026| Tormenta.

4.3K 535 97
                                    

   Lo asombroso solo puede ser creado si nos enfrentamos al riesgo, al miedo y al fracaso durante el proceso.—Superman  

—¿Es tu primera vez?

Mis ojos se desplazaron forzosamente hacia la fuente de aquella pregunta. El olor a desinfectante y productos químicos cosquilleaba en mis fosas nasales, apretujándome las entrañas. Como respuesta esbocé una mueca que plasmaba el desagrado que se acumulaba en mí en aquellos lacónicos instantes.

—¿Analizando las sustancias y células que cohabitan en una muestra de orina que ha salido de la punta del capullo a un imbécil? —Repliqué con ironía— Sí, era virgen en esto hace unos minutos.

Flynn sacudió la cabeza, con una diminuta sonrisa formándose en sus facciones. Se ajustó las gafas de seguridad sobre el puente de la nariz y siguió trabajando con impecable profesionalidad. Sin poder hacer nada más allá que mirar, me percaté de la maestría y seguridad que mostraba en todo el proceso. Exhalé un cortado suspiro, sin dar crédito a lo que experimentaba en mis propias carnes.

Estaba en el laboratorio de la facultad de bioquímica, en compañía del superhéroe más famoso de San Francisco que continuaba revolucionando todas y cada una de las almas de la ciudad, analizando una muestra de pis que el simio con dotes deportivos, Thomas Will, me había dado a regañadientes, para comprobar si existían residuos de una droga capaz de dotar durante un breve espacio de tiempo las habilidades propias de un híbrido.

—Y... —comencé, quebrando el silencio que flotaba en la habitación— ¿ser un híbrido mitad gato implica poseer una inteligencia superior a la media?

El chico se limitó a echarme una breve ojeada antes de volver a enfocarse en su tarea. No obstante respondió a mi pregunta con voz calmada:

—No puedo afirmar que sea así. Durante prácticamente toda mi vida he sido sometido a centenares de pruebas distintas, con el fin de hacerme superior en todos los aspectos. Mi padre se encargó de estimular el desarrollo neurológico... y cuando no se encontraba explotando mis capacidades sobrehumanas, se dedicaba a enseñarme cualquier aspecto relacionado con la ciencia.

Asentí, incorporándome.

—Asombroso.

Mi apreciación se perdió entre las masas de aire. Con sumo cuidado me desperecé, estirando los músculos agarrotados por la espera. Sin una referencia horaria el tiempo se me antojaba una dimensión aparte que se convulsionaba a su merced... pasando inevitablemente veloz, o, por el contrario, abrumadoramente despacio.

La goma desgastada de mis deportivas golpeó el suelo mientras divagaba entre los apartados, deleitándome en la complejidad de los mismos, sintiéndome, al mismo tiempo, fuera de lugar entre aquella tecnología. Apenas era capaz de aprobar los exámenes finales... como para estar dotada en el manejo de estructuras tan precisas y delicadas.

—Diana.

Me giré, en dirección a mi nombre. Flynn suspiró, alejándose del microscopio. Las gafas de plástico transparente descansaban sobre sus cabellos, generando un caótico peinado desaliñado. Avancé hasta situarme a su lado. Ante su gesto me incliné, tratando de enfocarme en la lente de aumento, tropezando con mis propias pestañas en el proceso.

—Si prescindimos de las sustancias que debió ingerir en la fiesta y aún permanecen remanentes en su organismo —comentó, con un tono similar al del señor Morris— se aprecia un comportamiento anormal en sus células. Y lamentablemente me es sumamente conocido. Este chico... al igual que el resto del equipo, me temo, estuvo expuesto a la droga de mi padre.

Me alejé de la lente, frustrada.

—¿Por qué? —Inquirí con la desesperación impregnada en cada una de las letras.

Ruby Tiger [✓].Where stories live. Discover now