Los dos reímos de nuevo.

La verdad que Dante me agrada mucho, de hecho todos los chicos me agradan mucho, aunque no paren de hablar una y mil veces de chicas.

-¡Volvamos! - La orden de Alex resuena por toda la cancha. Dante se queja murmurando que ya esta harto de entrenar, se levanta de las gradas a regañadientes y se retira caminando de forma afeminada, haciéndome reír.

Las chicas salen del gimnasio y caminan en dirección a las gradas - donde me encuentro yo - y miran coquetamente a los chicos pasarse el balón. Carrie corre hacia Alex cómo si fuera una niña pequeña y Alex al verla deja de jugar y sonríe. Ellos al estar lo suficiente cerca se acarician el rostro.

Y aquí estoy yo, mirándolos. Que masoquista me he convertido.

Desvío la mirada y me encuentro con la de Daniel, él sabe muy bien que tengo los ojos puestos en Alex y qué se siente feo mirarlos siempre juntos todos los días a cada hora.

La parejita comienza a besarse en público, cómo si no existiera un mañana. Las chicas suspiran y yo ruedo los ojos.

-¡¿No que ya íbamos a volver, Alex?! -Grita Daniel y medio sonrío sin querer hacerlo. Daniel siempre cagando momentos dignos de películas.

Alex abre sus ojos sin dejar de besar a Carrie y su mirada cae en mí. Trago saliva y por alguna razón no desvío la mirada, entonces los ojos de él conectan con los mios por un nanosegundo y mi mundo se detiene.

Él corta la mirada, cierra los ojos y se separa lentamente de Carrie.

Duele.

Siento un hueco en la boca del estómago y aprieto mis labios en una línea.

¿Por qué tiene que gustarme él?

Él tiene novia y aún así me gusta.

Tal vez sea cierto eso de que lo prohibido atrae.

-¡A ensayar! - Ordeno. Las chicas obedecen y se forman en una hilera así como quedamos en el gimnasio. Empezamos a ensayar los pasos una y otra vez sintiendo las miradas de los chicos y las chicas que se sientan en las gradas.

-Dos, cuatro - Nos movemos de izquierda a derecha, izquierda, derecha, saltamos y ubicamos nuestras manos en las cintura.

Me gusta bailar, bailar hace que toda la tensión y frustración salga libremente. Me detengo a bailar para mirar a Violeta, ella no va coordinadamente por tener su atención en los chicos que ahora se encuentran trotando alrededor de la cancha.

Sí, yo sé que es muy buena vista pero habrá otros momentos para mirarlos.

-Violeta estás yendo mal - Llamo su atención, ella hace una mueca y menea su cabeza tratando de poner atención en sus pies.

Volvemos a formarnos en una hilera como en el principio y cinco dedos se clavan en mi brazo. Carrie qué está a mi lado niega con la cabeza y mueve impaciente su pierna. -Espera..., el paso que va así - Ella salta y da dos pasos hacia atrás llevando las manos a la altura de su pecho, mostrándome el paso qué, efectivamente, no le sale bien -, no lo puedo hacer cómo tú lo haces.

Tuerzo mi boca.-No tiene chiste, Carrie. Mira, es así - Repito su anterior paso levantando las manos a la altura de mi pecho y girando la muñecas - haciéndole como si tuviera pompones imaginarios - al mismo tiempo que muevo la cadera para atrás saltando y elevando mis brazos al cielo.

Quiero AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora