¡No te enamores! Me gustas...(Yesung Y Tú)

Capítulo 53

Sujeto mi cabello en una cola alta y me doy un vistazo en el espejo por última vez.

—¿Ya te vas a trabajar?

—Sip.

—Pensé que te tocaba ir más tarde.

—Cubriré a una compañera, así que voy temprano.

Alisto mi bolso con mis pertenencias mientras miro de reojo a Kate que se pasea por la habitación. Está inquieta.

—¿Teníamos clases por la mañana hoy? Porque llegué temprano y ya no te encontré.

Estoy a punto de responderle que sí, pero lo último que dice llama mi atención. Me giro para mirarla.

—¿Llegaste temprano?. Yo pensé que tú te habías levantado temprano, aunque recordando como dejaste tu cama ayer, sospechaba que no habías llegado al cuarto, pero no hay que ser mal pensada siempre. ¿En dónde te quedaste a dormir?.

La miro totalmente curiosa.

—¿Quién dijo que dormí?

La quedo mirando con la boca abierta y ella enarca una ceja.

—¿Qué?

—¿Qué has hecho, Kate?. Tienes cara de haber hecho algo malo. Cuéntame.

Kate suelta una risita.

—Oye, ¿no tenías que irte ya?. Se te hace tarde.

—¿Por qué eres así?

—Te lo contaré más tarde.

Le quedo mirando por un breve momento con el ceño fruncido.

—Eres una...

— ¿Perra?

—No. Eres una mierda.

Kate lleva una mano cerca de su pecho dramáticamente para luego soltar una carcajada.

—Esta amistad va por buen camino, hasta hablas igual que yo.

Gruño fastidiada.

—¿Vas a contarme o qué? ¿Te peleaste con tu novio? ¿Te descubrió que tienes a otro?

—Eres un a maldita.

Le regalo la sonrisa más falsa que he hecho en mi vida.

—Lo aprendí de ti.

Ella rueda los ojos y yo continuo con lo que estaba haciendo.

—La pasamos genial en el cumpleaños. Aunque, claro, Hyuk jae no estaba presente pero igual lo celebramos. Nos quedamos hasta la cena y después fuimos a una disco super exclusiva a beber.

—¡Qué novedad! —digo sin ocultar mi sarcasmo y sacudo la cabeza. —Tú no cambias, Kate.

Suelta una risa corta y luego continua.

—¿Adivina qué? Ayer, mientras estábamos almorzando, le preguntaron a Yesung por ti y luego de eso empezaron a fastidiarlo.

Su comentario me toma por sorpresa. Aprieto los labios para contener mi emoción y trato de no sonreír. Disimulo como si lo que ha dicho no me importara en lo absoluto y la miro por sobre mi hombro.

—¿Y qué dijo?

—Nada. Solo se rió.

Tuerzo una mueca, decepcionada. Esperaba una mejor reacción de su parte, algo que me diga que le gusto.

—Te hubiera contado algo más interesante pero ni siquiera habló algo más de ti aunque lo fastidiaran. Incluso Samantha le preguntó por ti diciéndole de por qué no te había llevado y él solo respondió que tú estabas muy ocupada y nada más.