02.- Hogwarts y Agnes

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Merope Gaunt tenía 14 años apenas, y en su mente, su vida iba condenada al fracaso. La razón de que una adolescente creyera eso se debía a dos personas, su padre y hermano. Ambos fanáticos de la pureza de sangre, ambos seres despreciables que solo veían lo que querían ver. Merope no era tan lista, al menos no creía serlo, pero sabía que su aspecto tan deplorable, físicamente hablando, se debía a tantos matrimonios entre parientes que precedieron al nacimiento suyo y de su hermano.

Lo sabía por qué una ocasión, cuando tenía 10 años, conoció una gitana que llevaba un niño que se parecía a ella, en cuanto a los defectos físicos. La anciana gitana le contó que el niño era su nieto, producto de la unión de dos medios hermanos, ella había tenido una hija de un hombre que solo vio un par de veces, y jamás en la vida pensó que esa misma hija se casaría con el hijo de aquel hombre. ¿Cómo podía saberlo?

Su hija cuando se enteró, se quitó la vida, y el padre del niño lo abandonó cerca de una caravana de gitanos, ya que no soportaba verlo. Su abuela lo encontró, a sabiendas de que el pobre pequeño no tenía la culpa de nada, y que ella debió advertir a su hija, al menos, del nombre de su padre para que evitará a esa familia.

Cuando la anciana vio a Merope, supo que ella era producto del mismo mal, y Merope sintió una gran empatía con la señora y su nieto y le contó parte de su historia familiar. Ahí supo Merope que, aunque su padre no se había casado con un familiar tan cercano, el daño venía de generaciones y generaciones de matrimonios entre primos lejanos y cercanos, como una gran bola de nieve que empezó pequeña, dando de lleno en ella y su hermano Morfin.

Para fortuna de Merope y la anciana, la caravana partió en apenas un par de horas, antes de que su padre y hermano llegarán. La anciana le dijo que pronto ella tendría que tomar una decisión y que estaba en sus manos salir de aquella vida tan desgraciada. Merope no entendió las palabras de la anciana gitana... hasta meses después, cuando el joven Ryddle paso cabalgando cerca de su casa.

Para Merope no había nadie más bello que el muggle, y empezó a fantasear con él, con que se enamoraban y la llevaba lejos de sus familiares. Cuando su padre y hermano la maltrataban y gritaban, ella se concentraba en esas fantasías. Incluso cuando su padre la obligaba a matar a las bellas serpientes que ella tenía que atraer con su voz, su padre la obligaba a engañar a las pobres para convertirlas en ingredientes de pociones. Merope odiaba eso, usar su don de hablar con ellas para llevarlas al matadero.

Cada noche, mientras veía el cielo antes de dormir, Merope rogaba a las estrellas, que esa oportunidad que le vaticino la gitana fuera realidad.

Las estrellas no tenían nada que ver, pero esa oportunidad pronto llegaría.

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Harry estaba viendo la interacción de la familia Gaunt. De toda su observación saco en claro dos cosas, uno, que los Gaunt eran una familia que había sido duramente golpeada por la endogamia, y dos, que la única rescatable de ellos era Merope.

En un primer momento pensó que sería agradable salvar a toda la familia, su lado Gryffindor hablando alto. Pero luego de verlos por un día entero, su lado Slytherin habló y decidió solo salvar a Merope.

Pero para eso debía observar primero al padre de Voldemort, Tom Ryddle Sr.

Con un par de movimientos de sus manos, ya que su varita aún no había sido hecha, se disfrazó con magia sin varita. Afortunadamente para Harry, la magia del reloj también había eliminado su cicatriz, sería difícil pasar por alto una cicatriz como esa.

Pronto estuvo delante de la casa de los Ryddle y opto por la forma más rápida de saber qué tipo de gente eran: tocó a la puerta y esperó.

Pronto lo recibió una mujer de aspecto dulce y bello, y Harry se hizo pasar por un mendigo pidiendo algo de comer, la mujer le cerró la puerta en las narices. Toda una dulzura.

Tres Vueltas De ArenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora