Capítulo 34

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RUGGERO

El sábado había llegado en un abrir y cerrar de ojos, sí que los días se pasan volando, literalmente. Eran las siete de la mañana, para ser exacto, yo estaba aún en mi cama mirando el techo sin razón alguna, pensando en lo que puede pasar o no el día de hoy, dentro de unas horas era el tan esperado duelo.

No pude dormir bien durante toda la noche, algo sentía en todo mí ser que no me dejaba tranquilo, miles de corrientes me invadían, pensé que eran los malditos nervios por lo de hoy, les había restado importancia, me recosté, cerré los ojos, pero no consolidaba el sueño, fueron varios intentos y cada vez que me despertaba las corrientes eran cada vez más fuertes.

La tarde del viernes fui a dar mi último ensayo con los de la Roller y con Kary, que por cierto, estaba demasiada furiosa conmigo por no ir antes, felizmente, no sé cómo, ni se cuándo, mi entonación mejoró mucho y la dejé muy satisfecha, está claro que soy el mejor en todo.

La verdad que entre mí, ya no le encontraba sentido a esto, sin Karol no le encuentro sentido a nada, me hubiera encantado que ella esté conmigo y demostrarle lo talentoso que soy, sigo preguntándome donde rayos se metió, a dónde se fue. Pasé toda la semana muriendo en vida sin tenerla conmigo, me niego a no verla otra vez, después de hoy, la buscaré en todos lados, así me tenga que buscarla por aire, al fondo del mar, debajo de las rocas, en el desierto, donde sea, yo sé que aún no es tarde para encontrarla.

Me olvidaba, después de que Agustín viniera por mi rescate de cigarrillos y alcohol, llamó a todos los Roller, excepto Valentina, para ayudar a arreglar mi casa, soy todo un cerdo cuando estoy solo al parecer. Se dividieron los deberes en sí, salí de darme un buen baño de una hora ya que no me aseaba desde el martes por la depresión que me cargaba, me dirigí a mi habitación y encontré a Katja haciendo un desastre con mi ropa.

*FLASHBACK*

- ¡¿Qué demonios estás haciendo Katja?! – pregunté alarmado.

- ¡Esto está horrible! – no me prestó atención – ¡Uh, esto esta pasado de moda! – seguía ignorándome - ¿qué es esto? ¿el taparrabo de Tarzán con un agujero? – se encontró con un bóxer mío y lo tiró – ¿este pelotudo en qué siglo vive? ¿en la prehistoria? Necesita ropa nueva, me da conjuntivitis de cuarto grado al ver su ropa – Okey, esto ya es mucho.

- Katja – elevé un poco la voz, ella giró asustada - ¿qué estás haciendo?

- ¡Ruggero! ¿qué haces en cuero? – tapó sus ojos con sus manos – ¡cúbrete!

- Uno, salía de ducharme por obligación, segundo, estás desordenando mi ropa y tercero, esta es mi habitación, a eso venía, a cambiarme.

- No me importa – giró, busco una playera con una bermuda y me las lanzó en mi cara – ¡póntelo ya o te corto las bolas!

- Qué linda sos – dije, me puse la ropa como sea – listo, ya puedes ver.

- Si Luna me ve, pensaría que la estoy traicionando – abrió los ojos y suspiró, agaché la mirada – ¡Ay! No fue mi intención, perdón...

- No creo que ella pensaría eso – me senté en un lado de la cama – te considera una buena amiga.

- La extraño también – empujó un poco de ropa al suelo con cara de asco para sentarse al lado mío – tranquilo, ella volverá ¿sí? – puso su mano en mi pierna.

- Eso espero – suspiré, comencé a sentirme algo incómodo y empecé a moverme, ella me miraba extrañada.

- ¿Tenés parásitos?

My angel hero Where stories live. Discover now