Capítulo 45

2.8K 241 57
                                    

"Puertas del destino 3/3"


RUGGERO

"¿Estás preparado para ver parte de la realidad de tu presente?"

La pregunta retumbaba en mi cabeza a más no poder, miles de corrientes invadieron en mi cuerpo ¿a qué se refería? lo admito, siento un poco de miedo ante esto y no me gusta.

- No lo sé - admito - tanto misterio me agobia.

- No tengas miedo , te encantará lo que estás por ver - responde tratando de tranquilizarme - ¿vamos?

Con la piel totalmente china, mandíbula tensa, cara de pocos ánimos y piernas temblando, acepté.

Todo lo blanco se vuelve color: muebles color cafés, paredes color verde y perla, ventanas y puertas de vidrio, cuadros, macetas por doquier, portarretratos...esos rostros, tan conocidos...esperen ¿son al caso...mis padres y Nora?

Caigo en la idea de que estoy dentro de una casa, ¡¿mi casa?!

No, esta no puede ser mi casa, el living, el comedor, la cocina...todo está totalmente distinto, hasta la infraestructura.

- ¿Dónde estamos? ¿por qué de repente en los portarretratos estamos mi familia y Nora? ¿qué es esto?

- Estamos en tu nuevo hogar, Ruggero - ¿cómo dijo, qué dijo? - el estatus que tiene tu familia ahora, deben adecuarse a estos nuevos cambios, nuevo hogar, nueva vida.

- ¿Cuándo me cambié de casa y de vida que nunca, yo al menos, me enteré? - aturdido y confundido estoy.

- Durante todo este tiempo ausente, tus padres lo hicieron posible.

Se escucha una puerta abrirse, unas bolsas de compras se asoman primero al entrar.

Antonella, Bruno y Nora, mi familia.

Una punzada en el corazón sentí al verlos después de tanto tiempo, por lo que tenía entendido, se habían ido a algo de rehabilitación de pareja.

Antonella, bueno, mamá, se veía más diferente: sonriente, calmada, risueña; Bruno, mi padre, sonriendo, calmado, haciendo chistes, sin renegar por llevar las compras de mamá tampoco... ¿Acaban de lanzarce miradas dulces? en otras palabras ¿miradas llenas de amor?

Estos no son mis padres ¿Desde cuándo se miran enamorados?
Nefastos.

Nora, por su parte, mantenía aún esa hermosa sonrisa, su dulce voz, su risa, su mirada de cariño y ternura...mi nana.

- ¡Nana! - grité y corrí hacia ella, lo único que logré fue estrellarme con una pared - ¡Auch!

- Olvide cierto detalle - así ¿no me diga? ¡mi cabeza! - no pueden oírte, ni verte, lo siento.

- ¿Por qué no pueden ni ver ni oírme? - proteste adolorido.

- Porque aún no estás consciente en esta realidad.

- ¿Podría traducirme eso en español por favor? - pero una conversación entre ellos me distrajo.

- Nora ¿Ya te he dicho que tengo a la mujer más maravillosa de este mundo? - preguntó mi padre abrazando por detrás a mi madre, el estómago se me revolvió ver eso.

- Muchas veces Bruno - responde sonriente Nora - es más, es la décima vez que me dices lo mismo en el día.

My angel hero Where stories live. Discover now