—Si, bueno —Elijah se puso de pie—: Al parecer la cena es en mi honor —Elijah beso mi mano delicadamente—. ¿O no Damon? —giramos a ver a Damon que asintió con una sonrisa.

—Totalmente —sonrió mi hermano.

Mi lugar en la mesa era justo frente al Original, ni él ni yo podíamos quitarnos la mirada el uno del otro, esto no está bien, Damon debe tener un motivo por esta cena y pienso que el motivo no es nada bueno.

—Siento decir esto —comento Jenna sacándome de mis pensamientos—, pero Elijah dice que tu familia Damon, no son las fundidoras.

—¿Ah no? —cuestionó Damon.

—Bueno, mí investigación arroja a que hace más años atrás un grupo de colonos... —y bla bla.

Todos en la mesa se pusieron a dar su punto de vista, yo por otra parte solo leía a cada uno de los presentes en la mesa, y sin duda alguna esto no es cena, sino más bien era una trampa o algún plan estupido de mi hermano.

—Bonito collar —mencionó Elijah sacándome de mis pensamientos.

—¿Qué? —mencioné aún ida en mi y mis pensamientos.

—La cadena que cuelga en su cuello —señaló el pequeño colgante en mi cuello, por inercia tome mi cadena entre mi mano—. Es muy hermosa.

—¡Ah! —sonreí jugando con ella entre mi mano—. Gracias, fue un obsequio de cumpleaños.

—¿Cumpleaños? —preguntó

—Si —afirme—. Un amigo muy cercano me la obsequió.

—Debe ser alguien a quien aprecia mucho. Tan solo ver como la sostiene entre sus manos y habla de esa persona es porque es alguien muy especial.

—Tan especial que lo quise como un padre —le respondí.

—¿Alguien quiere un coñac? – quite la vista de Elijah y la enfoque a mi hermano quien interrumpió aquel momento.

—Yo no —respondió Alaric—: 2 botellas es mi limite —ellos se pusieron de pie y con ellos yo.

—Diría que la comida estuvo tan buena como la compañía —comentó Elijah dejando la servilleta en la mesa.

—¡Qué lindo! —dijo Andy encantada con el Original.

—Damon —tomé a mi hermano del brazo antes de que se marchara.

—Ana —respondió.

—¿Qué pretendes? —susurre en voz baja evitando que el único vampiro aparte de mi hermano yo pudiera escuchar.

—Yo nada —sonrió de nuevo—. Sólo quiero conocer al vampiro que nos ayuda.

—No te creo —avance, pero me tomo del brazo evitando que siguiera con mi camino.

—Ah pa, pa, pa —me moví intentando soltarme, pero su agarre era fuerte en mi brazo—. Porque no vas por un poco de café —iba a replicar, pero Jenna justo apareció.

—Ana ¿Dónde está el azúcar en esta casa? —preguntó ella. Mire a Damon quien tenía una sonrisa burlona en la cara.

—En la segunda puerta a la derecha —mencione sin despegar la mirada de mi hermano. Damon sonrió aún más mirándome victorioso. Mi hermano soltó su agarre de mi brazo soltándome por fin.

—Los invitados te necesitan —sonrió—: No seas descortés —camine a paso rápido hacia la cocina donde Jenna llenaba tazas de café.

—¿Jenna de quien fue la idea de la fiesta? —pregunte mientras sacaba el azúcar de la alacena.

La Tercera Salvatore - Libro I [En edición]Onde histórias criam vida. Descubra agora