¿Como es posible?

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Aun no podía creer nada ¿Como podía estar en el hospital? Esta mañana se le veía perfecto.

—Aria ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras? — pregunta Ashton. Se acerca y nos fundimos en un abrazo.

—Cuéntame que pasa. —susurra en mi oído.

—Te...tenemos que ir al hospital. —logro decir entre sollozos.

Sin decir nada más, me aparta del abrazo, agarra mi mano y me dirige al estacionamiento del lugar.

Saca de su bolsillo unas llaves y veo como las luces de un jaguar rojo se iluminan tan rápido como se apagan.

Entramos al auto y no tarda en encenderlo y ponerlo en marcha. Y, por la velocidad a la que va, seguro estamos en el hospital en menos de 10 minutos.

Nada más llegar, bajo y corro hacia el enorme edificio. Paso las puertas y el olor a desinfectante no tarda en inundar mis fosas nasales.

Me dirijo a la recepcionista corriendo y, a tropezones, logro llegar.

—Ja... Jayden. —logro pronunciar.

—Perdone señorita, no la entendí. — la miro y su cara de confusión y preocupación dice mucho.

—Jayden Collins. — la chica de inmediato se pone a teclear en el ordenador su nombre.

— Piso 3, habitación 327. — nada más decirlo salgo disparada hacia el ascensor.

Al ver que hay mucha gente esperando no tardo en dirigirme hacia las escaleras.

Por el camino me encuentro a Ashton y subimos de dos en dos las escaleras hasta llegar al tercer piso.

Busco la habitación y, al encontrarla, me quedo frente a la puerta. Tengo miedo de lo que me pueda encontrar ahí dentro.

Discutimos y al día siguiente le pasa esto. Lo último que quiero es que no quiera verme por lo que le dije.

Ashton posa su mano en mi hombro y le da un leve apretón, indicándome que me esta apoyando.

Inspiro y suelto el aire suavemente por mis labios para después agarrar el pomo de la puerta y abrirla.

Al entrar lo primero que veo son los cables conectados a Jayden, escucho los pitidos procedentes de la maquina a su izquierda y, después, veo su rostro. Esta lleno de pequeños cortes y su piel esta más pálida de lo normal.

Me acerco a paso lento hacia a él, como si el más mínimo ruido pudiera alterarlo.

Me duele verlo así, conectado a las máquinas, unos cables introducidos en sus muñecas y el suero cayendo gota a gota. Su pierna izquierda esta enyesada y en su brazo izquierdo tiene un pequeño vendaje por lo que, supongo, será un corte.

Tomo su mano, la cual esta fría, y la entrelazo con la mía.

—Jayden tienes que salir de esta. — le aparto unos cuantos mechones de su cabello que caen sobre sus ojos.

— Yo... Lo siento. —rompo a llorar de nuevo.

Tras estar un buen tiempo con él, llega una enfermera y me echa de la habitación, ya que el tiempo de visita se terminó.

— ¿Estas bien? —pregunta Ashton en un tono de preocupación.

—Solo quiero que se recupere. — aclaro. —Debo hablar con mi padre. — voy a la sala de espera junto con Ashton.

Echo un vistazo al lugar hasta dar con él. Sin pensarlo dos veces me acerco a paso rápido, inclusive diría que corriendo, hacia él.

— ¿Que le pasó? ¿Como ha terminado así? —inquiero nada más llegar y ponerme frente a él.

Alza su vista para poder mirarme y, nada mas hacerlo, veo sus ojos rojos de tanto llorar.

—Aria tranquilizante. Sientate y.....

— ¿¡Que me tranquilice!? —exclamo. — ¿¡Como puedes decir que me tranquilice cuando tengo a mi hermano en una camilla de hospital!? —bramo mientras doy vueltas, intranquila, por la pequeña sala.

—Aria, tu hermano tuvo un accidente. No se como ocurrió exactamente solo sé que me llamaron informándome de que choco con otro auto. —habla en un tono suave, supongo para no poder alterarme más de lo que estoy.

—¿Se va ha recuperar? —indago con miedo a recibir una respuesta de lo menos agradable.

—El doctor me dijo que se rompió la pierna izquierda y una costilla aparte de un golpe en la cabeza. Lo han operado y ahora esta en observación ya que a entrado en coma. —baja la vista y es hay cuando temo lo peor. — Han dicho que no se sabe cuando volverá a despertar. —esto último lo dice en un tono casi inaudible.

Necesito tomar aire. —digo para mis adentros.

A paso rápido salgo al exterior sintiendo cómo el frío viento golpea mi rostro.

— Aria... —me llama Ashton. — Se pondrá bien, por lo que me has contado puedo asegurar que es fuerte. —me dice en un tono seguro.

— ¿Como es posible? —pregunto, mas para mi que para él. —Él es cuidadoso Ashton, no entiendo cómo ha podido pasar. —digo en un susurro.

—Cuando despierte sabremos que pasó realmente. —se quita su chaqueta y me la pone sobre los hombros.

—Eso es lo que más quiero, que despierte.

New York, Manhattan Where stories live. Discover now