34. Búsqueda Inútil

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Hace un par de meses que volví al Complejo y las cosas, podría decirse, que no estaban nada mal, pues ya no había nada que me provocase un fuerte desequilibrio emocional. No más Sharon, no más Tevan, no más ZOLA y no más desconfianzas y sospechas.

En cuanto a cuestiones internas, estaba bien, mejor que bien, realmente tanto que mi humor regularmente era demasiado positivo y enérgico. Cuando uno ha sufrido y perdido tanto, se vuelve de verdad experto en valorar las cosas buenas que lo rodean; y eso era lo que yo hacía: valorar que tenía una buena vida, con altas y bajas (de "superheroína" si quería llamarme de alguna manera al ser una Vengadora...), pero al final de cuentas una buena vida.

Poco a poco mis buenas costumbres anteriores recobraron el sentido, pues el yoga matutino me ayudaba demasiado a descargar presiones y a todo este asunto de la paz interior.

En cuanto a mis amigos... ya no existía demasiada tensión que nos mantuviese con los nervios de punta, ni engaños, de hecho, éramos bastante transparentes. Sí existían los desacuerdos, y estos eran frecuentes por parte de todos, por cierto, aparecían con cualquier estupidez, que porque Sam se terminó el jugo de naranja, que porque yo era un tanto desordenada, que porque Rhodey no dejaba de ser un mojigato del gobierno, que porque Natasha esto, Wanda lo otro... etcétera, etcétera... pero al final de cuentas, ante todos esos absurdos desacuerdos siempre existía una solución dialogal, al menos hasta ahora, y esperaba que esto no cambiase pues un equipo desequilibrado no era demasiado funcional. Siempre ante esto, me decía que no debía preocuparme, pues no creía que hubiese un desacuerdo sin solución y además cuando vives con otras personas debes aprender a convivir.

Los entrenamientos seguían en pie, aunque iban mucho más enfocados hacia Wanda ahora para ayudarle más que nada a canalizar sus poderes mejor, ya que serían una ayuda gigante en las siguientes misiones. Había progresado demasiado y creo que todos concordábamos en que estaba lista.

Entre otras cosas, volví a tener la comunicación que perdí con Peter Parker al momento en el que me marché del Complejo, por lo que escuchaba, el chico estaba un poco triste pues había tomado la decisión de alejarse de Mary Jane tras lo que Spiderman traía en su vida, según Peter, ya la había puesto en riesgo una vez, y ya no quería que se repitiera; yo le insistía en que no se diera por vencido con ella, que no se victimizara de esa manera ni que sufriera tanto las cosas y pues él no quiso hablar demasiado de ello, no quiso hacerme mucho caso; yo esperaba que fuese de momento, porque yo era mujer, sabía notar varias cosas y por la manera en que vi a esa chica mirarlo hace meses en aquel bar, sabía que el hecho de que mirase a otra persona con los mismos ojos sería algo casi imposible.

La situación de Peter de cierta manera me hacía valorar mucho más lo que tenía con Steve y pensar nuevamente que era una mujer que tenía suerte por estar al lado del hombre que tanto adoraba; cada día lo amaba más, cada día nos uníamos más.

En nuestro vocabulario, no había "te amo" porque sabíamos que las palabras no eran para nada necesarias si de demostrar lo que sentíamos se trataba; aunque claro, como en cada relación, existen momentos no muy lindos, porque sí, los dos poseíamos defectos que a veces nos hacían perder la cabeza de manera negativa, pero con todo y lo que no me parecía muy bueno de él, mis sentimientos no cambiaban y jamás lo harían. Sí, discutir con él era una de las cosas más frustrantes del mundo, al igual que tratar de insistir en que se equivocaba, porque era todo un cabezón, pero al final del día, sabía que él también me amaba muy a pesar de todo, y que ante nuestras discusiones había una solución en particular mucho mejor que dialogar como lo hacíamos con el resto del equipo cuando existía un desacuerdo...

Ey... no... discutir no era para nada un pretexto para tener sexo, si eso es lo que pensaban... lo cierto era que el 99.9% del tiempo odiaba tener discusiones precisamente con él, porque los dos éramos demasiado perseverantes cuando queríamos tener la razón y también llegábamos a ser bastante irritantes cuando nos envolvía la frustración. Mi poca paciencia no ayudaba de mucho, al igual que su tonta necedad.

Collision [•Steve Rogers•]  (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora