My angel hero

Capítulo 14

RUGGERO

Tome del brazo a Karol, esta vez cuidadosamente pero firme, lancé la pregunta sin rodeos, pude ver como nuestras miradas se clavaron una de la otra.

"Dios esos ojos color esmeralda me inoptisan"

- Y bien? - garraspe la garganta - no encuentro la respuesta en tu mirada bonita.

- Entonces deja de mirarme.

- Creeme que si pudiera, lo hiciera...- susurré.

- Yo también...

- Qué dijiste, Lunita?! - pregunte haciéndome el desentendido.

- Que tus ojos son feos - sonrió.

- Por favor, eso ni vos te la crees.

- He visto mejores.

- Ajá, si, si, como vos digas.

- No me hagas el avión Ruggero - cruzó los brazos.

- Entonces no me mientas, eres malísima - reí.

- No tienes que ir a patinar? - preguntó mientras señalaba la pista - tus amigos te esperan.

- Okey "Lunita" - respondí mientras me alejaba - si eso queres, pero no me tapes la boca cuando les digas como te llamas realmente.

- Qué?! - gritó - no! Ruggero espera!!! - exclamó mientras venía corriendo.

- Hey!!! - escuche a Ferro llamarle la atención - no entras a la pista sin patines y protección.

"Esto va a ser divertido"

- Solo quiero decirle algo a Ruggero, por favor dejame pasar - suplicó.

- Lo siento, son reglas de la pista - respondió el rubio.

- Entonces, puedes llamarlo? - replicó Karol - no me hace caso.

- Dale - respondió Ferro - hey Ruggero!!! - escuché mientras me lanzó un silbido.

- Que pasa? - respondí.

- Quieren hablar contigo - respondió señalando a Karol.

- Ella? - pregunté - disculpa, quien sos?

- Ruggero por favor - dijo fulminandome con la mirada, se veía tan graciosa - si me conoces.

- Lo siento, si no te conozco, no te hablo, adiós.

- Es neta lo que me estas haciendo?! - preguntó a gritos indignada - Ruggero!!!

No respondí, sólo me dedique a reírme. Patine junto a los chicos, mejor dicho a hacer un calentamiento, después de tantos meses en cama, ya hasta se había olvidado que era patinar.

Tenía que volver a perfeccionar pasos, entre nosotros, yo era el mejor del todo el Roller, por algo me llamaban el "rey de la pista".

- Veni, yo te ayudo - escuche a Valentina decir - mira tenes que flexionar las rodillas, ponerte firme e impulsarte, vamos tu puedes.