de modas, o alguna actividad recreativa. Hay un botón que dice:

"Más información"

Una regla de oro cuando se merodea por estos lados del internet, es no presionar algo que lleve a una nueva dirección; pero la curiosidad me ha ganado. Necesito saber qué es lo que se encuentra detrás de tan misteriosa invitación.

No ha sido casualidad que Julie hubiera sido capturada hoy, o que Jerry insistiera tanto en un cambio para mi vida, o que el anuncio apareciera justo en ese momento. El destino no existe, o tal vez sí. ¿Al cambiar mi rumbo, acaso eso estaba prescrito en el mismo futuro planeado, irrefutable, incambiable? ¿Acaso mis decisiones realmente importaban?

Podría tomar un cuchillo y matarme en este instante, o correr a la calle para que me atropelle un auto, y eso cambiaría el destino instantáneamente, pero... ¿y si esos eventos estuvieron planeados desde un inicio? Me siento como un títere andante, y lo he sentido desde pequeño... así que, qué más da.

La computadora se ha quedado cargando unos segundos luego de meterme al enlace... y se ha apagado. Estoy observando el espejo negro. Contemplo mi vacío reflejo, atento, confundido, abandonado.

Suena mi celular. Es de parte de un desconocido, y me siento intimidado. Cierro la computadora y la pongo en la cama, junto a mí. Atiendo la llamada.

—Hola —digo seco.

—Hola. ¿Quién habla? —pregunta una chica, su voz es amigable.

—¿Con quién quieres hablar? —cuestiono.

—¿Se encuentra Duke Cornet por ahí? —consulta casual. Un escalofrío pasa por mi cuerpo.

—Él habla. ¿Qué sucede? —carraspeo—. ¿Quién habla?

—Hola Duke. Mi nombre es Alice —explica—. Hablo de parte del desfile.

Es evidente que ha obtenido mi información que ha estado expuesta por mi maldita estupidez por algún tiempo ya, pero era imposible que hubiera calculado todo tan rápido. ¿Qué sabía, y qué no?

—En fin. ¡Te quería ofrecer unirte al desfile! —expresa—. Sé que amas la actuación, y creo que tienes potencial para participar.

—¿Sí? —pregunto, mi interés no puede ser muy disimulado que digamos... más ahora, que estoy dispuesto a explorar nuevas opciones.

—Te comento. Es un desfile famoso y prestigioso, patrocinado por personas realmente importantes. Mi jefe, el presidente del desfile, se encarga de hacerlo cada tantos años. Siempre en una localización distinta, y con diferentes participantes. —Su voz es clara, y suena directa e inteligente.

—¿De qué se trata exactamente? ¿Tengo que tener algún modelo? —curioseo.

—Claro que sí. Sin un modelo no puedes participar. Incluso, podrías ser tú el modelo, pero necesitarás un representante. No puede haber uno sin el otro —aclara.

—¿Cuál es la trampa? —cuestiono, directo—. Es evidente que no es un "desfile" normal. Ya sabes, por las circunstancias en las que topé con el anuncio, y la manera en la que me contactaste.

—En este desfile, llamado "El desfile macabro", tienes que cambiar el cuerpo de tu modelo. Puedes hacerlo como quieras, pero tiene que ser tan espectacular como puedas. —Puedo sentir la gracia con la que lo dice, es casi como si lo disfrutara.

—Cambiarlo... como, ¿cambiarle la cara? —interrogo, arrugando la mía.

—La cara, o el cuerpo, o todo. —Ella concluye—. Entonces, ¿te inscribes?

—¿De dónde sacaré a mi modelo? —pregunto algo confundido.

—La o lo secuestras, o puede ser voluntario —elabora—. No creo que todo el mundo se quiera hacer cosas en el cuerpo.

—Entiendo. —Miles de ideas pasan por mi cabeza—. ¿Qué gana el ganador?

—¿El ganador? —Ella suelta una risilla—. El ganador gana... no perder. Claro, además de ganar el ochenta porciento de las inscripciones. Cada una vale muchísimo dinero. —Ella dice la cifra, y mi boca queda abierta. ¿De dónde diablos sacaría tantísimo dinero?

—Es la oportunidad que estaba buscando... —digo en voz alta, viendo hacia el vacío.

—Entonces... —Ella interrumpe mis pensamientos—. ¿Estás dentro?

—Claro que sí. —Estoy decidido.

No me importa tener que ensuciarme un poco las manos a cambio de todo ese dinero, que cambiará mi vida por siempre.

—Bien. Te llamaré luego para más detalles. Falta mucho para el concurso, pero si tienes una idea buena y elaborada, te recomiendo que empieces desde ya. Yo ya lo hice. —Termina de hablar, y cuelga.

Reflexiono un minuto. ¿Ella quién carajos es? ¿Una ayudante? ¿Una representante? ¿Por qué tiene derecho a contactar al resto de concursantes? El silencio me domina, y mi corazón palpita con preocupación.

Pienso en lo profundo que estoy metido esta vez, y me da miedo... pero también pienso en el dinero, y en demostrarle al mundo que sí soy capaz de hacer algo, que valgo mucho, y que el pasado no me define. Que todas aquellas personas que vivieron mi interminable injusticia ya no importan, y que el futuro me dará los frutos que siempre anhelé saborear. No importa que tenga que derramar un poco de sangre en el camino... pues es un precio bajo por lo que busco, y obtendré.

Cada quién tenía una razón. Una razón para hacerle el mal a otros, para beneficio propio. Después de todo, de eso se trataba la humanidad... ¿no?