Capítulo 3

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ELLA

"Y cuando entienda completamente sobre su vida, tú serás feliz para toda la vida"

Vi como aquel chico se chocaba contra la inmensa roca, no podía hacer nada, lo único que logre hacer fue abrazarlo fuertemente tratando de evitar que se golpeara la cabeza, pero fue inútil. Aquel móvil quedó hecho trizas, él quedo atrapado entre los fierros, el panorama era totalmente terrible, estaba sangrando a más no poder.

A los lejos escuche gritos desesperados, eran sus padres, junto a ellos estaban unos hombres vestidos de azul y una ambulancia.

- ¡NOOOOOO! - escuché gritar destrozada a una mujer con los ojos húmedos, era Antonella - ¡esto no me puede estar pasando!

- ¡Le dije que se detuviera! ¡la puta madre se lo dije! - gritó Bruno agarrándose la cabeza y con lágrimas en los ojos - ¡SAQUENLO, QUE ESPERAN!

Los hombres de azul comenzaron a buscarlo dentro del móvil destrozado, sacaron fierro por fierro hasta que lo encontraron, lo levantaron con delicadeza hasta dejarlo tendido en el suelo, una señorita de blanco se acercó a tomarle los signo vitales "¡Está vivo! Aún tiene su pulso, llévenselo" logró decir mientras lo ponían en una camilla y se lo llevaban directo a una clínica.

Ya en la clínica, se encontraban unos hombres con cámaras y micrófonos, pidiendo explicaciones a los familiares de aquel chico por lo ocurrido, no atinaban a decir nada, solo se dedicaban a llorar y esperar alguna respuesta del doctor.

- ¿Familiares del joven Ruggero Pasquarelli? - preguntó el doctor.

- Si - dijo aquella señora - dígame ¿él va a estar bien doctor? ¿se va a recuperar?

Largó un suspiro.

- ¡Responda por favor doctor! - exclamó el padre de Ruggero.

- Su hijo... - trago saliva - entró en un cuadro de coma, señores.

Vi como los ojos de aquellos padres se abrían enormemente por lo que escucharon, no podían asimilar lo que les acaba de informar el doctor. Este al no tener una respuesta continuó.

- Por el fuerte impacto, su hijo se golpeó fuertemente una parte de la cabeza, haciendo que su sistema nervioso se paralizara en todo su cuerpo - suspiro - aparte de que tiene fracturas en sus todas sus extremidades.

- Eso...quiere...decir que...- respondió tartamudeando Antonella - ¿se...puede morir doctor?

- ¡Mi hijo no puede morir!- dijo Bruno exaltado - se muere y ¡usted termina pudriéndose en la mismísima cárcel!

- Señores, calma por favor - dijo el doctor tranquilo - cuando una persona entra en ese estado, se puede esperar de todo.

Al escuchar esa respuesta, Antonella cae al piso llorando y lamentándose por haber sido una pésima madre.

- Señora Pasquarelli tome esto - le dio un calmante - no todo está perdido.

- ¿Qué? - respondió confundida.

- Su hijo tendrá que llevar un tratamiento muy largo para que se recupere y vuelva a ser el de antes - sonrió.

Sentí como el alma les regresaba al cuerpo, y lo digo yo, que ironía.

- Y ¿de cuánto tiempo estaríamos hablando exactamente? - preguntó Bruno.

- El tratamiento no tiene tiempo definido, a veces duran años o algunos meses - respondió firme - ¿están totalmente dispuestos a colaborar en la su recuperación de su hijo?

Ambos se miraron a los ojos, mostraban un poco de miedo, pero en el fondo sentían que si su hijo no volvía a sus vidas, se iban arrepentir para siempre.

- Doctor, ¿cuándo empezamos? - finalizaron ambos.

Mientras firmaban algunos papeles, me dirigí a la habitación donde se encontraba Ruggero, estaba conectado a varios tubos, envuelto en muchas vendas, luchando para sobrevivir. Me acerqué a él contemplándolo y recordando como de dura ha sido su vida.

Era tan triste que un chico como grandes talentos llevaba una vida tan descontrolada, sin atención de sus padres, lleno de ideas erróneas, sin amor, ni comprensión..."Muy pronto todo esto acabará, te lo prometo", le susurré al oído y me desaparecí.

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Esto recién está comenzando.

My angel hero Where stories live. Discover now