《Capítulo 2》Perdiendo mí cabeza

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El día anterior había sido agotador para todo estudiante en la universidad, Helena al llegar a su hogar se había dejado caer en el sofá, y sin más preámbulo se había dormido ahí. Su madre quién estaba cocinando salió de la cocina y observó cómo su hija estaba plácidamente dormida. Sonrío y decidió dejarla ahí sabiendo a ciencia cierta que tendría malestares al día siguiente por su mala postura. Pero sabiendo qué ese sueño, él inesperado, era sin duda alguna él más placentero y sí la despertaba podía quitárselo.

 Al día siguiente Helena se levantó sobresaltada y observó a su alrededor, total oscuridad y por un momento se asustó, luego recordó dónde se había quedado dormida. Se preguntaba qué hora era, el sol no había salido todavía, y a paso firme caminó por la sala hasta llegar al interruptor, el reloj y sus manecillas marcaban las cuatro con veinticinco minutos, todavía podía dormir algo más.

Tomó sus cosas y se marchó a su habitación, hasta que recordó al chico de ojos verdes.No había tenido tiempo de analizar su situación, una chica de veintiún años con una carrera a medio camino estudiando con una celebridad en su salón, una excelente celebridad. Y se seguía preguntando el porqué de su estadía ahí. Sonrío ante el recuerdo de su pequeña plática. 

Se recostó sobre su cama y nuevamente se durmió.

 Seis con treinta y tres minutos. Y él irritante sonido de su celular al indicar que era hora de despertar enfureció a Helena. Jamás había sido de su agrado madrugar, así como odiaba las mentiras y las personas falsas. 

Sí, con esta intensidad odiaba ambas cosas.

 Se levantó de su cama a tomar una ducha que la despertó aún más, seleccionó su atuendo que consistía en un pantalón ajustado con una blusa a flores rosas, sus sandalias a juego y listo. Al bajar se dio cuenta que su hermana, Lisa, seguía ahí.

- Buenos días horrenda. - Besó su mejilla sonoramente mientras tomaba asiento junto a ella.

- Qué asco Helena. - Con la palma de su mano limpio el rastro de saliva que había dejado. Ambas rieron y su madre le tendió su desayuno.

- ¿Y cómo te fue ayer, cielo? - Su madre se había sentado a comer con ellas antes que se marcharán. Helena trató de tragar con normalidad su comida al recordar a Nathan.

- Ah...ya sabes...- Suspiró tomando aire y siguió hablando. - Lo más normal qué pudo haberme sucedido. 

Ahora Lisa le observaba con interés mientras su madre leía el periódico.

- ¿Qué ocultas Helena? - Río Lisa mientras tomaba su celular y marcaba algo. 

Helena suspiró.

 - Comparto salón con una celebridad. - Su madre y Lisa le observaron por unos segundos hasta que estallaron en risas.

 Helena se sintió ofendida ante eso. Pero analizó la situación y entendió él porqué. ¿Era algo irreal de creer no es así? ¿De verdad había pasado? Está vez su celular vibró indicando un nuevo mensaje, entre las risas de su madre observó un contenido multimedia de parte de Olivia.  

Una imagen de Nathan y ella caminando por el pasillo de la universidad. Lo que necesitaba para que ellas le creyeran. 

- Miren esto. - Helena tendió el celular sobre la mesa y ambas lo observaron. Su madre frunció sus cejas al observar la imagen, pues sabía a la perfección quien era gracias a su hija, mientras Lisa gritaba y saltaba de emoción. 

- ¡Oh por Dios! ¡No puede ser!, ¡no puede ser! - Lisa saltaba por toda la sala dejando a Helena y su madre en la mesa. 

 - ¿Así que... - Su madre levantó la mirada mientras le observaba. - ¡Compartes salón con una celebridad! - Ahora su madre se había juntado con su hija menor, gritando y saltando tal como lo había hecho antes su hermana. Helena río ante la escena y salió corriendo antes que la explotaran con preguntas. 

Amor de estrella fugaz (Fanfic de Nathan Sykes) ©Where stories live. Discover now