Capítulo 33

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KAROL

Esto debe ser una broma, que digo, ¿broma? ¡Ja! No, esto de seguro es obra de Eva, ahora todo tiene sentido, y yo de estúpida cayendo en su juego. Tonta y estúpida Karol, ¿cómo fue que no te diste cuenta antes? Estoy decepcionada de mi misma, ¿CÓMO PUDE SER TAN CIEGA? LITERAL ¡TENGO LA CABEZA EN LA LUNA!

Esto es increíble, solo fue una ilusión para mantenerme lejos ¡todo fue una maldita mentira! Los abandoné sin anticiparme a los hechos, ¿qué te pasó Sevilla? ¿Desde cuándo empezaste a dudar de ti misma? ¿Desde cuándo huyes sin investigar? Tu valor, tu honor, ¿dónde se fueron? ¡Al carajo más que seguro! ¡ESA MALDITA PERRA MAL PARIDA ME LAS VA A PAGAR! ¡Te vas a arrepentir esta vez Eva! ¡Con los míos NO!

Estoy echando humo por todo el cuerpo, estoy muy enojada conmigo, con ella, con todo, hasta no debí decir groserías, pero ¡grrrrrr! ¡La neta que estoy furiosa! La primera persona que se me cruce, juro que la mataré.

- ¿Qué cosas estás diciendo Sevilla? Cállate, no digas bobadas – siento el regaño de mi subconsciente.

- Eva me hace sacar lo peor de mí – bufo.

- ¿No te das cuenta que eso quiere que hagas? Lo va a lograr si sigues maldiciendo e insultándola, ese ya no es tu estilo.

- Cierto – mascullo entre dientes.

- No caigas en su juego, piensa con la cabeza, cálmate y anda a resolver todo, con la frente en alto ¿quieres?

Cierro mis ojos, inhalo, exhalo y abandono el lugar. Mientras busco la salida voy armando un plan, el primer paso es ir a disculparme con el jefe, desconfié de sus palabras, abordé todo por miedo, ¿decepcionado? Es lo más que puedo esperar, y no lo juzgo, creo que yo también lo haría, una conversación hace que me salga de mis pensamientos.

- Doctor Álvarez ¿notó la marca en el brazo del paciente de la habitación 315? – dijo un enfermero.

- ¿De qué marca está hablando Miranda? – pregunta confundido. Me detengo y me acerco.

- Esta – sacó el móvil, le había tomado una fotografía.



- Esta – sacó el móvil, le había tomado una fotografía

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- ¡¿Qué significa eso?! – pregunta alarmado

- No lo sé, pero no el único que tiene esto.

¡¡¡LA SEÑAL!!!

- ¿Quién más tiene esa marca? – preguntó el doctor agarrándose la cabeza.

- La paciente de la habitación 205 y 300, la última no solo tiene una, tiene varias.

- Tengo que revisar eso – termina de hablar y se van corriendo hacia la habitación.

¡TENGO QUE BUSCAR A RUGGERO Y ALAI YA!

Salgo corriendo literalmente de la clínica dirigiéndome al punto de donde estuve, tengo que llegar lo antes posible y encontrarlos o lo peor puede pasar, esto no me estaría pasando si me hubiera dado cuenta desde un principio, ¡correle Karol, correle!

Llego totalmente agitada, me detengo, tomo aire, estiro mis brazos, juntos mis dedos, los muevo de arriba y hacia abajo...no se abre

¡¿QUÉ?!

Okey Karol, relájate, vuelve a intentarlo, quizás no juntaste los dedos como se debías, a la una...a las dos...y a las tres.

¡¿OTRA VEZ?!

Intento una y otra vez, de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, izquierda a derecha, de derecha a izquierda, ¡no se abre esta cosa! Estoy entrando en desesperación, me estoy demorando de lo debido, algo me está bloqueando el acceso.

Piensa Karol, piensa, ¿qué puede estar pasando? A ver, cuando pasa esto es por interferencia de algo bien y algo mal...entonces...pero es cuando dos personas están en el mismo...PUNTO.

¡EVAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!


ALAI

Era sábado en la mañana y yo seguía en casa de Valentina, la amiga de Rugge, ella se ofreció en cuidarme en estos días, no me quejo, no la he pasado tan mal aquí, me ha tratado bien, pero aun así yo me sentía sola y triste, no comía mucho, me la pasaba encerrada en la habitación de invitados, solo miraba el exterior por aquella ventana que había.

Extrañaba a mis hermanos, a mamá, a papá, a los abuelos, a mis amigas, a Ruggero, a Karol...sobre todo a ella, se suponía que con ella volvería pronto de lo propuesto con el jefe, pero se fue.

Aquel día termino muy feo y más para Karol que se enteró de esa noticia de la peor manera, no saben cómo se puso, luego de eso, la llevaba empujando hacia la salida, se veía muy impactada, triste, perdida en las nubes, la agarre de la mano y nos pusimos a caminar hacia un parque, no decía ni una palabra ya que le preguntaba algunas cosas para cambiar el ambiente y no respondía.

La senté en una banca cerca a los juegos que había allí, la abracé, de un momento a otro hizo que me soltara de ella, la miré asustada y confundida, me miró a los ojos, estaba llorando, le pregunte en que pensaba, cerró los ojos y soltó un "lo siento nena, no puedo con esto, disculpa, me tengo que ir, no me esperen tú y Ruggero, no regreso pronto", corrió, fui detrás de ella y de la nada se desapareció de mi vista.

Caminé sin rumbo, tratando de buscarla, ella se fue, ya era de noche, llegué a otro parque, me senté en el pasto con mis piernas recogidas y escondiendo mi cara en ellas, empecé a llorar, no sabía que iba a pasar con mi vida.

Después de unos minutos, sentí como una manos cogían mis hombros, alcé la mirada rápidamente pensando que era Karol, pero me encontré con una chica de cabello algo rojizo, tez blanca y ojos marrones, sentí una vibra positiva en aquella chica, me preguntó porque lloraba, que hacía aquí, que si estaba perdida, si conocía a alguien, yo asentí, di el nombre del italiano y de la mexicana, ella abrió sus ojos de asombro, me dijo que lo conocía al chico más no a la chica, me había olvidado que no la conocen como Karol, tomó su teléfono, lo llamó pero no tuvo respuesta, volvió a llamar y escuche una voz femenina, le dijo algo y luego colgó.

Me ofreció subir a su auto ya que sabía dónde se encontraba Ruggero, subí y emprendimos el rumbo, me hacías mil preguntas pero no le contesté ninguna, seguía llorando. Y bueno, llegamos donde se encontraba el italiano, y desde ahí, mis días fueron totalmente grises.

Dentro de unas cuantas horas era el famoso duelo del que tanto Valentina y Katja hablaban cada vez que se reunían en la sala de aquí, la casa de la rubia, habían apostado el todo por todo por los de la Roller.

No había tenido muchas noticias de Ruggero, cada vez que Michael venía le preguntaba sobre él, pero me cambiaba el tema, no era tonta, algo le estaba pasando y nadie me lo quería decir, ¿por qué?

Decidí bajar a tomar un poco de agua, me puse la pantuflas de unicornio que los papás de Vale me habían regalado, eran muy bonitas y coloridas, mientras bajaba escuchaba voces, se me hacían familiares.

Bajé rápidamente y me encontré con una escena totalmente inexplicable:

Valentina pidiendo explicaciones, Ruggero feliz, de la mano de ¡¿Candelaria?! Dándose besos y sin el...brazalete que Karol nos dio y dijo que no los sacáramos por nada del mundo.

- Oh no...

My angel hero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora