Capítulo 1: Ojos verdes

Start from the beginning
                                    

—¡Marien! —chilló una jovencita y corrió a abrazarme. Rosy García, mi asistente. Esta chica llena de alegría era mi dosis de alivio diario y aunque la situación fuera tensa, ella evitaba que cayéramos bajo el estrés con sus comentarios, muchas veces fuera de lugar pero bastante refrescantes. Tal vez nunca sabría si era consciente de ello o era distraída en verdad—. ¡Estaba muy asustada por ti cuando supe que habías estado en la zona de ataque! ¿Por qué no me llamaste?

—Perdón, no sabía que te habías enterado y...

—¡Oye! —interrumpió, claramente emocionada—. ¿Has visto al joven que capturó Julio?

—Ah, sí. Tiene la duda de que él sea...

—¡Es guapísimo! —volvió a interrumpirme. Yo la miraba sorprendida—. Qué importa lo que piensan, así sea un H.E, no me importa que me lleve. Además, ellos deben ser salvajes en la cama...

—¡Ah! Claro, debí suponerlo viniendo de ti —le sonreí sin poder creer lo que había escuchado, esa chica de oscuros rizos era imparable.

—Bueno, me alistaré para dormir. Descansa. —Fue a su habitación.

Respiré hondo. No podía aguantar la curiosidad. Salí al pasillo y volví a dirigirme hacia la zona de los laboratorios. El ala oeste había sido cerrada bajo candado, pero yo poseía las llaves gracias a que formaba parte de la investigación. Avancé lentamente tratando de no hacer ruido. Aunque, si él fuera un H.E, de nada me serviría tanta cautela pues me estaría escuchando en este momento.


La habitación se encontraba con la puerta medio abierta, me asomé apenas para asegurarme. Aún no podía creer que intentaba espiarlo, me sentía como adolescente. Pronto todos mis pensamientos se dispersaron y quedé conmocionada.

Él se encontraba mirando por la ventana hacia la media luna que iluminaba apenas su rostro con esa bella y tenue luz. Su perfil era muy hermoso, pero pude sentir su tristeza, y lo primero que había notado —y la razón de mi sorpresa— era una lágrima brillante que recorría su mejilla...

¿Por qué...?

La puerta crujió y di un ligero brinco, asustada, al mismo tiempo que él volteaba a mirarme completamente sorprendido. Limpió la lágrima con su antebrazo y se dirigió a una silla.

—Perdón, no sabía que vendrían a hacerme alguna otra prueba. —Estaba con el ceño fruncido, ya no vestía la bata de hospital, tenía una camisa blanca y jeans.

—Ah... no, no, perdón. Solo pasaba inspeccionando, no más exámenes.

Miró hacia mí con incertidumbre, quizá porque no esperaba escuchar la voz de una mujer. Eso significaba que al estar a oscuras no había sabido quién le observaba, una prueba más de que no podía ser un evolucionado.

Se puso de pie y se acercó. Llegó hasta mí y no pude evitar sentir nervios al ver cómo apoyó su mano en la pared de mi costado, pero pronto me di cuenta de que lo había hecho para prender la luz.

Cuando la habitación se iluminó por completo y pude ver sus ojos de verde intenso clavados en mí, también vi que estaba algo sorprendido. Era más alto que yo, me llevaba una cabeza o un poco más.

Mostró una sonrisa de lado.

—Hola, creí que ya te habían castigado por hablarme —murmuró con esa bonita voz. Sonreí, pues al parecer no fui la única en pensar que Marcos había exagerado—, ¿quieres llevarle la contraria a tu amigo? —Se alejó y volvió a la silla, la giró para que el respaldo mirara hacia mí y se sentó apoyando los antebrazos en éste—. ¿Y bien? —Señaló la cama—. Si gustas sentarte... No muerdo...


******

Copyright © 2014 Mhavel N

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Copyright © 2014 Mhavel N.

Todos los derechos reservados.

Registrado bajo derechos de propiedad intelectual, caso número 1-2261766092 United States Copyright office. Prohibida toda copia parcial o total, toma de ideas de la trama, personajes, adaptaciones. Bajo pena de denuncia.

Ojos de gato Tentador [La versión de ella]Where stories live. Discover now