Amor de estrella fugaz (Fanfic de Nathan Sykes) ©

《Capítulo 3》: El concierto

Luego de salir de la universidad habían emprendido viaje a casa de Helena en el auto de Nathan.

Lo sabía, sabía de antemano qué esto era una completa locura, quizás no pensó lo necesario antes de aceptar venir con un desconocido.

¡Qué va desconocido! Sabía de él, su vida famosa al menos, proveniente de una banda reconocida mundialmente llamada The Wanted.

¿Pero más allá de eso?, era una persona normal, con aspiraciones normales, con una mente normal, qué sí le gustaría hacerle un daño alguno podría hacerlo y nadie haría algo.

Ella observaba sus manos mientras bajaba su mirada con nerviosismo, su rostro al ver el auto en el que ahora se encontraba había sido una completa cara de admiración.

- ¿Te gustan los autos? - Había preguntado mientras tomaba sus llaves y las introducía.

Ella asintió. - Mi padre solía enseñarme cosas sobre ellos mismos, estilos y como reparar algunas cosas por sí la situación se volvía complicada.

El asintió asombrado.

- ¿Tienes hermanos? - Preguntó observando con dificultad cómo el cielo empezaba a ponerse con tonos rojos pálidos.

Probablemente empezaría a llover.

- Sí, tengo una hermana de dieciséis años llamada Lisa. - Sonrío porqué sabía que, si le comentaba esto a su hermana, moriría por el sólo hecho que Nathan conocía algo sobre ella. - Lisa ama tú banda. - Le comentó.

Nathan río ante la cara que Helena tenía.

- Acuérdame de dejarle algo, una foto, un autógrafo. - Dijo con sus manos en él volante. - O lo qué tu desees.

Ella sonrió admirada, Lisa amaría un detalle así. Y Nathan notó eso. Quizás era hora de decirle la verdad.

- ¿Qué sucede? - Preguntó Helena mientras se posicionaba de lado para observarlo mejor.

- Vamos conduciendo sin alguna dirección fija Helena, dando vueltas en círculo. - Nathan confesó mientras soltaba una sonora carcajada ante la reacción de ella. - Llevo haciéndolo por más de diez minutos.

Ella sintió sus mejillas arder en un vaivén de vibraciones calientes.

- ¿Por qué no decías nada? ¡Llegarás tarde a tu concierto! - Ella empezó a angustiarse ante ese hecho, y todavía faltaba cambiarse y avisar a sus padres.

Nathan se carcajeó aún más y seguía sin poder calmarse.

- Eres divertida. - Nuevamente tomó el volante. - Tenemos tiempo de sobra, me he salido de clases mucho antes a propósito. - Dijo guiñándole un ojo. - Ahora, ¿podrías darme tu dirección?

Ella se la dio, y se dio cuenta qué esta vez sí dejaban el edificio de la universidad lejos mientras avanzaban a su hogar.

Con música totalmente salida del horno, o al menos así lo había planteado Nathan, llegaron a su hogar.

- Es enserio, esta hermosa. - Ella había escuchado una hermosa canción que la había dejado fascinada a no más empezar, y se preguntaba porque jamás había escuchado de ella.

Nathan le explicó que había sido porqué esta era una copia de un proyecto que aún no había salido al mercado en ventas.

- ¿Así que nadie la conoce? - Preguntó mientras bajaba del auto y se dirigía a la puerta.

El habló entre sonrisas. - Nadie además de los productores, los escritores; tú y yo. - El río mientras giraba su rostro ante un flash que salía de la parte trasera de auto.