Capítulo 73 - Parte II

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La sugerida ducha surge efecto, siento el cuerpo más relajado, menos tenso y con las ideas más claras. Aunque, recordar lo que sucedió en el pasillo provoca que no me apetezca salir de la habitación. Sé que no puedo quedarme escondida todo el día así que tomo prestado el vestido que Sam ha elegido para mí, lo ajusto a mi cuerpo y salgo a enfrentar mis problemas.

Antes de dirigirme al primer nivel, reviso mi celular. Sonrío al leer el mensaje de mi novio avisando que el desayuno está listo y se enfría.

Acelero el paso hacia las escaleras y escucho a varias voces conversando.

—¿En mi casa, Yesung?

—Fue una broma—se defiende.

—Lo que me queda claro es que en estos tiempos ya nadie respeta la casa ajena.

La voz de Kyuhyun se hace más clara mientras piso los escalones abajo. Sospechosamente, todos se quedan en silencio, Yesung deja el celular a un lado y curva una sonrisa al verme.

—Buenos días a todos.

Kyuhyun ladea una sonrisa malvada al verme. Donghae se pone de pie de su asiento y me saluda.

—Te estábamos esperando. Solo faltas tú.

—Gracias.

Murmuro cuando me cede el asiento y ocupo el lugar libre, justo a lado de Yesung. El corazón me late acelerado. No sé cómo actuar cuando siento las miradas sobre mí, es incómodo. Agradezco que Sam y Kate se encuentren en la sala, Hyeri ya se había despedido de mí minutos antes, se sentía fatal y no aguantaba la resaca, por lo que decidió irse a casa.

—Bonito vestido —Murmura a mi lado con voz grave.

¿Mi error? Mirarlo a los ojos y quedarme atrapada en su profunda mirada.

El rubor se me sube por el cuello.

¡Bendito seas, Yesung!

Mi tranquilidad acaba de durar...¿Cuánto? ¿Unos segundos?

—Gracias. Samantha tiene un excelente sentido de la moda—Yesung asiente y coloca un plato y una taza humeante de café frente a mí —¿Ya desayunaste?

—Solo un café, estaba esperándote.

—Lo siento. He tardado en ducharme.

—¿Una ducha con agua helada?—Pregunta ladeando la cabeza y curvando una pequeña sonrisa en los labios. Ruedo los ojos fingiendo molestia, sin embargo termino sonriéndole.

Los amigos de Yesung siguen enfrascados en su conversación, recordando la noche anterior mientras él solo asiente y mira su café, se me hace muy extraño que no tome nada de su plato.

—¿No comes?

Yesung sacude la cabeza, cabizbajo.

—No, aún me duele la cabeza. Pero no te preocupes, el dolor suele desaparecer después de unas horas—su mano aprieta mi rodilla por debajo de la mesa en un gesto tranquilizador, sin embargo, ese pequeño contacto provoca que la piel se me erice de inmediato.

—Oigan, no sé si ustedes lo notaron pero creo haber escuchado sonidos extraños en la madrugada.

Como dicen por ahí, la conciencia es una de tus peores enemigas porque puede delatarte en cualquier momento. Y así sucede cuando me atraganto comiendo un pedacito de pan.

Oh, Dios...

—¿Fantasmas? —agrega Hae mientras Yesung me da palmaditas en la espalda.

Hyuk me mira.

¡No te enamores! Me gustas...(Yesung Y Tú)Kde žijí příběhy. Začni objevovat