El concierto había resultado de maravilla, todo iba de maravilla. Hasta que Helena pudo jurar ver a una chica idéntica a Lisa, y fue en ese momento en el cual su corazón comenzó a sangrar otra vez, tenía un mal presentimiento, pero se refugiaba en que probablemente estaba en mejores manos con su madre en casa.
Perdida en sus pensamientos había olvidado por completo su existencia. Olvidó donde se encontraba y fueron unos brazos que le hicieron regresar al mundo.
- ¿En qué piensas? – Le preguntó rodeando su abdomen con sus brazos, ella habló algo incomoda.
- ¿Puedes llevarme a ver a Lisa mañana? – Preguntó directa, agregando un poco más. – Sé que mi situación con mi madre no es la mejor, pero Lisa es caso diferente, hablamos de mi hermana Nathan.
Él le sonrió con melancolía, pues sabía de antemano todo lo sucedido y una punzada de culpabilidad inundó su ser.
- Claro que si, a primera hora te llevare. – Asintió convencido mientras le robaba un beso.
La noche estuvo larga, el insomnio se hizo presente y los nervios solo se asomaban a flor de piel a medida la mañana llegaba, temía que no recibiera una buena bienvenida.
- ¿Te encuentras bien? - Pregunto con interés mientras rociaba un poco de loción encima de su camisa blanca.
Ella solo asintió llena de nervios y sonrió convencida que era lo mejor para ella.
- ¿Nos vamos? – preguntó| tratando de estar convencida. Observó como Nathan asentía y tomaba las llaves del auto para luego tomar su mano y salir de la casa.
El trayecto fue completamente insoportable, el silencio se hizo presente y la mente de Helena bombardeaba con fuerza a pensamientos negativos, pensamientos que se intensificaron al llegar y ver la deteriorada casa.
- ¿Segura que es aquí? – preguntó un confundido Nathan sin estar del todo convencido, pues la imagen enfrente no es nada parecida a la casa de su novia.
Helena se bajó de inmediato y corrió con decisión hasta la puerta, y su corazón flaqueó al ver que estaba completamente sola. Desamueblada y sucia, dando a entender que llevaba tiempo así.
Las dudas interrogaron su cabeza nuevamente, ¿Dónde estarían?, ¿Cuánto tiempo había pasado desde que la habían echado?
Pero unos gritos enloquecidos interrumpieron sus pensamientos, se giró y pudo observar a un montón de paparazis corriendo hacia ellos, Nathan seguía de espaldas a ella con su ceño totalmente fruncido.
Entonces todo estalló.
- ¿Entonces este era todo tu plan?, ¿Querías tener tu minuto de fama verdad, Helena? – Cuestionó enfurecido caminando hacia ella con grandes zancadas.
Ella negó de inmediato completamente ofendida por sus palabras.
- ¡Cómo te atreves a decir eso!, ¡Me conoces Nathan! – Dijo al borde de las lágrimas, tratando de llevar sus manos a su pecho. Nathan se negó y siguió gritando bajo la atenta mirada de los paparazis.
- ¡Eres igual a todos! – Gritó fuera de sí, sus ojos picaban por las lágrimas rebeldes que querían salir. – Igual a todos...
Helena rompió en llanto y trató de defenderse, cosa que se vio impedida debido a la cachetada que le había proporcionado Nathan.
Todos los presentes callaron un momento asombrados por su arrebato.
- No quiero volver a verte jamás. – Dijo rudo, dejando salir sus lágrimas sin disimulo.
KAMU SEDANG MEMBACA
Amor de estrella fugaz (Fanfic de Nathan Sykes) ©
Fiksi RemajaA veces piensas que él amor que sientes hacía una persona será eterno, pero eso no es del todo una mentira, puede ser cierto si ambos se lo proponen. Pero... ¿Sí el destino te hace una mala jugada y te arrebata a ese gran amor?. Así fue la tragic...
