14. Demasiado Facil

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—Aquí estás —tome los papeles viejos introduciéndolos a mí mochila. Cerré la puerta de metal y me dirigí a hacia la salida antes de que alguien me viera—. ¿Qué mierda te pasa? —alguien me había jalado del brazo poniéndome contra la pared—. ¿Alaric? —mire al profesor con el ceño fruncido—. ¿Qué pasa?

—Salvatore luces muy hermosa —su voz había salido algo seductora y con un toque muy diferente al de Alaric dándome una mirada de pies a cabeza escaneándome por completo.

—Eh... traigo lo mismo de siempre —mencioné extrañada echándome una mirada rápida a mi vestuario,!vestía como siempre—. Debo irme, no vine a clases —me moví hacía la izquierda intentando irme, pero me fue imposible porque él no me soltó.

—¿En serio amor? —cuestionó con esa palabra.

Esa palabra logró que toda mi piel se pusiera chinita y los cabellos de mi nuca se erizaran. Lo mire rápidamente y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

—¿Klaus? —pregunté casi en un susurro.

—¿Me extrañaste amor? —su sonrisa se expandió aún más, haciéndose de oreja a oreja.

—¿Cómo? —pregunte para mí misma—. ¡Ay maldito imbécil! —le di una cachetada y lo hice hacia tras—. Quítate —me libere de su agarre—: ¿Qué mierda estás haciendo aquí? —grite en un susurro, ya que bueno estábamos solos en el pasillo.

—¿Qué no fuiste tú quien quería verme? —menciono tocando su mejilla.

—Lo siento Ric —me disculpe al verlo sobarse la mejilla. Me dispuse a darle una pequeña caricia pero me detuve rápidamente—. Me disculpare con el luego. Ahora —me cruce de brazos sobre mi pecho—, explícame el que haces aquí.

—Vine por ti —negué—. Ya que en tu última llamada mencionaste que me darías instrucciones y nunca las recibí...

—No —corté su explicación—. Te dije que te llamaría y si no lo hice fue por algo. Tengo que saber lo que planean mis hermano, porque obviamente siguen queriéndote muerto y yo aún necesito que sigas respirando.

—Como sea —restó importancia—. Ya estoy aquí —sonrió y paso a mi lado—. ¡Ah!, se me olvidaba —se colocó frente a mí—.No faltes —me entrego un boletín del baile el cual se llevaría acabo el día de hoy—. Te estaré esperando amor.

—Idiota.

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Y si, me encontraba mirando toda mi ropa. Ahora que vivía en un pequeño departamento aquí en el pueblo tenía un poco más de privacidad. Mi cabeza se encontraba procesando todo.

¿Cómo demonios Klaus apareció aquí y cómo es qué esta en el cuerpo de Alaric? Obviamente fue alguno de sus brujos o brujas, lo que sea.

Sólo iré a ese tonto baile para ver que los idiotas de mis hermanos estén bien.

Mi celular sonó "Klaus" decía en la pantalla.

—¿Qué quieres? —conteste golpeado—. Estoy escogiendo mi ropa para el baile.

—Moriría por ver eso —rodé los ojos y es que una plática con Klaus tenía que tener esa expresión siempre en mi rostro—, pero tenemos un problema.

—¿Tenemos? —pregunte mirando la ropa

—Sí, tenemos.

—Ajam —tomé un vestido, pero lo deseche al no ser de mi agrado.

—La bruja tiene poder

—¿Bonnie?

—Si te refieres a una morena, ojos color aceituna, estatura baja y muy segura de si misma, entonces hablamos de la misma persona. Piensan matarme hoy en el baile.

La Tercera Salvatore - Libro I [En edición]Where stories live. Discover now