Capítulo 6

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RUGGERO

Al despertar, sentí unas manos delicadas en mis hombros, estaba boca abajo, olía a flores, al girar me encontré con esos ojitos verdes y esa sonrisa enorme, era ella.

- Buenos días dormilón - dijo Karol - es hora de desayunar.

- Cinco minutos más - reproche.

- Son las diez de la mañana - escuche soltar un risita - ya es tarde.

- Es muy temprano - me tape la cara con la almohada.

- Ruggero ya levantate - trató de sacarme la almohada de la cara, no la dejé.

- Estoy cansado Karol - seguía forcejeando.

- Entonces tomaré medidas "drásticas" - suspiró.

- ¿Qué vas ha...?- no terminé de hablar porque sentí un cosquilleo en mis pies.

¡Me estaba haciendo cosquillas!

- ¿Te vas a levantar ahora? - dijo riendo sin dejar de hacerme cosquillas.

- No...jajajajajajaja - esta chica encontró unos de mis puntos débiles.

- No voy a parar hasta que te levantes - ríe.

Ya no podía más, tuve que rendirme.

- ¡Yaaa! - me faltaba el aire - me voy a levantar ¡me rindo!!!

- Así me gusta - dejó de hacerme cosquillas, odiaba que me hicieran eso.

Me senté en la camilla mientras ella traía una bandeja, en ella estaban unas tostadas con mermelada, un jugo de naranja, un tazón de cereal y leche. Moría de hambre.

- ¿Está rico? - me preguntó ella.

- Lo sé belleza - dije mordiendo una tostada - soy muy delicioso.

- ¡Ah! Amaneciste graciosito ¿eh? - ríe - me refería al desayuno tontito.

- Ya lo sé - respondí riendo - está delicioso - moría de hambre - pero...

- ¿Pero qué? - me miró extrañada.

- Aquí no sirven el desayuno así - fruncí mi cara.

- ¿Cómo sabes eso?

- Cuando Nora, mi nana, enfermó, la traje a esta misma clínica y su desayuno solamente era una taza de té, un par de tostadas, pastillas y nada más.

- Bueno, las cosas cambian...- agachó su mirada.

- ¿Me estás ocultando algo?

- No ¿por qué lo haría? - se hizo la desentendida.

- Karol...

- Bueno ya - tomo aire - yo te preparé el desayuno.

- ¿Qué? - pregunté sorprendido - ¿por qué lo hiciste?

- Me pareció un lindo gesto, solo eso - sonrió tímidamente - además sabía que tenías hambre y bueno - agachó la cabeza.

- Gracias - le cogí el mentón para levantarle su carita y darle una sonrisa.

- De nada - vi como esos ojitos brillaban - me gusta hacer felices a las personas.

Cuando termine de desayunar, Karol me indicó que me diera un baño y me cambiara de bata, en unos minutos los doctores venían a chequearme. A estas alturas me preguntaba donde rayos estaban los ineptos de mis padres y Nora, ¿sabrán que ya desperté?

- Ya estoy listo - le dije.

- Genial - me respondió - llamaré a los doctores, espera tantito.

My angel hero Where stories live. Discover now