Un corazón que late por dos - [𝑬𝑵 𝑪𝑶𝑹𝑹𝑬𝑪𝑪𝑰𝑶́𝑵]

CAPÍTULO 15

Después de una noche tan maravillosa al lado de Andrew regreso a lo que es a mi realidad y salir de la zona de confort en la que me encontraba al estar con él.

Al día siguiente de haber estado con él y disfrutar ese paraíso al que me llevo me dice que ira de viaje por una semana entera con su madre a España por el motivo de que su bisabuela había fallecido. Me ofrecí a acompañarlo pero obvio el no quiso y mis padres no me hubieran dejado ir.

-A mi regreso te robare por una semana entera para aprovecharte todo lo que no te provechare estos días que me voy.- Me dijo antes de irse.

-Pues yo con gusto aceptaré que me robes una semana entera.- Lo abrazo fuertemente y nos despedimos con muchos besos.- Por favor, no quiero que te quedes allá y me digas que te encontraste una chica española y que has quedado enamorada de ella ¿si? A la única que tienes que amar es Katherine, una chica común pero que te ama con locura.- Él ríe.

-Pues te aseguro que no me quedaré con ninguna española porque solo de ti estoy enamorado. Yo solo espero que a mi regreso mi chica no me haya dejado de querer.- Me guiña un ojo.

Se va y hasta una semana lo veré y es extraño, porque siento un poco tristeza porque no lo veré una semana completa pero por otro lado me siento tranquila. Apuesto que si esto hubiera pasado cuando aún tenía mi propio corazón no hubiera sentido esto, sino más tristeza.

Es Jueves por la madrugada (3:08 am) y despierto con una ansiedad de tomar un vaso de agua, así que me levanto y me dirijo hacia la cocina.

Tomo el vaso de agua y nuevamente me dirijo a mi habitación pero puedo notar que sale cierta luz de la habitación de mis padres y así que me acerco a su puerta y empiezo a escuchar sus voces.

Me detengo y trato de escuchar de qué hablan.

-... no puedo creer el descaro que tiene esa mujer.- Es la voz de mamá ¿de qué mujer estará hablando?

-Lo sé Margaret pero no entiendo como sabe el número de esta casa si ya van tres veces que lo cambio en estos últimos dos meses.- La voz de papá.

-Augusto, tenemos que hacer algo. Un día hablará y contestara Kat y entonces le dirá todo lo que no queremos que sepa. De cierta forma me siento culpable, me siento una asesina.- Me tapo la boca con mis manos para no soltar un pequeño grito. ¿Una asesina? ¿Mi mamá?.

-Cariño, tranquilízate. Tú y yo no somos unos asesinos, sabes bien que lo hicimos por el bien de nuestra hija, ahora ella no estaría con nosotros.- Se hace un pequeño silencio.

-Tenemos que desconectar o cancelar la línea del teléfono, no quiero que esto llegue a mayores y esa mujer llegue a venir a nuestra casa y se desate un caos total.- Mi madre suena preocupada.

-Creo que es la mejor idea Margaret, Katherine nunca tiene que saber que el corazón que ahora tiene fue de una chica que de cierto modo le causamos su muerte.

No puedo seguir escuchando.

Regreso a mi habitación y por muy raro que sea me dan náuseas y empiezo a vomitar.

Mis padres, ¿asesinos?.

Se llega la mañana y yo no pude pegar un ojo en lo que resto de la noche.

No sé qué pensar y tampoco cómo actuar después de lo que escuche en la madrugada. Lo único que quiero es ya terminar con estas dudas que me están matando.

Salgo de mi casa sin desayunar y me despido rápidamente de mis padres, no se dan cuenta de que escuche su plática a noche así que por ahora las cosas marchan bien.

En lugar de dirigirme a clases me dirijo a la vecindad en donde se supone que vive Magda y estará el día de hoy, no puedo esperar a aclarar todas mi dudas.

Tomo un autobús que se dirige a la colonia en donde se localiza la vecindad.

Durante todo el trayecto voy escuchando música pero no le pongo mucha atención porque voy pensando en todo lo que ha ocurrido desde que tengo el corazón de Sarah. Traigo conmigo la pequeña libreta en donde voy a notando todos los datos que he encontrado hasta ahora y lo que anoto ahora me da miedo:

*Mis padres, asesinos de Sarah Adams?

Llego a lo que es mi destino. Me bajo una parada después y me dirijo a la vecindad.

Entro y llego a la puerta de la supuesta hechicera y antes de tocar la puerta ella abre y me dice algo que me desconcierta.

-Te estaba esperando, sabía que vendrías.- Me saluda con la mano y se la tomo cordialmente. Es una mujer de mi estatura, como de unos 45 años. Su cabello está un poco maltratado y se viste como si fuera una pordiosera.- Adelante. Es tiempo de aclarar todas tus dudas.

No he dicho ni una sola palabra desde que entre así que ella me ofrece a sentarme y sin más lo suelto.

-Quiero saber si mis padres son asesinos de mi donante, saber si ellos recurrieron a usted para dicha acción. Quiero saber qué es lo que quiere Sarah Adams porque ya estoy harta de toda esta situación.

Madame Magda solo me mira por un momento hasta que se anima hablar de manera pacífica.

-Mi nombre es Magdalena, pero dentro de la comunidad esotérica soy conocida como Madame Magda...- Iba a protestar pero ella me calla.- He querido contactar con tus padres desde hace mucho tiempo y advertirles lo que está pasando contigo pero son tercos y testarudos que solo me cuelgan y son groseros, hasta cambiaron de teléfono nuevamente pero ahora que ya estás aquí, la misma persona que está pasando por este trance, hablaremos del asunto.- Hace una pausa.- Ahora sí, contestando a tus preguntas de si tus padres son asesinos, la respuesta es sí...- La piel se pone de gallina.- y no.- Me confundo.

-Explíquese, me está diciendo que sí y luego me dice que no. A estas alturas de la situación ya no estoy para confundirme sé más de lo que usted cree.- Le contradigo pero ella actúa tan normal.

-Hagamos esto Katherine Smith, te contare exactamente todo desde el principio luego tú me dirás lo que sabes y yo te responderé si es cierto o no ¿entendido?.- Lo único que hago es asentir.

Llego el momento de responder todas mis preguntas y acabar de una vez con todo esto.