Collision [•Steve Rogers•] (EN EDICIÓN)

6. Un Refugio

Adentro del Quinjet reinaba un silencio sepulcral.

Y es que la maldita bruja nos había golpeado en lo más profundo de nuestras almas, encontró la manera de manipularnos a todos y hacer que falláramos en nuestra misión.

Ultron había escapado con el vibranium y no teníamos ni idea de a donde, ninguno se molestaba en pensar en ello ahora, y es que cada uno estaba absorto en sus propios pensamientos.

Tomamos nuestras distancias, todos mirando hacia un diferente punto fijo. En mi caso, yo temblaba, por revivir todas y cada una de aquellas torturas de hace unos años y más por revivir la muerte de Ryder, que había muerto por mí, en un intento de distraer a ZOLA para que no me hiciesen daño, un intento que terminó en un rotundo fracaso y que terminó por llevarse su vida.

Stark y Clint eran los únicos que aparentemente estaban bien y por tanto Clint se encargó de pilotear.

Pude escuchar que al contactarse con Hill, ella decía que lo más viable, era no regresar a Nueva York al menos por ahora hasta hallar a Ultron, debido al daño que Hulk causó entre la ciudad africana el cual había causado una gran polémica en los medios.

No teníamos a donde ir, pero entonces Clint dijo que nos llevaría a un refugio.

No me importaba a donde fuésemos ahora, esa imagen no se borraba de mi mente: Ryder en el suelo ensangrentado, sin vida, y yo, torturada por ZOLA por un tema del cual yo no tenía conocimiento sino hasta que ellos me hicieron partícipe al incluirme para probar la efectividad de los artefactos que fabricaban.

Tampoco estuve consciente del tiempo que pasó cuando Clint descendió el Quinjet, pero ya había amanecido. Estaba completamente exhausta, pero no podía cerrar los ojos, porque sabía que al cerrarlos, la pesadilla estaría presente.

Salimos del Quinjet y Clint nos hizo seguirlo mientras nos abrazaba a mí y a Natasha de manera protectora, sabiendo el daño que ambas habíamos sufrido.

Reconocí de inmediato los hermosos campos verdes que rodeaban la casa de los Barton.

Cuando llegamos al pórtico, nuestros compañeros se encontraban bastante confundidos.

— ¿Dónde estamos? —preguntó Thor.

—Un refugio...—respondió Stark conforme.

—Eso espero—dijo Clint abriendo la puerta de la casa—. ¿Cielo? ¡Ya llegué!

Al llamado de Clint, Laura salió, algo confundida por vernos a todos aquí y más que nada por las expresiones que todos nos cargábamos.

—Hola, no vengo solo, perdón, no pude avisarte.

A pesar de ello, Laura recibió a Clint con el mismo amor que siempre.

—Hola—respondió ella besando sus labios.

—Es otra agente, obviamente—dedujo Stark.

Clint sonrió mientras abrazaba a su linda esposa.

—Caballeros, ella es Laura.

Mi cuñada les sonrió a los visitantes con cierto nerviosismo.

—Sí, conozco sus nombres...

Interrumpiendo, se escucharon algunos pasos acelerados que solo Clint, Natasha, Laura y yo, sabíamos lo que significaban.

—Uh, aquí vienen...—y así, los hijos de Clint aparecieron corriendo, alegres de ver a su padre de nuevo.